Un retrato de Botticelli, subastado por 76 millones de euros
'Young Man Holding a Roundel', que se encuentra en buen estado de conservación, ha sido vendido por Sotheby's Nueva York por encima de la estimación inicial
28 enero, 2021 19:37La obra Young Man Holding a Roundel (Hombre joven sujetando un medallón), pintada por Sandro Boticcelli y procedente de una importante colección privada, ha sido vendida en la sede de Sotheby’s de Nueva York por 92,1 millones de dólares (unos 76 millones de euros). Para la prestigiosa casa de subastas, esta pieza que retrata a un joven sosteniendo un medallón, encarna uno de los mayores logros del pintor como retratista. Además de presentar un buen estado de conservación, esta pintura ha sido vendida por encima de los 80 millones de dólares estimados.
Las pujas por el retrato duraron más de cuatro minutos entre varios compradores que se encontraban en Nueva York y en Londres. Finalmente, una puja telefónica desde la capital inglesa consiguió que el martillo cayera en dicha cifra. Aunque Botticelli sobresalió en el arte del retrato, son pocas las obras que sobrevivieron al paso del tiempo. Las demás, se encuentran expuestas en museos. Además, esta pieza es uno de los tres retratos que permanecen en manos privadas.
“Si no fuera por su elegante túnica, el individuo que se representa aquí podría haber salido de una de las pinturas mitológicas o religiosas de Botticelli. Innovadora en su forma y al mismo tiempo totalmente característica del genio del artista, esta obra se remonta al apogeo de su carrera. Representa la expresión visual perfecta de la cultura florentina del último quattrocento, pero la nítida simplicidad de su entorno y la presencia realista del modelo la hacen profundamente moderna”, indica Sotheby’s. Según los expertos, uno de los rasgos más significativos de esta obra es la figura de un santo barbudo que el protagonista sujeta con la mano derecha levantada.
Durante generaciones, el retrato perteneció a la familia Newborough, procedente del norte de Gales, donde colgó en la sede familiar de Glynllifon. La pieza, desconocida para los estudiosos antes de que apareciera en el mercado del arte a principios del siglo XX, fue comprada a la familia Welsh por Frank Sabin alrededor de 1935. Cuando vendió la pintura al célebre científico y coleccionista británico Sir Thomas Ralph Merton alrededor de 1941, Kenneth Clark, entonces director de la Galería Nacional de Londres, apoyó totalmente su atribución a Botticelli y la elogió como "uno de los mejores retratos del siglo XV que he visto en el mercado”.
Aunque este retrato formó parte de una exposición de la Royal Academy de 1960 en Burlington House en Londres, permaneció fuera del alcance público durante las siguientes décadas. De modo que gran parte del discurso crítico del siglo XX sobre el artista pasó por alto esta pintura. Sin embargo, desde que esta fue adquirida por el actual propietario en 1982, ha estado a la vista del público, colgada en destacados museos internacionales y figura en importantes exposiciones como obra maestra de Botticelli. Actualmente, los estudiosos la consideran una de las obras más importantes del artista.