Aquí y ahora: ambición y renuncia
Antes que todo
8 octubre, 2010 02:00Vista de una de las salas con piezas de Francesc Ruiz en primer plano
El aquí y ahora del arte. Ufff. Es como en el bosque maldito de los cuentos: peliagudas cuestiones que requieren respuestas increíbles para poder atravesarlo. Esta propuesta de "lo nuestro" que han montado Manuela Moscoso y Aimar Arriola por encargo del CA2M es tan atrevida como rara por estos pagos, acto temerario de quien se sabe probable pasto de las hienas. De su ambición es seña que vaya a ocupar durante tres meses todo el centro, o que se nutra de gran cantidad de textos paralelos que, como espejos de tinta, reflexionan sobre lo que la muestra propone, proporcionando un contexto y un aparato (auto)crítico que los hacen parte de ella.Tras dos largas visitas al CA2M (y horas leyendo esos textos), no es fácil resumir los trazos, ni tiene mucho sentido describir las casi 90 obras. Se trata de un conjunto muy heterogéneo de trabajos realizados con las técnicas más diversas por 56 artistas nacidos o establecidos en España, en gran parte de los casos nacidos en los 70 pero también antes y después. Se despliegan en un montaje limpio que busca propiciar diálogos y discusiones entre ellas y con el público. No hay orden cerrado. Al contrario, se proponen diversos recorridos técnicos y conceptuales que dan lugar a distintas relaciones difusas entre subconjuntos que en ningún caso engloban un todo.
Claro, ni están todos los que son ni son todos los que están y la polémica está servida. Constataciones de valores, algunas gratas sorpresas, pero no se trata de eso. Los comisarios reconocen que la selección se origina en la subjetividad y el capricho pero sus casos son más bien como ejemplos para enunciar problemas de matemáticas. Estamos ante un "proyecto de exposición" que se interroga sobre asuntos tales como lo nuevo y lo actual, las convenciones, el gusto, los términos presente y pasado. A partir de una noción doble de "expectativa" (como "posibilidad de acontecer" y como "espera en tensión") enseña la visión de un organigrama patrio tan provisional e incompleto como definido.
No hay canon, generación para la Historia, ni lista de lo que más chifla, sino una de las posibles observaciones de partículas esenciales del fenómeno que hoy llamamos arte, de su capacidad de representar a una comunidad, su potencial crítico y de asimilación y de cómo todo eso funciona por aquí. E, implícitamente, es el reconocimiento de la invalidez de cualquier afirmación de estabilidad. De hecho, el máximo valor de esta investigación es que su renuncia a la exactitud y la totalidad, su empuje a lo posible, alienta otras prácticas similares, réplicas y contrarréplicas. Nuevas selecciones y narraciones que ayudarán a pensar de nuevo la convivencia de valores y cuestionamientos, lo otro.