Activo defensor de la unidad italiana, padre del idioma llamado entonces "vulgar" y activo participante en las convulsas luchas políticas de su época, Dante, tras una vida de exilio y privaciones, moriría lejos de su querida Florencia en 1321. Sin embargo, su obra, en especial la Comedia que Boccaccio pocos años después tildaría de "Divina", se expandió rápidamente por la Europa culta de su época. Especial influencia marcaría en España, donde fue lúcidamente acogida por los prerrenacentistas de la llamada escuela alegórico-dantesca: Juan de Mena, Francisco Imperial, Diego de Burgos, Enrique de Villena y el marqués de Santillana, Íñigo López de Mendoza.
A estos dos últimos debemos la pieza más significativa de la exposición que la Biblioteca Nacional inaugura para conmemorar los siete siglos del poeta florentino, Dante en la BNE: 700 años entre infierno y paraíso, que podrá visitarse hasta el 2 de octubre. Se trata de un recorrido a través de diez manuscritos que en palabras del comisario Michele Curnis, profesor de Historia Medieval de la Universidad Carlos III de Madrid, conforma "un relato de viaje al más allá cristiano estructurado en tres etapas principales, a través de los reinos de infierno, purgatorio y paraíso".
El libro al que nos referimos se trata de la primera traducción conocida de la Comedia a otra lengua, el castellano, y fue realizada hacia 1427 por Enrique de Villena para el marqués de Santillana en una copia de la obra fechada en Génova hacia 1354. Ajena a los fastuosos motivos decorativos que sí acompañan a otras piezas, el libro del marqués, que presenta la traducción al margen y está hecho en papel, se considera una obra de trabajo, de consulta, y refleja claramente el peso que tuvo Dante en la vertiente del prerrenacimiento español que buscaba imitar una expresión más culta y artificiosa, unos argumentos menos triviales y un contenido moral más elevado para sus obras.
Del texto a la imagen
Más allá de este "testimonio más antiguo del vínculo entre las literaturas de Italia y España", Curnis también señaló que las obras de la muestra, fechas todas entre los siglos XIV y XV, "documentan la extraordinaria historia textual, interpretativa y figurativa del poema medieval más leído y conocido del mundo". Así la muestra, conformada exclusivamente con fondos de la BNE, alberga también manuscritos ricamente miniados cuyas imágenes se hicieron capitales para reflejar la complejidad de la obra.
"Dante es el único de los grandes escritores medievales de quien no hemos encontrado rastro autógrafo ni material directo", apunta Curnis
"La Comedia está trufada de claves históricas, éticas, políticas y teológicas, por lo que desde el inicio de su difusión, que fue muy temprana, el texto necesitó un instrumento secundario para su difusión", explica el comisario, que añade que este se hizo "en forma de imágenes pero también con un gran aparato de notas capaz de esclarecer la cascada de referencias y arrojar luz sobre sus pasajes más oscuros". De hecho, uno de los volúmenes presentes en la exposición es un comentario de la obra realizado en latín por el propio hijo de Dante, el juez Petro Alighieri, que llegó a realizar tres exégesis de la obra paterna.
Paradójicamente, no existe ningún ejemplo conocido de la letra autógrafa de Dante, explica el comisario. "Es el único de los grandes escritores medievales de quien no hemos encontrado rastro autógrafo ni testimonio de material directo, pese a ser la suya una de las obras más y mejor reproducidas de la historia de la literatura". Un detalle más curioso si se piensa que existen en el mundo 850 manuscritos repartidos en 19 países de la obra del florentino.
Uno de los más antiguos e importantes, presente en la muestra, es un lujoso ejemplar del segundo tercio del siglo XIV hecho en pergamino, que pertenece a una serie llamada manuscritos del Cento, el centenar de copias en pergamino realizadas en un taller de Florencia hacia 1325, cuyo propietario "casó a todas sus hijas con unas cuantiosas dotes con las ganancias que obtuvo con ellos", según cuenta Curnis, haciendo hincapié en la gran demanda contemporánea de la obra.
Un legado duradero
Muerto en el exilio, en Rávena, Dante fue un incomprendido genio en vida, pero su fortuna cambió apenas muerto, pero no solo como poeta, pues como defiende Curnis, el escritor fue alabado y respetado "también como maestro, modelo de coherencia y compromiso político y artista visionario, capaz de sintetizar la historia universal, la cultura antigua y las inquietudes de su época en un poema ambientado en el inframundo que generaría una cosmovisión de la vida que alimentaría al arte desde entonces hasta hoy".
"Justo tras su muerte, Dante fue reconocido como un artista visionario, capaz de sintetizar la historia universal, la cultura antigua y las inquietudes de su época"
Asimismo, destaca el comisario que si bien "el proyecto y las ideas políticas de Dante, recogidas en obras como De Monarchia o Convivio —de la que esta exposición alberga también un magnífico ejemplar—, eran anacrónicas o difíciles de digerir incluso en su época, la excepcionalidad de su obra literaria sigue fascinando al mundo contemporáneo, por medio de una riqueza inigualable de intenciones éticas, teológicas, estilísticas, literarias e históricas".
El montaje de la muestra, a cargo de Enrique Bonet, está planteado haciendo alusión a la cosmogonía del autor italiano, plagada de círculos y bajo haces de luz coloreada roja, amarilla y blanca que, según el comisario, "permiten pensar en el infierno, el purgatorio y el paraíso de la Comedia y exaltar la potencia de la fantasía e imaginación de Dante". Además, la exposición también cuenta con un formato virtual que reproduce los textos en alta resolución e incluye grabados de los fondos de la BNE.