Lou Reed, noise y sepia
El cantante presenta en Palma de Mallorca una muestra fotográfica, un documental y un concierto junto al Metal Machine Trio
29 abril, 2010 02:00Lou Reed en una imagen reciente. Foto: AP
Lou Reed es un tipo tan serio como fiel a sus principios. Viene a Palma de Mallorca para inaugurar una exposición y decide no conceder ni una entrevista. Ni una. También desconvocó personalmente y en el último momento la rueda de prensa del jueves en la que iba a explicar a los medios su arte, el otro, el que nada tiene que ver con su música clásica o con la Velvet. Ahora Reed es fotógrafo, y reconocido ya, además, y a eso ha ido al Museo de Arte Contemporáneo Es Baluard, que acogerá hasta el 30 de mayo varias fotografías del neoyorquino y que también proyectará su documental Red Shirley, un mediometraje recién estrenado con el que el músico se ha metido a director para retratar la vida de una prima suya, polaca de origen, y de cien años de edad.Su paso por la isla tiene una guinda, un concierto este viernes en el Teatro Principal de la Palma que ofrecerá dentro del festival Alternatilla. Y será un concierto alternativo, nada de clásicos. Sus seguidores -que pese a todo han agotado las entradas- verán al Reed más próximo al noise, acompañado del Metal Machine Trio (autor de la música de su documental), en una cita titulada A night of deep noise. No es nueva su asociación con este trío, como tampoco lo es la mala fama: ni fans ni críticos han sabido apreciar hasta la fecha el resultado de su colaboración, calificando el disco que tienen en común como el peor del compositor de Take a walk on the wild side, cuyo atrevimiento en esta obra deja en pañales las peripecias de bandas como Sonic Youth.
En cuanto a sus fotografías, Reed se aleja en esta ocasión de los ambientes urbanos de anteriores series para surcar paisajes rurales de aires sobrenaturales, un efecto que logró al adaptar su objetivo a la visión infrarroja y un campo que parece atraerle cada vez más después de su acercamiento a Poe con la pieza teatral The Raven. La figura humana, en esta ocasión, desaparece por completo de sus imágenes.