'Con los pies en la Tierra': arte en busca de la sostenibilidad
El Centro Atlántico Arte Moderno de Las Palmas de Gran Canaria presenta una exposición que pone el foco en la justicia ecológica.
29 diciembre, 2022 04:00Si seguimos yendo a ver cuadros que representan una Anunciación, una escena mitológica o un retrato de aparato no es porque creamos en la virginidad de María, sepamos quiénes eran los centauros o vayamos a mostrar nuestro respeto ante un monarca. Ser creyente, conocer los relatos mitológicos o la identidad del rey retratado, sin duda aumenta el disfrute de la contemplación, pero lo que mantiene hoy nuestro interés por todos estos cuadros no es su contenido sino su forma. O por decirlo de otra manera: aunque su relato nos sea desconocido o indiferente, nos basta su dimensión plástica.
Pienso en este asunto mientras recorro la exposición Con los pies en la Tierra, donde a menudo el relato supera en interés a la obra. Las motivaciones, las reflexiones, los materiales utilizados, tal y como cuentan las cartelas, son tan elaborados y peculiares, que compiten con ventaja con el artefacto. De hecho, a uno le apetecería conocer a fondo el trabajo de cada uno de los artistas, por cuanto las obras se nos presentan muchas veces como la punta del iceberg de proyectos más amplios.
Esta exposición es la segunda parte de un proyecto curatorial que se inició en 2020 en el Museo de Arte Contemporáneo de Belgrado. Se organiza en torno a estos seis ejes: Género, raza y huella colonial; No hay un afuera; Más allá del antropocentrismo; Acuatopías; Aprendiendo del conocimiento indígena; Regreso al futuro. Debajo alientan las problemáticas más acuciantes: la necesidad de modelos y conceptos nuevos con que afrontar el futuro; el reconocimiento del valor de los saberes de culturas marginadas; la crisis medioambiental en todas sus variantes de contaminación y exterminio, provocada por un modo de producción que al parecer no podemos cambiar...
La reutilización de los materiales o la producción 'in situ' son algunas de las medidas adoptadas por los comisarios
La selección de artistas es muy amplia, 35 de 17 países, con un peso importante de Europa del norte y de América del sur. Están presentes nombres muy reconocidos (Mattingly, Eliasson, Greenfort…) y otros de proyección local. Ocho de ellos, españoles. Con ellos recorremos los géneros del arte actual: instalaciones, fotografía, videocreación, animación, textiles y escultura. Entre las obras más sugerentes, destacaría el vídeo titulado terraforming (2017), de Michael Najjar, que combina paisajes helados de Islandia con los desérticos de Marte.
También me parece acertada A Guide to Breathing (2020-2022), la agobiante instalación de Marija Markovic: en una pantalla se suceden imágenes de contaminación atmosférica que cambian a la velocidad de una taquicardia, y detrás, un fondo de fotografías de plantas de interior que supuestamente purifican el aire. Ese mismo aire utópico emana del drago que proporciona oxígeno a Santiago Morilla, pedaleando en su bicicleta. Reconozco que me fascina el trabajo de Bo Zheng, que desde 2016 graba sus relaciones amorosas con los helechos.
Por su parte, A. Sprinkle y B. Stephens nos proponen un lúbrico Manifiesto Ecosexual 3.0 (2011), en el que se declaran amantes de la Tierra. También es muy potente Forest Mind, 2021 el vídeo magistral de Ursula Biemann, en el que unas mujeres indígenas hablan de los saberes de la jungla. La sudafricana Lungiswa Gqunta ha creado una de las obras más plásticas: tendederos de ropa en alambre de espino. Y PSJM una de sus notables piezas de “Geometría social”, un diagrama tejido titulado Uso global de energía de fuentes renovables y no renovables de 2000 a 2050.
En mi muy personal opinión, la exposición, aunque cuenta con varios artistas radicados en Canarias, es arbitrariamente “internacional”. Es decir, sus integrantes bien pudieran ser cualesquiera otros. A ese ecumenismo por defecto, típico de las grandes exposiciones contemporáneas, se añade una retórica “anti” que también me resulta tópica. Un ejemplo entre muchos, se dice refiriéndose una emisora de radio participante, la pluriversal akgc: “Construyen su práctica colaborativa extrayendo poder de la resistencia, el pensamiento y las acciones decoloniales, ecofeministas, queer, anticapitalistas y antifascistas. Se esfuerzan por formular alternativas al actual sistema capitalista necropolítico”.
En el otro extremo, como uno de los aciertos sobresalientes, es lo que los comisarios llaman “Pautas de sostenibilidad”, refiriéndose a su estrategia para limitar la huella ecológica y de carbono que acarrea una exposición como esta. La reutilización y el reciclado de los materiales, la producción in situ (es decir, sin transporte) y otras varias medidas son la prueba de cuánto puedes hacer si te tomas en serio lo que piensas y constituyen un ejemplo de coherencia en relación con los contenidos de la exposición. Incoherente soy yo, que he volado a Las Palmas para reseñar una exposición que tiene la sostenibilidad como uno de sus principales argumentos.