Con sumo cuidado, una cuadrilla de operarios alza el monumental lienzo de 4,15 metros de altura. En su interior, el santo Job, después de haber triunfado sobre Satán, que había puesto a prueba su fe en Dios, recibe las loas y regalos de un grupo de seguidores. El cuadro, pintado en 1636 por el maestro italiano Guido Reni, es una de las obras de arte que se salvaron del grave incendio que sufrió en 2019 la catedral de Notre Dame de París. Ahora El triunfo de Job cuelga en las paredes del Museo del Prado, donde podrá verse por primera vez tras el siniestro a partir del próximo martes 28 de marzo.
Será la primera gran exposición temporal del año en la pinacoteca madrileña. Cuando se presentó la programación de 2023, su director, Miguel Falomir, calificó a Guido Reni (Bolonia, 1575-1642) como "uno de los más grandes pintores del barroco, la alternativa a Caravaggio en su época". De hecho, aunque por época pertenecen al Barroco, Guido Reni y el resto de pintores de la escuela de Bolonia se enmarcan dentro del estilo clasicista.
El triunfo de Job, señala el Prado, "pone de manifiesto la habilidad de Reni en la construcción de relatos hagiográficos ya que la riqueza en la composición de los elementos secundarios exalta al santo protagonista sin restarle relevancia". La obra fue encargada a Guido Reni por el gremio de los Setaioli (los artesanos de la seda) de Bolonia para su capilla Santa María dei Mendicanti.
Según Falomir, esta exposición será la mayor dedicada a Guido Reni hasta la fecha, y para llevarla a cabo el Prado ha unido fuerzas con el Städel Museum de Fráncfort.
El Prado mostrará un centenar de obras de Reni, que incluirán pintura, escultura y obra gráfica. Una veintena de ellas proceden de los fondos del museo y, entre ellas, un San Sebastián (h. 1616) que se ha restaurado para la ocasión. Durante el proceso, se ha eliminado el gran repinte posterior que ampliaba el paño de pureza que cubría su cuerpo.
Ahora no solo queda visible una zona del abdomen del santo que había sido censurada, sino "otros elementos originales ocultos", informa el Prado. Además, el proceso de limpieza "ha definido aun con más fuerza la anatomía bañada por la luz de la luna que desde el rostro va modelando cada uno de los músculos del cuerpo hasta crear una figura de suma belleza y perfección".