Este verano en Madrid fue posible toparse con Antonio López (Tomelloso, Ciudad Real, 1936) intentando capturar hasta los últimos resquicios de luz que se proyectaban en las fachadas de la Puerta del Sol. Ahora, el pintor la bienvenida al otoño con su primera retrospectiva monográfica en Barcelona, en la sala de exposiciones del edificio modernista La Pedrera. 

En la muestra se exponen un centenar de pinturas, esculturas y dibujos del artista, y busca poner de manifiesto cómo ciertos motivos persisten y, a la vez, evolucionan y se desarrollan a lo largo de su carrera: los interiores domésticos, los paisajes y las vistas urbanas -principalmente de Madrid-, bodegones o la figura humana, temas que el pintor considera que no abundan en el arte español.

"España está poco pintada", aseguró el artista durante la presentación de la muestra el pasado jueves 22 de septiembre en la ciudad condal. "El lugar donde hacemos la vida, la ciudad y la vivienda, se ha hecho poco en España. Y me parece una pena, porque la vida está muy bien", añadió. 

Antonio López en la presentación de la exposición / Foto: Daniel Ochoa de Olza.

En total, una selección de ochenta obrasprocedentes de diferentes colecciones públicas y privadas, como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, de Madrid; la Fundació Sorigué, de Lleida, el Hamburger Kunsthalle; el Baltimore Museum of Art y el Museum of Modern Art de Nueva York, entre otros.

Estructurada en bloques temáticos, la muestra permite recorrer la trayectoria artística de López a lo largo de siete décadas de trabajo. Comienza con sus primeras obras de juventud, como Niño con tirador (1953), que pintó con 17 años, cuando estudiaba en la Escuela de Bellas Artes de Madrid y empezaba a "descifrar el enigma" del arte moderno, y llega hasta sus producciones más recientes, incluso aún en proceso.

Considerado el máximo representante del movimiento realista español de la segunda mitad del siglo XX, López ha destacado que sus primeras obras tenían mucha influencia del arte de la antigua Grecia, aunque fue el descubrimiento del arte moderno y de pintores como Pablo Picasso y Lasar Segall lo que le dio la llave para interpretar el mundo real: "El punto de partida siempre es el mundo real". 

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Asimismo, el pintor ha asegurado que la exposición le ha permitido descubrir aspectos "reveladores" de su obra: lo ha ejemplificado con el grupo de esculturas formado por piezas realizadas en distintas épocas, que inicia el recorrido expositivo y que por primera vez se exponen juntas.

Sobre sus últimas pinturas, donde la luz es protagonista, reaparece el surrealismo y la búsqueda de la libertad que ve en sus cuadros de juventud: "La libertad del inicio me recuerda a lo que hago estos años", aseguró.

López ha participado en numerosas exposiciones colectivas y ha sido el protagonista de varias muestras individuales, entre las que sobresalen por su repercusión las realizadas en la Staempfli Gallery  de Nueva York en 1965 y 1968 y en la Marlborough Gallery (Nueva York y Londres) en 1986.

Exposición de Antonio López en La Pedrera /Foto: Daniel Ochoa de Olza.

En los años 90, especialmente fructíferos para el artista, el cineasta Víctor Erice realizó la película El sol del membrillo, retratando y describiendo el proceso creativo del artista. Además, en 1993, el Museo Reina Sofía presentó la primera gran retrospectiva del pintor y escultor, que en este momento comienzó la que será su pintura de mayores dimensiones: Madrid desde la torre de bomberos de Vallecas (1990-2006).

En junio de 2011 se inauguró en el Museo Thyssen-Bornemisza una exposición individual que aúna el carácter retrospectivo con la presentación de su obra más reciente que todavía no había visto la luz. 

La obra de López vuelve a encontrarse con el público madrileño en febrero de 2016, con motivo de la inauguración de una exposición en el Museo Thyssen sobre el grupo de Realistas de Madrid, en el que se enmarca al artista junto a los que han sido sus compañeros y amigos desde su etapa de formación: Isabel Quintanilla, Julio y Francisco López, María Moreno, Amalia Avia y Esperanza Parada. 

Antonio López en la presentación de su retrospectiva en La Pedrera / Foto: Daniel Ochoa de Olza.

La Fundació Catalunya La Pedrera tiene como objetivo trascender las exposiciones de La Pedrera a través de una creación audiovisual que fomente la creación y la reflexión artística y que dialogue con el edificio de La Pedrera. El objetivo es expandir la experiencia expositiva más allá de la sala, ampliándola en el tiempo y conectando con el público de forma diferente.

Este proyecto audiovisual se ha iniciado centrándose en tres destacados artistas contemporáneos que expondrán en La Pedrera durante 2023 y 2024: Jaume Plensa, Antonio López y Miquel Barceló. Con la colaboración del director de fotografía Josep Maria Civit, se están produciendo tres documentales que buscan adentrarse en el universo creativo de estos artistas, explorando sus obras y su proceso de creación.



La Pedrera ha programado actividades relacionadas con el artista junto al Liceu, el Palau de la Música, el Mnac, la Fundació Sorigué, la Esmuc y el Cercle Artístic de Sant Lluc, como un concierto del Quartet Gerhard y del Cor Cererols, en el Liceu, y una conferencia de la musicóloga Verónica Maynés sobre la importancia de lo cotidiano en la obra de López, en el Palau.

Interior de la exposición de Antonio López en La Pedrera / Foto: Daniel Ochoa de Olza.

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