Esther Ferrer y Marina Abramovic, dos pioneras de la performance cara a cara
No es habitual que dos grandes de la performance coincidan en la cartelera artística madrileña. A la exposición de Marina Abramovic se une la participación de nuestra performer más conocida, Esther Ferrer, en Acción MAD! Las “abuelas” del arte de acción se ven las caras en estas páginas.
6 noviembre, 2009 01:00Tienen en común el trabajo con el propio cuerpo y el interés por el arte en vivo. Esther Ferrer (San Sebastián, 1937) y Marina Abramovic (Belgrado, 1946) coinciden estos días en Madrid. Abramovic inaugura hoy exposición en La Fábrica, donde podremos ver las fotografías de su última (y esperada) perfomance española, un homenaje a Santa de Teresa de Ávila producido por Laboral Teatro la pasada primavera. Esther Ferrer es una de las protagonistas de Acción MAD!, el festival de arte de acción que se celebra en Madrid hasta el 22 de noviembre. Allí participa con un taller en La Casa Encendida (del 16 al 20) y una performance en Matadero el día 21. Con ambas hablamos de la evolución de este formato artístico que, por esencia, no deja de reinventarse.
Pregunta. ¿Cuál es el papel de la performance en el arte actual?
Esther Ferrer. Pienso que se está integrando como un género más en el arte actual, lo que no considero en absoluto beneficioso. Me gusta la idea de hacer algo que no se sabe muy bien lo que es. Pero muchos pretenden definirla, clasificarla y dogmatizar, imponiendo una teoría, “la buena”, contra las otras, “las malas”. Prefiero que haya tantas teorías como performers. Que tras una acción los presentes, se pregunten “¿pero esto qué es?”
Marina Abramovic. Para mí una buena performance debe afectarte mental y espiritualmente. Su papel más importante es la conexión entre artista y público, una relación muy inmediata, ya que la performance es algo que está vivo y la experiencia que propone es una transmisión directa de energía.
P. La performance parece estar de moda, ¿a qué lo atribuyen?
Ferrer. Puede ser una reacción frente al mundo digital. Frente a la “descorporeización”, la presencia de un cuerpo real, objeto y sujeto de la acción.
Abramovic. La performance es como el Ave Fénix, el pájaro que renace de sus cenizas. En los 70 surgió bajo el nombre de “arte del cuerpo”; en los 80 casi desapareció debido a las galerías y el mercado; luego, la experiencia del cuerpo volvió a los teatros y la gente empezó a hacer performances en clubes nocturnos, en Inglaterra y América… Y ahora, parece estar por todas partes, quizá sea por esta crisis. La performance vuelve otra vez por su carácter minimal.
Ferrer. Pero hay sin duda otras razones, por ejemplo la gran libertad de expresión que permite, el que no sea necesario dominar una técnica, ni tener conocimientos teóricos. El que sea la obra abierta por excelencia, integradora de todas las formas de expresión.
P. ¿Creen que internet y las redes sociales favorecen la difusión de la performance?
Abramovic. ¡La verdad es que no tengo tiempo para el Facebook! Pero creo que fenómenos como Second Life o Youtube son muy interesantes. No me importa que la gente pueda ver mis performances por internet y que eso les lleve a interesarse por ellas. El problema es que muchos sólo las conocen mediante esa vía y eso se aleja mucho de la experiencia real. El mayor problema es que todo se convierte en experiencia virtual, algo que, en relación a la performance, deja un gran vacío y deja de lado muchos aspectos.
Ferrer. Sin duda han contribuído, pero yo empleo poco estos medios. Lo que difunden no es la acción, sino un documento sobre ella, conviene marcar la diferencia.
Público pasivo
P. Abramovic citaba antes al público como papel prioritario. ¿cómo ha cambiado? ¿Qué importancia tiene hoy?
Ferrer. Su evolución es hacia la pasividad, a convertirse en espectador tipo, propio de la situación teatral. Tiene la importancia que cada cual quiera darle, se pueden hacer acciones sin un público definido como tal.
P. Y, respecto al mercado, ¿cómo se interrelaciona? ¿No creen que la fotografía o el vídeo rompen con la esencia efímera del arte de acción?
Ferrer. La fotografía o el vídeo de las acciones son documentación, y toda documentación es algo fosilizado. La acción no; ésta se puede renovar tanto como se desee, se puede transformar in situ. En cuanto al mercado, por supuesto que la performance forma parte del mismo, todo se compra y se vende, la acción también (aunque no siempre), incluida su documentación convertida en mercancía desde hace algún tiempo.
Abramovic. De hecho, en los 70 a un fontanero se le pagaba más que a un artista de performance. Creo que sigue siendo difícil vender una performance. Sigue estando al margen del mercado, así que es muy importante pensar las performances como productos rentables.
Feminismos
P. No es gratuito que la mayoría de los performers sean mujeres. ¿Sigue vigente la revisión feminista en el arte de acción?
Abramovic. Nunca he sido feminista y no he pertenecido a esta categoría. No creo en el feminismo, sino en los buenos y malos artistas.
Ferrer. La revisión feminista está vigente en todo, no solamente en la performance. Hoy hay más mujeres en el mundo de la acción, porque hay también muchas más escultoras, pintoras, cineastas, etc. Es algo que ocurre en todos los terrenos. ¿La performance atrae más a las mujeres? Quizá porque su relación con el cuerpo es diferente de la del hombre.
Traspaso generacional
P. ¿Quién es para ustedes el maestro de la performance y qué performers les interesan de la nueva generación?
Abramovic. Para mí el maestro es Tehching Hsieh y algunos de los artistas interesantes que están investigando sobre la performance son Terence Koh, Marie Cool & Fabio Balducci, Ragnar Kjartansson, Nikhil Chopra, Nico Vascellari, Eunhye Hwang, Davide Balliano...
Ferrer. La performance es como la anarquía : ni Dios, ni dueño, ni nación pero, por supuesto, como en todo ha habido pioneras/os.
P. ¿La consideran como ruptura del sistema del arte?
Ferrer. Quizás en su momento hizo una hendidura, ruptura es mucho decir, puesto que siempre se situó en su interior, pese a todo. ¿Puede citarme a algún artista que haya escapado al sistema, que no haya sido recuperado? El sistema fagocita todo... La única forma de evitarlo es no haciéndolo.
P. ¿Hacia dónde se encamina el arte actual?
Ferrer. Puede encaminarse hacia su desaparición, puede ser una especie en peligro de extinción, todo lo que aparece puede desaparecer o transformarse, evolucionar, porque no hay que creer que la evolución ha terminado, simplemente va despacio. Lo mismo puede pasar con lo que hoy llamamos arte
Abramovic. ¡Y la vida pasa muy deprisa! El arte debe ir más lento y lo interesante es trabajar con la idea de “aquí” y “ahora”.