Image: La teoría del estado de Dante Alighieri

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Ensayo

La teoría del estado de Dante Alighieri

Hans Kelsen

10 enero, 2008 01:00

Así vio Boticelli a Dante. Imagen de Archivo

Ed. y trad. de J. L. Requejo. KRK. Oviedo, 2007. 543 páginas, 34 euros.

Hans Kelsen es uno de los más grandes filósofos del derecho del siglo XX. Fustigador implacable del decisionismo jurídico y de toda voluntad de reducción de la esfera jurídica a ámbitos considerados más determinantes, como el socioeconómico (en el marxismo) o el político (en Carl Schmitt), ha suscitado una poderosa influencia a la larga (a pesar de las prevenciones que pudiera provocar su concepción de "lo específicamente jurídico"). Su huella puede perseguirse en los grandes debates sobre positivismo jurídico versus ius-naturalismo en la filosofía del derecho de las tres últimas décadas.

Escribió esta aproximación a la concepción jurídico-política de Dante Alighieri cuando contaba sólo 24 años. Hay que tener en cuenta este dato para admirar su preparación cuando apenas salía de la fábrica estudiantil y, también, para no exigir otra cosa que un excelente ejercicio (eso sí, de altísimo nivel). Algo llama la atención desde el comienzo: el enorme atractivo del asunto elegido, y de la figura tomada en consideración. El buen gusto es condición necesaria.

Se conoce, por lo general, la implicación del gran escritor florentino en las contiendas políticas de la época, determinadas por dos factores: el auge irresistible de ese "poder no legítimo" que constituye, al decir de Max Weber, la emergencia de las ciudades (y de la ciudad de Florencia sobre todo), y la polarización de las contiendas entre las facciones urbanas a la sombra de aquéllos dos super-poderes que en pleno siglo XII mantuvieron un pulso letal, y que acarreó finalmente, en el XIII, su mutua decadencia: el Papado y el Imperio. Los célebres göelfos y gibelinos, o los blancos y negros contemporáneos de Dante, trazan un panorama de perpetua guerra civil entre los distintos grupos y estratos sociales de la población.

Kelsen resume en los primeros capítulos esa historia florentina en la que se inserta el poeta, partidario del Imperio en términos políticos, a la vez que ferviente cristiano, tal como queda perfectamente de manifiesto en su gran poema -la Divina Comedia- y en el testimonio de su conversión (la Vita Nuova). Pero subsiste, junto a estos textos, su De Monarchia, junto con escritos finales en los que abunda en temas políticos, proponiendo en todos ellos una monarquía universal que a la vez poseería su propia especificidad política (aun hallándose subordinada a la cosmovisión cristiana salvaguardada por el poder eclesiástico; sin que ello supusiera mengua de su propia autonomía).

Kelsen va razonando paso a paso los objetivos de la dantesca propuesta de monarquía universal, entresacando los principales objetivos que en ella deben cumplirse, el primero de los cuales lo constituye la paz universal: esa paz permanente, máximo fin de la monarquía terráquea, que el futuro jurista admirador de Kant encontraría posteriormente en el opúsculo de éste sobre La paz perpetua. La monarquía es la única forma que contempla seriamente el Dante. En la naturaleza ideal que Dante propone esa monarquía desparramada urbi et orbe permitiría la salvaguarda de la paz perpetua, y también de la libertad y de la justicia. Kelsen va siguiendo el texto del Dante, paso a paso, una vez ha mostrado el contexto de influencias que lo hacen posible (como la muy decisiva de Tomás de Aquino).

Se trata de un libro interesante del joven Kelsen, con una buena presentación de Juan Luis Requejo que contribuye a su lectura correcta. Quizás el texto kelseniano no posee todavía la gran fuerza de argumentación, subordinada a una idea filosófico-jurídica poderosa, de sus textos de madurez, pero es indicativo del nervio de investigador del autor y de su capacidad de comprensión y argumentación. El escrito procede de un año tan prematuro como 1905, cuando todavía existía el imperio austrohúngaro. Nacido en Praga en 1881, este pensador del derecho hizo a través de este texto un ejercicio de preparación de su posterior magisterio. Constituye un estupendo testimonio de sus años de aprendizaje.