José Antonio Millán
Internet es como un bolígrafo: unos lo usan para escribir maravillas, otros sólo para rellenar la Primitiva
3 noviembre, 2005 01:00José Antonio Millán, por Gusi Bejer
El lingüista José Antonio Millán está consiguiendo con su libro Perdón imposible (RBA) lo que años de estudio académico no lograron: que puntuemos mejor. Apasionado de las tecnologías digitales y de su aplicación a la investigación lingüística y literaria, el autor de esta "guía para una puntuación más rica y consciente" fue uno de los padres del primer diccionario electrónico en castellano (el de la RAE) y tiene en su haber una veintena de libros. Su web www.jamillan.com (que cumple ahora diez años) es toda una fuente de cultura digital digna de visitar.
Respuesta: Sí, y lo que es más importante: se han presentado recursos ante los tribunales por la interpretación de una ley, que presentan razonamientos basados en mi libro: ¡a lo mejor enseña a puntuar a los legisladores!
P: Y a usted, ¿quién le enseñó a puntuar?
R: Primero el colegio, y luego años de práctica como corrector de pruebas; ¡eso sí que da un trato íntimo con los signos!
P: ¿Por qué uno pasa por la universidad, trabaja en la Prensa, y no puntúa bien?
R: Porque, en el fondo, puntuar exige pensar en los demás. Es el arte de ponerse en el lugar del que va a leer nuestro texto horas, meses o años después; y ponerse en el lugar del otro es difícil...
P: ¿A quién le hace más falta su libro?
R: A los hispanohablantes que escriban, aunque sea una receta de cocina. Los otros no lo necesitan...
P: Internet ¿ayuda a mejorar el uso del lenguaje?
R: Internet es como el bolígrafo: unos lo usan para escribir maravillas, otros sólo para rellenar la Primitiva.
P: Tres aspectos positivos de internet en relación con el lenguaje...
R: Las cosas que escribo, las lee cualquiera. Las que escribes, las leo si quiero. Y la gran literatura española está a un clic de distancia (http: //cervantesvirtual. com)
P: Y tres negativos....
R: Las cosas que escribes no las cuida ni corrige nadie más que tú (aunque eso pasa en muchas editoriales y periódicos). Las pintadas de retrete están al alcance de cualquiera. Y hay una masa ingente de cosas que a lo mejor habría que saber si vale la pena leer...
P: ¿Qué puntuación le pone a la puntuación de la Prensa española?
R: Un ocho o un nueve: no lo hacen nada mal...
P: ¿Y a los profesores?
R: Los profesores merecen un 10, por sus esfuerzos.
P:¿Y a nuestros escritores?
R: Los escritores literarios tiene la prerrogativa de puntuar como les dé la gana. Vila-Matas, por ejemplo, odia el punto y coma, y nunca lo usa. Azorín insistía en el punto y seguido... ¿Qué vas a hacer?
P: ¿Recuerda algún error de puntuación memorable de la Prensa?
R: Más que de la prensa, de la publicidad: "Marina d'Or: ¡mejor ni lo sueñe!". Lo que quería decir el publicista es: "Mejor, ni lo sueñe", o sea, "No sueñe encontrar algo mejor". Y dijo: "Ni se le ocurra soñar con acceder a Marina d'Or".
P: El arte de la puntuación es equiparable a…
R: El arte de cocinar: ni demasiados ingredientes, ni demasiado pocos, ni pasado de comas (quiero decir, de sal), ni escaso...
P: ¿Cree, como Borges acerca de los poetas de vanguardia que abolieron la pun-tuación, que "hubiera sido más encantador el ensayo de nuevos signos: signos de indecisión, de conmiseración, de ternura, de valor psicológico o musical"?
R: Ciertamente: ¡qué gran ocasión perdieron los poetas vanguardistas de legar al futuro algo útil!
P: Y a usted, ¿qué signo nuevo le gustaría acuñar?
R: El de "estoy-hablando-en-broma-pero-a-lo-mejor-no". Iba a ser muy utilizado...
P: A los discursos de los políticos en el Congreso ¿qué signo de puntuación nuevo les pondría?
R: Muchos deberían usar el signo de "molesto", para indicar que algo se dice (aunque sea cierto, o venga a cuento), sobre todo por molestar a los otros. Para indicarlo podríamos usar apertura y cierre de circunflejo, por ejemplo: "^Me alegro mucho de que mi estimado colega haya suscitado tan interesante tema^".
P: ¿La escritura de sms acabará imponiendo sus normas sobre la gramática?
R: ESCRIBIR TELEGRAMAS NO MATÓ LENGUA STOP POBRES SMS SIEMPRE CULPABLES STOP HAY QUE LEER MÁS STOP
P: ¿Qué papel debe jugar la RAE ante las nuevas tecnologías aplicadas al lenguaje y ante internet?
R: La Academia debería velar por que sus recursos lingöísticos digitales (bancos de datos, morfologías, etc.) favorecieran a las industrias de la lengua de países hispanohablantes.
P: ¿La RAE se tiene que adaptar a internet -es decir, al uso- o viceversa?
R: El Diccionario de la lengua por antonomasia sólo deber recoger usos bien asentados. Pero en el Diccionario panhispánico de dudas o en el Escolar podrán caber palabras muy en boga que no se sabe si perdurarán.
P: ¿De dónde le viene esa fascinación por la tecnología y lo digital?
R: Cometí el error de tomar contacto en el 72 ó 73 con un ordenador UNIVAC 9030 (de fichas perforadas, sin monitor...), para programar un analizador de versos hexámetros latinos. Esa experiencia me convenció de que la lengua y la tecnología podían tener mucho que hacer juntas.
P: Cuál es su mayor reto como lingüista?
R: Mi mayor reto es descubrir a los hablantes que la lengua, algo que usan sin darse cuenta desde pequeños, es de una riqueza, de una complejidad y belleza inmensas. Y tengo que decir con placer que muchas veces consigo transmitirlo, y que no hay hablante que sea inmune al placer de ese descubrimiento.