Teresa Solar Abboud: "La identidad egipcia es importante en mi trabajo"
Teresa Solar Abboud
No tiene ni estudio ni galería y, sin embargo, muestra su obra en Matadero Madrid, Sala Arte Joven, en la Fundación Botín (Santander) y en La Panera (Lérida). Teresa Solar Abboud es, además, la única finalista española de la beca Rolex que consiste en una residencia con Joan Jonas.
La artista, licenciada en Bellas Artes, estudió en Madrid, Barcelona y Londres gracias a diferentes becas de traslado. En su obra reflexiona sobre el paisaje contemporáneo y le interesa ver cómo estos se transforman debido a la influencia de la industria turística y cinematográfica. "Mi trabajo comprende prácticas heterogéneas centradas especialmente en obras audiovisuales y escultóricas", señala. En Todas las cosas que no están, una película grabada gracias a la beca de producción de la CAM, narra en primera persona un viaje por Estados Unidos que surgió de una imagen que le llevó hasta la figura del fotógrafo Harold Edgerton. En cambio, en Los embajadores reconstruye algunos decorados de la película Lawrence de Arabia (David Lean, 1962) en un vídeo en el que añade una escena grabada en Sevilla para tratar el tema de la deslocalización.
Solar Abboud también forma parte de la colectiva Art SituaCions de Matadero y fuera de Madrid expone El escritorio circular , un proyecto que ha realizado para La Panera y Al haggara [La piedra en castellano], en la Fundación Botín, un espacio en el que el próximo mes de junio expondrá la artista Joan Jonas, pionera del vídeo y la performance en la década de los 60 y 70. Sus obras sentaron las bases de estas disciplinas artísticas y su influencia se ha extendido al arte conceptual. Con ella compartirá tiempo y espacio en caso de ser la seleccionada por el jurado de la Iniciativa Rolex, que se dará a conocer en junio.
Pregunta.- ¿Qué es lo que le une a esta veterana artista?
Respuesta.- Creo que tenemos una idea similar a la hora de entender el espacio del vídeo. Jonas trabaja con la relación entre acciones, grabaciones de las mismas y la exposición física de los elementos que utiliza en ellas. La manera en que se puede imbricar el espacio grabado con el espacio físico es algo que a mí también me interesa trabajar. Introduzco, por ejemplo, fragmentos de atrezzo de mis películas como esculturas dentro de exposiciones cuando en realidad han sido creados para una ficción.
Solar Abboud piensa que este tipo de residencias entre artistas jóvenes y clásicos suponen una buena "fuente de conocimiento". Además, compartió con Jonas una entrevista de cinco horas que se convirtió "en una experiencia vital".
P.- Mientras se conoce el fallo su obra estará en Itinerarios. ¿En qué consiste su proyecto?
R.- Presento una película, Al haggara, en la que he trabajado durante el último año. Se trata de una revisitación de mi espacio familiar en Egipto (su madre es egipcia) y las implicaciones culturales y lingüísticas de esta identidad han sido importantes en mi trabajo. Pero este quería hacerlo de manera más directa mezclando imágenes documentales con ficciones.
P.-- ¿Es una de las mayores influencias para sus proyectos?Los programas de residencias permiten realizar proyectos más ambiciosos"
R.- Ha hecho que mi trabajo esté cuajado de la idea de traducción, de viaje, de extranjero. Son elementos muy presentes en mi obra que, quizá, no han sido trabajados de manera muy directa. Ya en la pieza de Lawrence de Arabia trabajo con esta figura que habla de la representación de Oriente a través de Occidente pero ahora se evidencia más.
Solar Abbourd no solo echa la vista atrás para revisitar esos espacios familiares sino que también se interesa por las historias pasadas. Es el caso de El escritorio circular, una gran instalación concebida como un laberinto escenográfico, que expone junto a su amigo Guillermo Mora en La Panera. Un proyecto específico, compuesto de siete instalaciones, "realizadas a cuatro manos".
P.- ¿Cómo han congeniado las ideas creativas de ambos?
R.- Guillermo y yo tenemos obras muy diferentes. Yo trabajo mucho con vídeo e instalaciones y él tiene un discurso centrado en la pintura como materia. Juntar ambos mundos necesita dedicación y tiempo. Ha sido un experimento que podría no haber salido pero estamos agradecidos porque es la exposición más grande a la que nos hemos enfrentado.
P.- ¿De qué trata el proyecto en cuestión?
R.- El escritorio circular parte de este mueble peculiar que fue utilizado en bibliotecas por estadistas y abogados durante los siglos XIX y XX. Esta estructura nos permitía representar los puntos de unión de nuestras prácticas, como puede ser la reflexión acerca de los diferentes estadios del lenguaje mostrando las diversas mutaciones de nuestras materias de trabajo.
P.- Fue seleccionada para Generaciones (2013) y participa en Itinerarios. ¿Qué significa formar parte de estos programas?
R.- En realidad son la única manera que tenemos los artistas jóvenes de acceder a producciones mayores y de llevar a cabo proyectos más ambiciosos. Te permiten llevar tu producción a un paso mayor, más allá de crear a pequeña escala y te hacen avanzar como artista.
P.- ¿Qué opinión tiene de los programas de residencias en España?
R.- Creo que faltan plataformas y un apoyo más continuado a la proyección hacia el exterior. Pediría que fuera más estable, con más presencia en instituciones y programas de residencias fuera, que el Estado apoyase a sus artistas.
P.- Después de haber viajado tanto, ¿cómo ve el mercado del arte en el extranjero?
R.- España está en una posición periférica, la crisis ha barrido la mitad del sistema y es difícil sobrevivir. Pero tampoco se puede pensar que un programa de residencia de tres meses te va a colocar en una posición interesante en otra ciudad. Requiere tiempo, conocer el contexto, trabajar duro y hacerse un hueco. Pero no hay duda de que los contextos de otros países ofrecen más oportunidades.
@scamarzana