Alicia Martín: "El arte contemporáneo no precisa de reglas"
Alicia Martín. Ilustración: Ulises
¿Qué libro tiene entre manos?
El libro de los laberintos de Paolo Santarcangeli y Arte en flujo de Boris Groys.
¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?
Tendría una doble cita: con las Pussy Riot y Patti Smith.
¿Recuerda el primer libro que leyó en su vida?
Rayuela, de Julio Cortázar.
¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura, es de tableta, de papel, lee por la mañana, por la noche?
Me gusta leer en papel y prefiero la mañana, aunque cualquier momento es bueno.
Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.
Me han marcado los viajes, conocer el punto más alto y el más bajo de cada ciudad y perderme en sus calles, museos, historia, descubrir otras maneras de ver la vida.
¿Qué artistas le emocionan más? ¿De quién tendría una obra en su casa?
No soy mitómana y mi percepción depende del contexto más que del nombre del artista. No tendría una obra en mi casa para disfrutarla yo sola.
¿Quién manda en el mundo del arte?
En el dirigido por el mercado, el dinero.
¿El arte contemporáneo es una nebulosa sin reglas?
No considero que el arte contemporáneo sea difuso e impreciso. Es un conjunto de propuestas estéticas que reflexionan en tiempo presente y no precisa de reglas.
En esta exposición en el Museo Lázaro Galdiano dialoga con su colección. ¿Qué le cuentan las obras?
Abordé la propuesta pensando en el todo, en una casa museo, con la intención de no sustituir o reproducir las obras expuestas, sino subrayar los aspectos de algunas de ellas. Por ejemplo, la ambigüedad en la identidad de El Salvador adolescente o los huecos en la talla sevillana del Niño de pasión.
Archivo 113 hace referencia a la conservación de las obras de arte durante la Guerra Civil, ¿el arte está hoy a salvo?
El título contextualiza el origen y el devenir de las obras en un periodo histórico determinante para España. De alguna forma, la recuperación de estas obras forma parte de la razón de ser del museo. Recomiendo al respecto el documental Las cajas españolas (2004) de Alberto Porlan.
Sus piezas más conocidas son instalaciones con libros, ¿era usted de las que los pintarrajeaba en el colegio?
Yo era de las que me los llevaba al parque para leerlos cuando hacía pellas.
Ejerza por favor de crítico de la última exposición que ha visitado.
Aún sigo recordando El otro lado de Henri Michaux en el Guggenheim de Bilbao, impecable en la presentación de una obra infinita, que empieza una y otra vez en cada uno de los papeles. Es una opinión personal, nunca una crítica.
¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
Sí, me interesa como disciplina de estudio, me aporta ideas y conceptos sobre los que reflexionar.
¿Sobre qué aspecto del arte pondría el grito en el cielo?
Del arte como tal, nada. Del mundo del arte, las malas prácticas, como no respetar la propiedad intelectual, el que se considere que no es necesario remunerar el trabajo del artista, los intereses particulares que perjudican el bien común…
¿Cuál es la película que más veces ha visto?
Creo que son dos, La naranja mecánica de Stanley Kubrick y Anticristo de Lars von Trier.
¿Qué libro debe leer el presidente del Gobierno?
El que indique con más claridad la puerta de salida.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
Aquí están mi familia y amigos.
Regálenos una idea para mejorar la situación cultural.
Perfilar un plan de estudios que considere igual de importantes las ciencias, las humanidades y las artes. Que se invierta y se apueste por un sistema de enseñanza pública de calidad.