El museo imaginario de los 40 (+1) de ARCO
Una cuidada selección de 19 galerías realizada por los comisarios María Inés Rodríguez, Francesco Stocchi y Sergio Rubira. Incluye piezas de museo y documentación sobre lo que han dado de sí estos 40 años
21 febrero, 2022 02:05Noticias relacionadas
Es la sección más esperada. Por fin, con un año de retraso por la pandemia, llega la celebración del 40.º aniversario de ARCO con un programa conformado por galerías seleccionadas por María Inés Rodríguez, antes directora del CAPC de Burdeos, comisaria jefe en el MUSAC y actualmente comisaria adjunta en el MASP de São Paulo; Francesco Stocchi, comisario de Arte Moderno y Contemporáneo en el Museum Boijmans de Róterdam y del pabellón de Suiza de la Bienal de Venecia de 2017; y Sergio Rubira, antes subdirector general de Colección y Exposiciones en el IVAM y comisario independiente.
En total, 19 galerías agrupadas al fondo del pabellón 7, en un área inconfundible gracias al virado sobre la cuadrícula del pabellón realizado por el arquitecto Pedro Pitarch, “rompiendo la ortogonalidad con respecto los recorridos del resto de la feria y generando una deceleración en el tránsito del visitante”, que al entrar recorrerá “una secuencia de estancias concatenadas que importan el contexto museístico a la feria”. En sus esquinas, dos lugares de encuentro y de documentación histórica de lo que ha sido ARCO: uno contará con todas las publicaciones realizadas por la feria, una proyección de los recorridos fotográficos e imágenes de todas sus ediciones. Y otro, con los primeros programas de RTVE dedicados a ARCO’ 82, un fragmento de la Edad de oro y algunos cortes de telediarios.
Un relato construido con piezas increíbles que nos habla del pasado de la feria y de lo que hubiera podido ser
Pero el relato establecido por los comisarios no solo habla del pasado de la feria; también de lo que hubiera podido ser y de lo que nos gustaría que fuera desde una mirada actual. Las galerías seleccionadas han entrado al juego para terminar componiendo un mosaico poliédrico, que puede entenderse desde muy diversas perspectivas. En primer lugar, como un ARCO Masters, con piezas que increíblemente aún están disponibles en el mercado, a la espera de ser incorporadas a las colecciones de museos; una impresión reforzada por el decorado de los corners de Pitarch, que simulan los almacenes, con los contenedores de peines para las pinturas. Es decir, como la recreación de una suerte de museo imaginario.
Las galerías clave
Otra mirada sería la identificación de las galerías fundamentales en la historia de la feria, comenzando por su fundadora, Juana de Aizpuru, por su presencia constante; o por su participación en la internacionalización, Heinrich Ehrhardt, por ejemplo, que ayudó a la conexión alemana; Annet Gelink, la primera galería holandesa que participó en ARCO; y Giorgio Persano, indicativa de la apertura a la internacionalización de las galerías italianas. En el reparto total, cerca de un tercio son españolas, con el predominio de las galerías madrileñas pujantes en arte contemporáneo frente a las barcelonesas, más la sevillana Rafael Ortiz en representación única de todas aquellas galerías “periféricas” que han estado entrando y saliendo de ARCO durante estos 40 (+ 1) años.
Por supuesto, la representación europea es equilibrada, a excepción de las cuatro parisinas; y la obvia omisión de galerías británicas, habitual en toda su trayectoria. Desafortunadamente, a causa de la pandemia, sí es inesperada y muy notable la práctica ausencia de Latinoamérica, salvo la argentina Ruth Benzacar (con Marie Orensanz), triste circunstancia que vuelve a recordarnos aquella aspiración de ARCO durante años a ser la feria internacional en Europa de arte latinoamericano, sueño que se frustró definitivamente cuando se creó Miami Art Basel.
Sin pretender la misión imposible de hilar una presumible historia del arte contemporáneo, sí encontramos una iniciación a las vanguardias históricas en la galería 1900-2000, con dibujos y fotografías de la relevancia y calidad a la que nos tiene acostumbrados. Se apunta a algunas tendencias de la tradición del arte contemporáneo hasta hoy, como las diversas versiones de la abstracción en Rafael Ortiz (Equipo 57 / Manuel Barbadillo), Elvira González (Elena Asins / Donald Judd) y Heinrich Ehrhardt (Ruckriem / Knoebel). La destacada generación de las pintoras realistas María Moreno, Isabel Quintanilla, Carmen Laffón y Amalia Avia con un paisaje desde su estudio que se presentó en el primer ARCO en la galería de Leandro Navarro.
El peso específico de la escultura está presente en el diálogo de dos piezas monumentales de Susana Solano y un “iglú” de Mario Merz, situadas en el centro de esta sección gracias a Giorgio Persano. O la importancia del texto en las últimas décadas en Juana de Aizpuru, con Dora García y Rogelio López Cuenca, con quienes comenzó a trabajar en los años 90.
El Cultural en ARCO
Ven a visitar nuestro espacio en ARCO. Estamos en el pabellón 9, junto a Opening. Stand 9D28.
Además, si te suscribes a la revista en PDF durante la feria (del miércoles 23 al domingo 27) te enviaremos una de nuestras bolsas de regalo.
La emergencia social y las micropolíticas se muestran en dúos y solos: en Annet Gelink, Yael Bartana y David Maljkovic; la alemana Esther Schipper con General Idea, grupo que protagonizó la apertura de la galería; y Thaddaeus Ropac con Gilbert and George. Las reflexiones sobre arte contextual en torno a la noción de marco están en la tríada Perejaume, Ràfols Casamada y Hernández Pijuan en Joan Prats. Y los textiles en Mai 36, con los dúos de Rita McBride y Matt Mullican; y un friso de Nancy Spero, junto a Etel Adnan, en Lelong. Otros dúos son Eva Schlegel y Monica Bonvicini en la austriaca Krinzinger; y en la galería berlinesa Carlier Gebauer, Iman Issa con autorretratos y Michel François.
En todo caso, un comisariado que contrasta frente al totum revolutum de la mayoría stands de las galerías en el programa general. En conjunto, un puzle que llega a conformar una interesante tipología de proyectos curatoriales de exposiciones por tendencias, medios, temas, diálogos y también individuales. Entre las propuestas más recientes, encontramos en Chantal Crousel piezas de Mona Hatoum; Dominique González Foerster con la instalación Astrocytes de su última exposición en Jan Mot el pasado año; y la frescura ecologista de las Kitchen Pieces de Karin Sander en Helga de Alvear.
En este breve repaso, sorprendentemente abundan las artistas, representación que los comisarios se enorgullecen de haber llevado hasta una mayoría relativa, otra vez en franco contraste con la historia y el presente de ARCO: proponiendo el modelo al que la feria deberá tender en el futuro.
Más que un evento comercial
ARCO es un acontecimiento fundamental en el desarrollo del arte en España sin el que no podría entenderse nuestra historia del arte de las últimas décadas. Ha sido mucho más que un evento comercial. Fue el espacio en el que muchos tuvimos nuestro primer contacto con el arte que se estaba produciendo fuera y también donde conocimos a los críticos, y comisarios que dominaban la escena internacional. ARCO era y es un punto de encuentro en el que se entablan relaciones y se establecen redes e intercambios. Ha sido también esencial como puente entre Latinoamérica y Europa. Su importancia ha sido tanta que durante bastantes años llegó a determinar la programación de algunos de los museos, centros y salas de exposiciones de Madrid.
En la sección ARCO 40 (+1) hemos pretendido no solo aludir a esta historia, invitando a algunas de las galerías que han jugado un papel imprescindible en el desarrollo de la feria, sino que además hemos intentado evidenciar su compromiso con los artistas que representan. Muchas de ellas han crecido acompañando a los creadores que ahora muestran en sus stands o, cuando ya eran galería consagradas, les han apoyado desde casi el inicio de sus trayectorias.
Sergio Rubira