Parece increíble que un invento revolucionario como la fotografía instantánea surja de la impaciencia de un niño. En las vacaciones familiares del verano de 1944 la pequeña Jennifer le insiste a su padre, Edwin H. Land: “Papá, ¿por qué no podemos ver las fotos ya?”. Land sale a dar un paseo después de la pregunta de su hija.
Al volver ya había visualizado un prototipo de cámara, de negativo y un sistema químico para resolver el reto. Tuvieron que pasar tres años de experimentaciones hasta lograr el primer prototipo. La pregunta de una niña de cinco años iniciaría una investigación que cambiaría la historia de la fotografía.
Land fue un tipo de una tremenda inteligencia y curiosidad intelectual. Obsesionado con el fenómeno de la polarización de la luz, inventa en 1928 el primer polarizador sintético, un dispositivo que filtra la luz para que solo puedan atravesarlo las longitudes de onda con una orientación determinada, mejorando los colores y eliminando reflejos indeseados.
De Andy Warhol a Joan Fontcuberta, artistas de diferentes épocas han experimentado con esta tecnología
Lo llamó el Polaroid Light Polarizing Filter, para la compañía Kodak, y a partir de ahí su fe y entusiasmo en el proyecto construyen un personal ethos en el que combina industria y pasión, arte y tecnología. En unas declaraciones para la revista Life en 1972 afirma: “Estoy interesado en el amor, en el afecto y en compartir, hacer de la belleza parte de nuestra vida cotidiana”.
La alianza arte y tecnología era fundamental, por ello en 1948 contrata como consultor al prestigioso fotógrafo Ansel Adams. Ambos forjan una amistad y una alianza profesional que duró más de treinta años y que funda los cimientos de la Colección Polaroid, fondos de los que parte esta exposición y que lleva varios años de itinerancias en diferentes versiones expositivas por todo el mundo.
Adams testaba las cámaras, las películas, los filtros, junto a científicos e ingenieros, escribiendo exhaustivos informes que remitían a los laboratorios para ir ajustando constantemente la calidad del producto. Además, fue él quien sugirió que las fotos Polaroid deberían exhibirse y fue provisto de un modesto presupuesto para comprar fotografía clásica de Dorothea Lange o Imogen Cunningham y así iniciar esta prestigiosa colección.
Él sabía que el hecho de que los artistas trabajaran junto a los científicos y los ingenieros, la unión arte y tecnología, traería un conocimiento único y potenciaría el rendimiento del producto tanto para el usuario amateur como para el profesional.
[El museo fantasmal de la fotografía]
En los años 60 comienza el Artist Support Program, un inteligentísimo programa en el que Polaroid provee gratuitamente de cámaras y película a fotógrafos para experimentar con los equipos. Los artistas comparten con la empresa sus observaciones técnicas y envían los resultados a un comité que elige las mejores fotografías integrándolas en la colección, lo que dio gran prestigio a la marca.
La exposición Proyecto Polaroid. En la intersección del arte y la tecnología, organizada por el MIT Museum (Cambridge, Mass.) y la Foundation for the Exhibition of Photography (Minneapolis, Nueva York, París, Lausanne) en colaboración con la Fundación Barrié, recae por primera vez en España en A Coruña, una ciudad cada vez más especializada en importantes exposiciones fotográficas, y desata un aura de nostalgia.
En ella podemos ver desde los primeros prototipos, muy interesantes para entender la búsqueda estructural del dispositivo, sus ensayos del mecanismo de plegado y su evolución a lo largo del tiempo, desde el icónico modelo SX-70 hasta los formatos de gran tamaño casi murales. También se puede disfrutar aquí de la gran diversidad de técnicas y lenguajes que artistas de diferentes épocas, la mayoría de la segunda mitad del siglo XX, han experimentado con la tecnología Polaroid.
Más de 300 piezas de 100 artistas: Andy Warhol, Joan Fontcuberta, Javier Vallhonrat, Lucas Samaras, Barbara Crane, Richard Hamilton o William Wegman, entre otros. Hay curiosidades como la fotografía Polaroid que dejó sobre la superficie lunar el astronauta Charles Duke en la misión del Apolo 16 en 1972 con el retrato de su familia, las pruebas que hizo Hitchcock de Tippi Hedren para el póster de la película de Los Pájaros, los retratos de Mick Jagger de Peter Beard en 1972 en directo en el Madison Sq. Garden, con el marco pintado con su propia sangre, las bellas imágenes en blanco y negro de Ansel Adams del parque Yosemite de 1955 o las interesantes composiciones constructivistas de cromatismo e iluminación perfectas de Barbara Kasten del 1983.
[Los errores y experimentos que revolucionaron la fotografía]
El Proyecto y la Colección Polaroid, como idea, como tecnología, como organización, como negocio o industria representa fielmente el ideal americano: brillante, rápido, limpio, colorido, honesto, fiable y divertido. Esta exposición no es solo una crónica visual de la sociedad, la cultura y el arte contemporáneo, sino también una muestra del ingenio y el éxito colaborativo entre dos disciplinas como el arte y la ciencia. La tecnología como modelo para la cultura y la cultura como modelo para la tecnología.