Luc Besson
"Mi cine se parece al de Pixar lo que la comida francesa a la americana"
19 febrero, 2010 01:00Luc Besson. Foto: EFE
Hoy se estrena su última película, 'Arthur y la venganza de Maltazard'
A finales de los 90, el dibujante Patrice García le enseñó a Luc Besson el dibujo de una especie de elfo de pelo alborotado. Era un Minimoy. El director francés no podía imaginar que detrás de aquel minúsculo monigote se escondían diez años de trabajo. Pero es que tanto se fascinó con él que lo que iba camino de convertirse en un producto televisivo lo transformó en una saga cinematográfica. Los Minimoys le devolvieron la ilusión en dirigir películas al autor de Nikita o El quinto elemento, pues por entonces la había perdido un poco. Ahora llega a nuestros cines la segunda entrega de su exitosa (varios millones de franceses ya han pasado por taquilla) incursión en el cine animado. Con Arthur y la venganza de Maltazard pretende dar la réplica europea a la hasta ahora aplastante superioridad de Pixar en este género.
Pregunta.- La saga de Arthur era un proyecto para televisión pero usted decidió llevarlo al cine. ¿Qué vio en él para dar ese salto cualitativo?
Respuesta.- El dibujante Patrice García, que ya trabajó conmigo en El quinto elemento, me enseñó un dibujo de un Minimoy. Me encantó. Él quería hacer varios capítulos para televisión. De hecho, su mujer Celine ya tenía preparado un guión. Pero les dije que yo lo que sabía hacer es cine y nos pusimos manos a la obra. Escribimos un nuevo guión. Y tanto me apasionó la historia que entre la escritura de este guión y el rodaje de la película escribí la novela. Así que de un pequeño monigote que me enseñaron un día vinieron 10 años de trabajo.
P.- Le gustaría que los niños salieran de ver la película con una conciencia ecológica más sensible, ¿no?
R.- Hay que tener mucho cuidado con los niños, porque son como esponjas, lo absorben todo. Si te digo a ti que ayer estuve en la luna, te reirás. Si se lo digo a un niño, me dirá "qué suerte". Lo que he querido es incidir en la aceptación de la diversidad, que da igual blanco o negro, pequeño o grande, insecto o humano... También juego con ellos. Invierto los papeles. Ellos creen que de mayor podrán hacer más cosas, pero en la película son los niños los que pueden hacer muchas cosas que los adultos, por ejemplo conducir sobre una mariquita.
P.- ¿En qué se diferencian sus películas de animación y las de Pixar?
R.- En lo mismo que se diferencia la cocina francesa de la americana.
P.- ¿Qué quiere decir, que su películas son más refinadas?
R.- No, bueno, la metáfora de la comida la digo un poco broma, es exagerada. Yo como en restaurantes de tres tenedores y en Cheese Burguers y en los dos disfruto mucho. En cine, EEUU es el número uno, su potencial es enorme. Pero eso no quita que en España, o en Francia, también se puedan hacer muy buenas películas. Cada país tiene idiosincrasia. Los directores europeos tenemos algunos rasgos comunes que nos identifican. Pongo un ejemplo. El otro día iba en taxi en Nueva York. Vi en la cartelera de un cine una película mía y decidí parar para comprobar la calidad de la copia. Al salir me choqué con Pedro Almodóvar. Le pregunté que qué hacía por allí. Y me contestó: "Nada, he venido a ver la calidad de la copia de mi película". Esto es algo muy europeo.
P.- ¿Puede decirse que el cine de animación le devolvió la ilusión en dirigir películas?
R.- La verdad es que hace unos años perdí esa ilusión. No sentía el deseo. Y si no se siente este deseo es mejor estarse quieto porque no se puede rodar a medias. Un rodaje es muy exigente y hay que entregarse por completo. Yo es que empecé en esto muy pronto, a los 17 años. Decidí centrarme en la producción, que es mucho más cómoda. Pero sí, Arthur y los Minimoys me sacó de ese hastío...
P.- ¿Pero tiene intención de ponerse de nuevo tras la cámara?
R.- He estado rodando este verano Las aventuras extraordinarias de Adele Blanc Sec, a partir del cómic de Jacque Tardi. La película se estrena el 14 de abril en Francia. En España no lo sé todavía. Pero me han dicho que ayer compró en Alemania los derechos un distribuidor español.
P.- También se estrena en marzo aquí en España Desde París con amor, cuyo guión lo ha escrito usted. ¿Le gusta el resultado?
R.- Es una película sin mayores pretensiones, puro entretenimiento, para verla comiendo palomitas. Estoy muy contento con el resultado. Creo que la pareja que forman John Travolta y Jonathan Rhys Meyers es muy cinematográfica.