En el imponente atrio de Ca' Rezzonico, uno de los palacios más importantes de la ciudad y sede del Museo del Settecento Veneziano, Lorenzo Tiepolo da la bienvenida al visitante. Su figura, realizada en malla metálica, es una de las catorce 'Almas de Venecia' que el escultor Lorenzo Quinn (Roma, 1966) ha realizado para su nuevo proyecto.
Allí también nos aguardan los pintores Tiziano Vecellio, Rosalba Carriera, la reina Catalina Cornaro, la poeta Verónica Franco, la filósofa Elena Lucrezia Cornaro Piscopia, el dramaturgo Carlo Goldoni, el compositor Antonio Vivaldi, la artista del vidrio Marietta Barovier, la escritora Elisabetta Caminer Turra, el arquitecto Andrea Palladio, el escultor Antonio Canova, el escritor y aventurero Giacomo Casanova y el Gondolero, símbolo veneciano por excelencia.
Todos ellos, junto a la figura de Marco Polo que puede verse en el Palacio Ducal, como parte de la exposición que celebra los 700 años de la muerte del mercader y viajero, son algunas de las “almas” más significativas que ha dado la República veneciana, “aquellas que han contribuido a hacer de Venecia una ciudad inmortal”.
El proyecto es, además, una novedad absoluta en la obra de Quinn ya que, gracias a la realidad aumentada y a través del smartphone, el tejido metálico cobra vida y se convierte en el personaje representado, con atuendo propio de su época, que se dirige al espectador para contarle su especial relación con Venecia.
Recién llegado de la ciudad de los canales, hablamos con el artista de esta exposición, pero también de su visión del arte y del mundo.
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Pregunta. ¿Cuándo surge el proyecto?
Respuesta. El proyecto nació en 2022, después de la última Bienal, en la que presente la escultura Baby 3.0 que hablaba de la nueva humanidad, un mensaje esperanzador, pero desafortunadamente esa nueva humanidad de la que hablaba aún está por llegar... Estamos en un momento muy triste y oscuro, todo parece un polvorín que está a punto de estallar. Yo soy una persona muy empática y sentible y lo que veo alrededor me entristece mucho.
»Y lo que pasa en el mundo se refleja en el arte, también aquí hay mucha oscuridad, se hace arte muy agresivo, todo con un fondo de provocación y a veces por el mero hecho de provocar. Falta alegría, falta belleza, falta armonía.
»Si piensas en las exposiciones de tiempo atrás, de siglos atrás, era un gusto para el ojo y para el corazón. Cómo puede el ser humano crear tanta belleza. Y ahora vas a las bienales y a las ferias, como Art Basel, y sales deprimido. Se prima lo feo, lo que separa a la gente, sin búsqueda de la armonía. Y esto refleja lo que está pasando en el mundo, las guerras.
"Lo que pasa en el mundo se refleja en el arte, también aquí hay mucha oscuridad, se hace arte muy agresivo"
P. ¿Es lo que pide el mercado?
R. Al mercado del arte le va bien así. Las fuerzas oscuras que mueven el mercado del arte huyen de la belleza. Es un momento difícil y triste.
P. Volviendo a Venecia y a su exposición, ¿cómo ha elegido a estos quince protagonistas y qué nos quiere contar con ellos?
R. Venecia fue líder de esta zona del mundo durante 600 años, fue la república más rica, y desde Marco Polo las personas que lo hicieron posible se siguen viviendo y respirando.
»Venecia, no es una ciudad muerta, está viva, aunque es un poco fantasma. La gente se está yendo de aquí. Para los venecianos cada día es más difícil. Es una ciudad compleja, por su propia estructura, por los problemas logísticos, por el turismo. Complicada para la gente mayor que se mueve con dificultad y para los jóvenes que no encuentran trabajo más que en el turismo. Está cambiando y está buscando su nueva identidad.
»También es la cuarta ciudad en peligro de desaparecer por el cambio climático, por el crecimiento de las aguas. Y este discurso está en el fondo de la exposición. La última figura, el gondolero habla de lo importante que es proteger a esta ciudad, porque protegiendo la ciudad protegemos el mundo. La muestra tiene un fondo que va más allá de lo meramente estético.
P. ¿Cuál ha sido la técnica utilizada para la creación de las esculturas?
R. Realizamos un escaneado 3D de los personajes, con el uso de unas 240 cámaras digitales. Luego se crea la figura en poliespán expandido y sobre él se graban los canales donde luego se coloca la malla de acero inoxidable y se suelda la malla. Cada una de las figuras es original e irrepetible. El molde se destruye, se tritura y se recicla.
P. Y cada figura tiene un código QR que hay que capturar con el móvil…
R. Efectivamente, con ayuda de la realidad aumentada, escaneando el QR ves el personaje, cómo era en su momento, vestido con sus trajes de época, te cuenta su historia, quién era y qué hizo.
P. ¿Cómo ha realizado la recreación para la aplicación digital?
R. Para eso contamos con la ayuda de Pixel Dreams, una empresa de Barcelona, que no ha asistido hasta el último momento. Ya habían trabajado en proyectos para otros museos. Usamos actores, 15 masculinos y 15 femeninos, alguno más porque no todos hablaban los dos idiomas (inglés e italiano). Yo hice de director, algo que nunca había hecho antes. Realizamos un casting.
»Fue un trabajo largo, de unos 9 meses. Me hubiese gustado tener más tiempo, pero en Venecia todo es complicado. De hecho, la exposición iba a estar en el Palacio Ducal y a dos meses nos cambiaron al Museo del Settecento. Estoy muy contento con el resultado porque el atrio de este espacio es muy íntimo.
"España está en un mal momento artístico. Hay grandes artistas, pero falta voluntad política"
P. Esa intimidad es muy distinta a las grandes esculturas a las que nos tiene acostumbrados.
R. Es algo muy distinto a lo que he hecho hasta ahora, sí. Esto es una exposición más recogida, muy distinta a lo espectacular que he hecho anteriormente. Esto es algo que me gustaría repetir en otras ciudades. Es un modo distinto de conocer la historia de distintas ciudades. Una forma escenográfica de contar. Me la imagino en Roma, con las piezas en el foro… Además, las figuras son muy respetuosas con el ambiente: al ser transparentes no interrumpen.
P. ¿De dónde viene su pasión por la ciudad?
R. Venecia es la meca del arte, con su Bienal, y por supuesto eso es muy atractivo. Pero a nivel emocional, mi madre era veneciana, está enterrada allí, y en la ciudad tengo familia. Desde mi infancia, íbamos muy a menudo, es mi segunda casa. Y desde 2014 expongo durante la Bienal y en estos años la he vivido muy intensamente, pasando aquí largas temporadas.
P. Además de estos quince nombres, ¿a qué otros venecianos ilustres le hubiese gustado incluir?
R. Me hubiera gustado poner a Canaletto, que no lo puse, porque Tiziano es un referente de la pintura y no había espacio para todos, pero Canaletto es uno de mis pintores favoritos.
P. ¿Y qué otros grandes artistas le influyen en su trabajo?
R. Pues no han sido los venecianos, en realidad, sino los florentinos y los romanos. A todos los escultores figurativos nos han influido mucho los griegos, por supuesto, partiendo de Fidias. Y, obviamente, Miguel Ángel y Bernini. Yo prefiero el segundo, que es más dinámico. Los dos David son maravillosos e irrepetibles hoy, pero me gusta más el de Bernini. Aunque ambos son unos monstruos de la escultura.
P. Y de hoy: ¿a qué artistas se siente cercano, si no en la forma, generacionalmente o por compartir afinidades?
R. En el siglo pasado había muchos grupos de artistas, trabajaban juntos. Ahora esto ha cambiado y manda el mercado, es más un un business, y cada uno mantiene sus secretos, se comparte menos. Ya no hay grupos como los surrealistas, cubistas, futuristas, esto se ha perdido, es una lástima. Me encantaría trabajar con otros, siempre aprendes y creces como persona y como artista, pero estas relaciones no se dan hoy.
P. Sus grandes instalaciones se han visto varias veces en Venecia, Florencia, Cannes... ¿Es difícil realizar estos montajes en España? ¿Qué le falta a nuestro sistema del arte?
R. España está en un mal momento artístico. Hay grandísimos artistas pero falta voluntad política. Todo el arte español se va fuera. Cuando son importantes y tienen monumentos en todo el mundo, entonces es cuando lo reclaman como gran artista español y te piden que dones una obra a la ciudad. Cuando todas las ciudades del mundo compran, aquí te piden que dones. No hay voluntad política, es una lástima.
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»Desde Picasso, Dalí, los artistas españoles no pueden vivir de la venta en España. Producen aquí, pero tienen que sobrevivir vendiendo fuera. España tendría que valorar más lo que tiene y no se valora. Aquí se valora el fútbol. Es muy triste.
»El mercado del arte contemporáneo está en EE.UU., en Asia y, algo menos, en Inglaterra. En Estados Unidos, por ejemplo, hay leyes que obligan a poner arte en los espacios públicos de una nueva construcción y hay un porcentaje del 1 o el 2 por cierto, según los estados, del presupuesto de construcción debe de destinarse al arte contemporáneo.
»Aquí las donaciones de arte deducen una mínima parte aquí y la famosa ley de mecenazgo no llega nunca.
»Yo empleo unas 110 personas en España, entre fundiciones y taller, pero no vendo en España. Hace muchos años que no vendo una obra en España, todo lo vendo fuera.
"Yo he tenido mucha suerte porque mi arte no es un arte para los críticos. Me da igual lo que digan, yo no hago obra para ellos"
P. ¿Quién manda en el mercado del arte global?
R. El arte es un bien de refugio, Durante la recesión el arte subió cuando todo bajaba. Pero es un momento difícil porque hay mucha incertidumbre en el mundo, poca alegría. Los países que más compran, los del golfo pérsico son los que más están esperando a ver qué pasa con la guerra. Asia sigue bien. También en América siguen comprando, Suramérica está creciendo mucho. Europa es lo que más sufre: en los países del norte se sigue invirtiendo en arte pero todo se ha ralentizado.
»Es un mercado muy grande, que mueve mucho dinero, y cuando hay mucho dinero hay gente que lo quieren controlar, como los diamantes, el oro o el petróleo. Y esos son los grandes fondos que mueven de arte, los grandes bancos tienen inversores, tienen sus programas y eso no lo podemos controlar.
»Pero a mí esto me ha dado siempre igual, yo he tenido mucha suerte porque mi arte no es un arte para los críticos. Me da igual lo que digan, yo no hago obra para ellos. Eso sería muy fácil. Provocar es muy fácil, es más fácil provocar que buscar la armonía y la belleza. Pero nunca he caído en esa trampa. Yo ya sé para quién son mis obras, ya sé a quién le interesan. Llevo 40 años y sé dónde estoy y dónde voy y sé cuál es mi mercado.
P. ¿Por qué no tiene galería en España?
R. Antes tenía, pero hace años que no tengo galería en España, Mis precios han subido mucho y hay pocas galerías aquí que vendan a estos precios. Me encantaría tener galería en España, pero no hay mercado aquí para mis obras. El español que compra no compra aquí, compra en Londres, en Suiza, en Mónaco, en América…
P. ¿Dónde podremos ver sus próximos proyectos?
R. Tengo varias exposiciones en Grecia, exposición en Turquía, y otra en Miami, para finales de año, coincidiendo con Art Basel Miami.