El pasado 15 de septiembre Roger Federer anunciaba su retirada del tenis. El jugador suizo, ganador de 20 torneos del Grand Slam y para muchos el mejor de la historia, decidía colgar la raqueta de manera definitiva después de haber pasado unos últimos años perseguido por las lesiones y sin haber podido formar parte del circuito.
Una situación que le empujó a decir adiós habiendo superado ya la barrera de los 40. Además, pudo darse una despedida a lo grande, en la pista. Fue en la Laver Cup, cuando formó pareja junto a Rafa Nadal en un partidos de dobles que terminó con derrota y con muchas lágrimas de los dos campeones.
Desde entonces, muchos han sido los jugadores y leyendas que han hablado sobre la figura magnánima de Roger Federer y sobre la hegemonía que creó en el tenis mundial durante los primeros años del siglo XXI. El último en hacerlo ha sido uno de los jugadores que mejor conoce al helvético, su compatriota Stan Wawrinka.
El ganador del Abierto de Australia, Roland Garros y el US Open no solo ha tenido la oportunidad de medirse muchas veces contra Federer como otros jugadores en los últimos años hasta crear una gran rivalidad. También ha podido compartir vestuario con él ya que juntos han defendido los colores de Suiza en competiciones como la Copa Davis, torneo que pudieron ganar en el año 2014.
Precisamente justo antes de aquella victoria, Wawrinka y Roger Federer vivieron un momento de alta tensión. Seguramente, el único gran altercado que ha tenido la leyenda suiza en toda su carrera profesional, especialmente desde que abandonó su fase más rebelde de sus inicios. Si por algo se ha caracterizado Federer siempre es por su elegancia, su corrección y por ser un ejemplo tanto dentro como fuera de la pista.
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La confesión de Wawrinka
Sin embargo, 'Stan' conoce a la perfección cómo se comporta Roger cuando se enfada. El suizo ha pasado por los micrófonos de Court 1, un programa de RMC Sports, donde ha contado aquel altercado que se produjo en las ATP Finals del año 2014. Mirka Vavrinec, esposa de Federer, acusó de "llorón" al rival de su marido, lo que provocó que este se quejara al juez de silla. Al ganador de 20 Grandes, que terminó llevándose el partido, no le gustaron esas acusaciones y le recriminó a su actitud a su rival en la pista.
No obstante, tal y como confiesa ahora Wawrinka, el enfrentamiento prosiguió camino de los vestuarios: "La situación fue increíblemente tensa, la verdad es que daba para película. Ambos estábamos muy calientes y se produjo una discusión realmente complicada. Por suerte, por aquel entonces no había cámaras en los pasillos hacia los vestuarios".
La tensión fue subiendo incluso más de lo que ambos esperaban. Pero como confiesa 'Stan', supieron frenarse en el momento justo para no romper su relación: "Ambos supimos parar a tiempo y nos mantuvimos sin hablar durante un par de días, reflexionando sobre lo ocurrido antes de sentarnos a discutirlo. No podíamos permitir que eso se interpusiera en nuestro objetivo de ganar la Copa Davis y tratamos de rememorar todo lo que habíamos vivido juntos hasta ese momento".