A vueltas con el duelo, la literatura y la muerte, Sigrid Nunez (Nueva York, 1951) acaba de publicar El amigo (Anagrama), novela que narra la historia de una autora y profesora de literatura y escritura creativa que debe hacerse cargo de Apollo, un dogo alemán, tras el suicidio de su dueño, que fue amigo, amante y mentor de la protagonista.
Hija de madre alemana y padre chino-panameño, la historia personal de Nunez (Nueva York, 1951) es un cuento largo: mientras su padre trabajaba siete días a la semana como ayudante de cocina en un hospital y los fines de semana como camarero en varios restaurantes chinos, la autora de El amigo leía incansablemente, contra toda certeza, intentando huir de un presente abrumador. A pesar de todo, estudió en Barnard College, se licenció en Bellas Artes por la Universidad de Columbia, da clases en universidades como Princeton, Columbia y la Universidad de Boston y colabora habitualmente en revistas como The New York Times, Harper’s, O: The Oprah Magazine y The New York Review of Books. Gracias a su trabajo en esta última publicación conoció a Susan Sontag, a la que dedicó Siempre Susan: Recuerdos sobre Susan Sontag, hasta ahora su libro más famoso. Precisamente fue su amistad con esta autora lo que le descubrió el lado más oscuro de la literatura, esa fama y obligaciones que para ella carecen "absolutamente" de interés.
En cuanto al tema de El amigo, el suicidio de un maestro y amante, le es muy cercano. Sabe que pertenece a un colectivo, el de los escritores, especialmente vulnerable a la enfermedad mental, la depresión y el suicidio, que la fragilidad de existir ha empujado a demasiados escritores a la muerte (y aquí su lista se hace exhaustiva), pero también que la lectura puede ser una excelente distracción y que "muchos confían en ella como una gran ayuda para combatir la depresión".
Pura invención
Pregunta. ¿Podemos considerar El amigo como una suerte de memoria ligeramente ficticia o como un ejemplo de autoficción?
Respuesta. Definitivamente, no. Mi novela no pertenece a mis memorias ni es autoficción. Es una obra de la imaginación que incluye algunos elementos ciertos de mi autobiografía. Por ejemplo, al igual que mi narradora yo también soy escritora y profesora de escritura creativa y de literatura. Pero la mayor parte de lo que sucede en la novela es pura invención.
P. Quizá el problema sea que hoy todo se enmascara bajo esa etiqueta de moda, y que gran parte de lo que hoy se publica como novela es eso, "autoficción". Y, sin embargo, a menudo usted niega la mayor, asegurando que la autoficción es una constante en la historia de la literatura…
R. Desde luego, la ficción autobiográfica tiene una larga historia y siempre ha gozado de popularidad entre los lectores. Piense en Marcel Proust o en Lev Tolstoi, por ejemplo. O en Charles Dickens, en Chejov, en Virginia Woolf, en Hemingway… Todos estos autores publicaron magníficas muestras de ficción autobiográfica, y podría nombrar a muchos más.
"La mayoría de los nuevos autores ya no concibe la literatura como algo sagrado ni la escritura como una vocación dífícil que requiere mucho trabajo"
P. ¿De verdad cree que el mundo literario actual está tan lleno de odio, enemistad y envidia como ha afirmado?
R. No digo que esté lleno de odio, pero sí que resulta innegable que hay mucha envidia y enemistad entre los escritores y demasiada hostilidad entre los autores y la industria editorial.
P. En El amigo hay numerosas alusiones a Desgracia, de J. M. Coetzee. ¿Utiliza quizás la novela del Nobel surafricano como espejo de su propia historia, de sus sentimientos y de su indudable sensibilidad hacia la literatura y hacia los animales?
R. Desgracia es un libro que me entusiasma profundamente desde que lo leí por primera vez, hace ya muchos años. Soy una verdadera admiradora de la escritura de Coetzee en general, de hecho su obra forma parte de la lista de lectura de muchos de los cursos de literatura y de escritura creativa que he impartido, pero en El amigo aludo a Desgracia por una razón muy concreta, y es que existen fuertes similitudes entre el profesor mujeriego de mi novela y el profesor David Lurie, el desdichado protagonista de la novela de Coetzee. También es significativo que Lurie acabe trabajando en un refugio para perros, y que establezca un vínculo especial con un perro abandonado.
P. En la novela la voz protagonista reflexiona, a menudo con acritud, sobre la enseñanza de la literatura. ¿Por qué demasiados de sus estudiantes parecen más interesados en escribir sus propias historias y en conquistar el éxito antes que en leer a los clásicos?
R. Los escritores siempre han estado interesados en escribir sus propias historias y en conquistar el éxito publicando sus libros y desde luego, no hay nada malo en intentarlo. Lo que ha cambiado es que la mayoría de los autores ya no piensan en la literatura como algo sagrado o en la escritura como una vocación difícil que requiere mucha lucha, trabajo y sacrificio. La actitud hacia la escritura de hoy es mucho más "accidental". Por ejemplo, mis estudiantes tienen problemas con los clásicos, porque muchas de esas obras del pasado resultan verdaderos desafíos y no están entrenados en desentrañar obras exigentes. Algunos estudiantes me han confesado incluso que no quieren leer nada en absoluto, que no les gusta leer, que solo quieren escribir. Además, la gran literatura del pasado a menudo contiene ejemplos de racismo o sexismo, ejemplos que a muchos estudiantes de hoy les resultan intolerables. Incluso si solo hay un ejemplo de eso, de racismo o de machismo en una novela, no importa cuán buena sea, les resulta imposible abstraerse, solo pueden ver ese algo terrible y deplorable que a sus ojos es razón suficiente para rechazar el libro y a su autor para siempre.
"La gran literatura del pasado a menudo contiene ejemplos de racismo o sexismo que a muchos estudiantes de hoy les resultan intolerables"
P. Imposible conversar sobre su libro sin mencionar la relación entre la enseñanza y el sexo. ¿En alguna ocasión algún colega le ha insinuado que utilizase la literatura como estrategia de seducción?
R. No, jamás, pero cuando el profesor de mi novela dice que "un gran maestro es un seductor" en realidad no está hablando de seducción física sino de inspirar pasión y emoción en los estudiantes, lo que él sinceramente cree que forma parte insustituible del proceso de adquirir conocimiento y de inspirar amor por el conocimiento. Está de acuerdo con George Steiner, quien en su libro Lecciones de los maestros insiste en que el erotismo y la enseñanza están vinculados y en que la posibilidad de amar siempre está presente en el aula.
Lejos del mundillo y de las redes
P. Lo que parece no seducirla a usted es el mundillo literario, al menos a menudo la acusan de esquivarlo, de mantener las distancias con él…
R. La mayoría de las personas que conozco y trato forman parte de la comunidad literaria y son con quienes socializo todo el tiempo. También enseño escritura y, por lo tanto, he sido miembro activo de varios departamentos de escritura académica. De lo que me mantengo voluntariamente alejada es de las redes sociales, algo que en estos días resulta verdaderamente inusual para un escritor. También es cierto que me convertí en escritora no porque estuviera buscando una comunidad que me amparase, sino porque pensé que era algo que podía hacer yo sola, en la privacidad de mi habitación. Para mí, escribir siempre ha tenido que ver con la soledad, no con formar parte de una comunidad literaria o del mundillo cultural.
"Me gusta pensar que Susan Sontag hubiese disfrutado El amigo, aunque hubiese descubierto algunas debilidades. Era una lectora extremadamente crítica"
P. ¿Cree que Susan Sontag hubiese disfrutado con El amigo, que le hubiese emocionado?
R. Me gusta pensar que hubiese disfrutado la novela, al menos parte de ella. Pero estoy segura de que hubiese descubierto algunas debilidades, algunas inconsistencias. Sontag era una lectora extremadamente crítica y con unas exigencias de calidad muy altas. Cuando estoy escribiendo me gusta imaginarla leyendo mi trabajo porque me obliga a trabajar más duro.
P. Parece que El amigo se convertirá en una película. ¿Qué está descubriendo sobre su relato, y sobre la relación entre la literatura y el cine?
R. Creo que ya hay un guión terminado, pero aún no lo he leído. Estoy segura de que debe ser muy diferente del libro en muchos aspectos, pero si la película finalmente se hace tendré mucha curiosidad en ver qué tipo de historia han logrado crear los cineastas a partir de la mía.