La familia de Juan Carlos I (1994-2014), de Antonio López.

El rey Juan Carlos nos dirige una mirada seria y algo cansada desde el centro del cuadro. A su derecha, en idéntico gesto, posan las infantas Elena y Cristina, fría la primera y tibia la segunda. En la otra mitad del cuadro, la luz se concentra en la sonrisa de la reina Sofía, y en el extremo de la composición, Felipe, príncipe de Asturias entonces, sobresale del resto por su altura y su posición ligeramente más próxima al espectador. Posa con las manos unidas y una mirada afable y resuelta que, ya en 1994, encarnaba el futuro de la monarquía.



20 años después de aquellas instantáneas que Antonio López usó como modelo, el público puede contemplar por fin su esperado retrato de La familia de Juan Carlos I, de 3x3,39 metros. El maestro hiperrealista se instaló en un estudio de la parte norte del Palacio Real de Madrid en 2012 para ir terminando el cuadro que la Casa Real le había encargado por 50 millones de pesetas (unos 300.000 euros).



El imponente lienzo se estrena de la mejor manera posible, junto a obras de Goya, Rubens, Madrazo, Sorolla, Dalí y otros genios de la Historia de la pintura, formando parte de la exposición El retrato en las Colecciones Reales. De Juan de Flandes a Antonio López, comisariada por los conservadores de Patrimonio Nacional Carmen García-Frías (responsable de las obras de la época de los Austrias) y Javier Jordán de Urríes (encargado de las obras correspondientes a la dinastía de Borbón). Los reyes don Juan Carlos y doña Sofía inaugurarán este miércoles la exposición.



Cuenta José Rodríguez-Spiteri Palazuelo, presidente de Patrimonio Nacional, que el artista estuvo hasta ayer mismo dando los últimos retoques al cuadro. Su meticulosidad es bien conocida desde aquella fantástica película de Víctor Erice, El sol del membrillo, y la siguiente anécdota nos da una muestra de ese perfeccionismo: Rodríguez-Spiteri Palazuelo recuerda un encuentro entre su tío, el pintor Pablo Palazuelo, y Antonio López, hace años. López le explicó a Palazuelo los detalles del encargo del retrato real y las preocupaciones que tenía con respecto a su ejecución, y la respuesta cómplice de Palazuelo fue: "‘¡No se te ocurra acabar ese cuadro!".



Finalmente, López cumplió su compromiso y "ayer estampó la fecha y la firma, y lo fechó 1994-2014, dejando clara constancia de que había tardado 20 años en pintar el cuadro", explica el presidente de Patrimonio Nacional. "Con la humildad que le caracteriza, Antonio López nos ha dicho en muchas ocasiones que ha aprendido mucho con este cuadro", ha explicado la consejera gerente de Patrimonio Nacional, Alicia Pastor Mor.



Juan de Flandes: Retrato de la reina Isabel la Católica, hacia 1500-1504.

Aunque el retrato de López es la pieza que ha generado una mayor expectación, numerosas joyas pictóricas pertenecientes a las Colecciones Reales se exhiben en la muestra, empezando por el retrato más fidedigno de Isabel la Católica, pintado por Juan de Flandes hacia 1500. De las 114 obras recogidas en la exposición, patrocinada por la Fundación Banco Santander, destacan también el Retrato de Felipe II en la jornada de San Quintín (1560), de Antonio Moro; la única miniatura de Diego Velázquez, que representa al Conde Duque de Olivares (hacia 1638); el único retrato ecuestre que pintó José de Ribera, en el que aparece el infante Juan José de Austria, hijo de Felipe IV y la Calderona (1648). Pueden verse también obras muy conocidas y reproducidas para ilustrar la figura de los reyes de las casas de Austria y de Borbón, como el de Felipe III por Bartolomé González (1621); Carlos II por Carreño de Miranda (hacia 1675), el impresionante Felipe V a caballo por Louis Michel Van Loo (1737); Carlos III con el hábito de su Orden, por Mariano Salvador Maella (1784); Carlos IV, cazador y María Luisa de Parma con mantilla, de Goya (1799); Isabel II con su hija Isabel, Princesa de Asturias, de Franz Xaver Winterhalter (1852); y Alfonso XIII, con uniforme de húsar, en los jardines de La Granja, de Joaquín Sorolla (1907).



Louis Michel Van Loo: Felipe V a caballo, 1737.

Entre las piezas escultóricas, destaca una bella obra de Mariano Benlliure, fechada en 1906, que representa a Alfonso XIII acompañado de la Reina Victoria Eugenia, él en bronce patinado y ella en mármol; Alfonso XII niño a caballo, de Venancio Vallmitjana (1864).



Mariano Benlliure: Alfonso XIII acompañado de la reina Victoria Eugenia, 1906

La exposición se abre con sendos retratos de don Juan Carlos y doña Sofía realizados por Hernán Cortés Moreno, en 2014 y 2008 respectivamente, y se cierran con el retrato familiar de Antonio López y con un cuadro de Dalí fechado en 1973-1979: El Príncipe de ensueño, que abre en el pecho de Juan Carlos I una ventana a un paisaje de contenido simbólico.



Uno de los puntos fuertes de la exposición es el diseño de una excelente visita virtual gratuita -especialmente útil para estudiosos del arte y para personas que no vivan en Madrid-, mediante la inclusión de todas las obras, con sus fichas correspondientes, y vistas de sala en la aplicación de Patrimonio Nacional para dispositivos móviles y en un microsite dentro de la página web del organismo.



El presidente de Patrimonio Nacional ha destacado la importante labor de restauración de muchas obras seleccionadas para esta exposición, que "ha convertido las salas de la exposición en un taller durante meses".