Sin título, 2009
La galería Sandunga inaugura su nuevo espacio -más diáfano, luminoso y visible que el anterior-, con una exposición de Santiago Ydáñez (Puente de Génave, Jaén, 1969), el artista con más recorrido internacional de los jóvenes valores que han surgido de la facultad de Bellas Artes de Granada en los últimos años. Ésta es su segunda individual en la sala -la primera fue al inicio de su carrera, hace ahora más de una década- y enfrenta dos grupos de trabajos distintos que confrontan actitudes contrapuestas. Por un lado, el silencio estático de varios paisajes nevados (que representan el espíritu romántico y su admiración por la Naturaleza); por otro, la tensión extática de las vírgenes dolorosas (que concentran en su expresión la espiritualidad barroca). Ambos conjuntos son contenidos y tienden al ensimismamiento. Comparada con la muestra que acaba de clausurar el autor en la Fundación Rodríguez Acosta de la ciudad, repleta de piezas violentas y expresivas que plasmaban mejor el singular
pathos que caracteriza la obra de Ydáñez, esta selección es mesurada y contemplativa. La combinación es acertada y logra crear cierto clímax, pero quizás hubiese sido interesante incluir algún dibujo como contrapunto para avivar el montaje. Los primeros planos de las imágenes revelan rostros afligidos que inquietan tanto como extrañan; son una mezcla entre piedad y teatralidad. Las vistas invernales, menos directas, transmiten una evocadora calma.