La Bienal de Shanghái se celebró por primera vez en 1996 y para el año 2000 se abrió a escala internacional con la presencia de artistas y comisarios de otras latitudes. Para la ciudad es un evento de gran importancia y, por eso, en la 13.º edición de la cita participan diferentes espacios de la ciudad. En total, son 64 artistas de 18 nacionalidades que aterrizan en Shanghái entre los que contamos hasta 33 proyectos realizados específicamente para la ocasión. La exposición principal, Bodies of Water, se inaugura este sábado en Power Station of Art con obras de artistas como Ana Mendieta, Cecilia Vicuña, Pepe Espaliú, Itziar Okariz, Antoni Muntadas, Carlos Irijalba, Joan Jonas o Cooking Sections.

El arquitecto Andrés Jaque es el comisario jefe de esta cita en la que ha trabajado junto a los comisarios Marina Otero Verzier, You Mi, Lucia Pietroiusti y Filipa Ramos. “Esta bienal, en lugar de comenzar con la apertura de una exposición seguida de un programa público, comenzó con cinco días de trabajo y discusión”. Durante aquellos primeros días, artistas, activistas, científicos y en términos generales la ciudad de Shanghai “interactuaron reaccionando, habitando y reconstruyendo el enfoque de la bienal”. Después, la cita se infiltró en la vida e infraestructuras de la ciudad como el metro, donde ocuparon sus pantallas, en cinco facultades de arte; o en el canal de televisión Docu TV y su expansión a través de la red internacional Dragon TV, para los que la bienal desarrolló una serie de documentales.

Itziar Okariz: 'Ocean Breath', 2020. Foto: Jiang Wenyi

En esta tercera fase se inaugura Bodies of Water, una muestra colectiva que dialoga con la historia y la geografía de la ciudad. Aunque la sede principal es el Power Station of Art (PSA), una antigua planta eléctrica de carbón que impulsó la industrialización del río Huangpu, también se expande a otros espacios como la Sunke Villa, uno de los vestigios históricos del control colonial del medio ambiente de Shanghai, creado a partir del secado de su ecosistema de humedales original, y el antiguo edificio del Commercial Printing Factory, una editorial que imprimía los libros escolares utilizados para unificar el conocimiento en todo el país.

Para Jaque, uno de los focos más importantes de esta bienal es “entender la manera en que el arte no solo cambia lo que se ve, sino que cambia cómo se siente y cómo se siente en colectivo”. En este sentido, destaca el trabajo del artista Carlos Casas, que en la chimenea del PSA “ha trabajado con una gran sofisticación tecnológica para recrear las vibraciones físicas que se dieron en la erupción del volcán Kracatoa en Indonesia”. El medio ambiente es, sin duda, una de las grandes preocupaciones de muchos artistas y activistas, pero también de la sociedad general y la Bienal de Shanghai propone que reflexionemos en torno a ello. “No creo que tengamos opción de no ser medioambientales en estos momentos”, sostiene Jaque. La crisis ambiental y la pandemia son dos de los temas de un tiempo “marcado por lo climático y lo medioambiental. Lo importante es cómo este paradigma se manifiesta y es construido en la bienal. Y creo que demuestra que ser ecológico es ser queer, feminista y transhumano; y viceversa”, arguye. Para la bienal, todas las formas de vida están interconectadas y son interdependientes por lo que Bodies of Water nos urge a que lo examinemos cuidadosamente. Además, se trata de un tema muy ligado a la propia ciudad, que ha vivido un descenso de 5.000 metros del mar de China Oriental de las aguas de deshielo de la meseta Qinghai-Tíbet. 

Zadie Xa y Benito Mayor Vallejo: 'The Word for Water is Whale', 2021

No obstante, Jaque no cree que el arte reflexione sobre el planeta, "sino que produce el planeta”. Si bien para la bienal se ha creado “una plataforma para formas de vida y de socialización disidentes, para otras alianzas, otros consensos y otras eco-configuraciones”, estas realidades existen por sí mismas, “no como subsidiarias de otras”. Por tanto, “el arte no ilustra, ni explica, ni reflexiona. Crea realidad”. Para la exposición el equipo curatorial ha seleccionado obras de los años 70 y 80, como los bordados de Feliciano Centurión, las siluetas de Ana Mendieta, los monstruos de Guo Fengji o los carrying de Pepe Espaliú “porque son testimonio vivo de cómo en momentos de grandes crisis todos ellos tuvieron la capacidad de reinventar el espacio en que los cuerpos concurren como parte de realidades colectivas”, explica Jaque. En esta misma sintonía trabajan artistas actuales como Zadie Xa y Benito Mayor Vallejo, Nerea Calvillo, Cao Minghao y Chen Jianjun.

Entre los artistas que participan en Bodies of Water podemos encontrar varios nombres españoles como el colectivo Debajo del sombrero, Carlos Irijalba, Antoni Muntadas, Nerea Calvillo o Benito Mayor Vallejo. Aunque todos ellos han presentado proyectos interesantes para la bienal, a Jaque no le gusta hablar “en términos de nacionalidad porque las demarcaciones en las que se da la vida tienen poco que ver con esas categorías administrativas”. En definitiva, esta edición de la Bienal de Shanghái "aboga por la trascendental contribución que desempeña el arte en la reconstrucción de un mundo marcado por la angustia ambiental, social y política. La Bienal es sensible a la forma en que el arte constituye e infiltra la vida misma y sus capacidades de reparación corporal, transformación y disidencia”.

@scamarzana