Jannik Sinner y Carlos Alcaraz

Jannik Sinner y Carlos Alcaraz Europa Press

Tenis

Jannik Sinner contra Carlos Alcaraz o cómo tratar de conquistar el territorio del otro: la batalla de las superficies

Tras la victoria en Australia, el número uno del mundo apunta al dominio del español en Roland Garros y Wimbledon.

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Tras el Open de Australia, el calendario de Carlos Alcaraz y Jannik Sinner continuará centrado exclusivamente en la pista dura hasta abril. El tenista murciano ha ajustado su calendario este año, eliminando Buenos Aires y Río para evitar cambios de superficie. En su lugar, competirá en los torneos de Róterdam y Doha.

Uno de sus grandes retos será reducir la brecha en una superficie donde el italiano es casi imbatible: 17 de sus 19 títulos profesionales han sido en pista dura. En contrapartida, Sinner afronta el desafío de dominar en el resto de superficies, una evolución que él mismo ha señalado como clave en su progresión.

Algo similar ha logrado Alcaraz, quien ya suma títulos de Grand Slam en las tres superficies y demuestra mayor solvencia tanto en tierra batida como en hierba.

El italiano fue descrito por Alexander Zverev como "de largo, el mejor jugador en pista dura" tras la final del Open de Australia. No es una afirmación menor. Su racha en la superficie es imponente: ha ganado 36 de sus últimos 37 partidos en cancha dura, con la única excepción de la final del ATP 500 de Pekín, donde cayó ante Alcaraz.

En su camino, ha derrotado a los mejores, incluyendo a Novak Djokovic y al propio murciano en la exhibición 'Six Kings Slam' en Riad. Sus últimos 10 enfrentamientos contra jugadores del Top 10 han terminado con victoria, sin ceder un solo set.

La cuenta pendiente de Sinner

Pese a su dominio, Sinner reconoce que su asignatura pendiente sigue siendo la adaptación a tierra batida y hierba: "Tengo que ser un jugador completo y eso significa hacerlo bien en todas las superficies. Es verdad que en dura me siento muy cómodo, pero quiero mejorar en los 'Grand Slam' que no son en rápida".

Por su parte, Alcaraz ya ha demostrado su versatilidad al conquistar títulos de Grand Slam en las tres superficies. Con su victoria en Roland Garros 2024, se convirtió en el jugador más joven en lograrlo, consolidando su imagen de tenista total. Su balance hasta la fecha es de cinco títulos en pista rápida, ocho en tierra y tres en hierba. Además, ha conseguido tres de los últimos cuatro 'grandes' disputados en pistas naturales, lo que refuerza su dominio fuera del cemento.

Carlos Alcaraz celebra su título del Open de China junto a Sinner, subcampeón

Carlos Alcaraz celebra su título del Open de China junto a Sinner, subcampeón Reuters

Para Sinner, el gran objetivo de la temporada es obtener su primer major fuera de la pista dura. No solo sería un hito en su carrera, sino que supondría un golpe de efecto en su rivalidad con Alcaraz, quien sigue llevándole ventaja en títulos de Grand Slam.

Su desempeño en 2024 ya mostró una evolución prometedora: ganó en césped su primer ATP 500 en Halle y acumuló un sólido porcentaje de victorias en arcilla, solo superado por Matteo Berrettini. Aun así, en Roland Garros y Wimbledon sigue sin superar las semifinales.

El calendario

En los últimos 13 meses, Sinner ha sido uno de los jugadores más consistentes del circuito. Ha perdido solo seis partidos: tres en dura (dos ante Alcaraz y uno contra Andrey Rublev), dos en arcilla (frente a Alcaraz y Stefanos Tsitsipas) y uno en hierba (ante Daniil Medvedev). Esta solidez le ha permitido cerrar la temporada 2024 con el mejor porcentaje de victorias del circuito en tres de cuatro superficies.

El duelo entre ambos se perfila como uno de los grandes relatos del tenis contemporáneo. A partir de abril, con el inicio de la temporada de tierra en Montecarlo, se pondrá a prueba la capacidad de adaptación del Sinner. Antes de eso, ambos compartirán calendario en Doha, Indian Wells y Miami, con una única excepción de Sinner, quien ha decidido bajarse del torneo de Róterdam la próxima semana para descansar tras Australia.

Mientras Alcaraz se prepara para asumir el papel de cabeza de serie en Róterdam, con rivales comoMedvedev, Álex de Miñaur o Félix Auger-Aliassime, el reto de Sinner será demostrar que puede triunfar fuera de su zona de confort. Si logra hacerse con títulos en tierra y hierba, la batalla entre ambos se tornará aún más intensa.

El enfrentamiento entre Sinner y Alcaraz se está consolidando como una de las rivalidades más emocionantes del tenis moderno. La juventud y el talento de ambos los convierten en los principales aspirantes a dominar el circuito en la próxima década. La clave estará en quién logre imponerse en el territorio del otro.

Si Sinner consigue triunfar en Roland Garros o Wimbledon, daría un paso de gigante para consolidarse como un jugador verdaderamente completo. De lo contrario, la supremacía de Alcaraz en superficies naturales se mantendría y la lucha por el número uno del mundo quedaría más inclinada a su favor.

El 2025 se perfila como un año crucial para ambos. La batalla de las superficies definirá el futuro de esta rivalidad y podría marcar una nueva era en el tenis mundial.