María Cañas y el Diógenes audiovisual
La artista sevillana presenta 'Visiones contemporáneas', nueva entrega del programa de la sala de proyección del DA2 de Salamanca
4 agosto, 2020 09:42Ciberyonqui, así se define María Cañas (Sevilla, 1972) con esa expresividad verbal que la caracteriza. Archivera visual, apropiacionista y cineasta “sin cámara”, es la protagonista de Visiones contemporáneas, la nueva entrega del programa de la sala de proyección del DA2 de Salamanca (y ya van 23) comisariado con mimo por Playtime Audiovisuales.
María Cañas bebe de fuentes infinitas y remezcla en sus vídeos materiales encontrados en internet, en las redes sociales, la televisión y el cine con los que construye relatos que critican con humor e inteligencia el folclore español –en su versión más sevillana– y toda la cultura que rodea a lo digital. Me gusta compararla con Agnès Varda, transformada Cañas en una espigadora de lo audiovisual que recolecta, reciclay combina todo lujo de materiales, víctima de supropio síndrome de Diógenes. Su obra es vídeo de guerrilla, algo así como un bricolaje aparentemente low tech. No crea nuevas imágenes sino que se apropia de las ya existentes con las que construye combinaciones imposibles que, juntas, disparan un sinfín de nuevos significados. La crítica subyace en todas ellas, así como el sentido del humor, la “risastencia” que dice ella. Son vídeo-collages de estética pop.
La oscuridad no es algo negativo, sino un campo de posibilidades. Es el lugar donde habitan las sombras
Entre los trabajos más recientes que se presentan ahora está La Cosa Vuestra (2018), un remix sobre los Sanfermines vistos desde distintos prismas: la parte sacra, la fiesta desbordada, las noticias del telediario e ilustres visitantes pasados como Hemingway, junto a casos de violencia hacia lamujer y declaraciones animalistas. Mientras, en su último vídeo, Padre no nuestro (2019), habla del Dios contemporáneo que es internet: “está en todas partes, es invisible y se entera de todo”. Una especie de Black Mirror protagonizado por irreverentes humanoides más propios de un videojuego –Mark Zuckerberg entre ellos– en el que la mayoría de las imágenes están sacadas de Youtube pero también de películas y de la televisión. Lo aprovecha todo.