Nick Kyrgios

Nick Kyrgios David Vicente / Reuters

Tenis US OPEN

El regreso del 'bad boy' Nick Kyrgios: finalista de Wimbledon y un nuevo título antes del US Open

El tenista australiano levantó en Washington un título tres años después y ya prepara su último gran reto del año, el Abierto de Estados Unidos.

9 agosto, 2022 02:15

El caso de Nick Kyrgios es el de uno de los tenistas más talentosos, irregulares y polémicos de todo el circuito ATP. A sus 27 años nadie habla de él ya como una promesa, está en una edad de madurez tenística y de plenitud física, pero lejos de lo que se apuntaba cuando comenzó a asombrar al mundo del tenis en su juventud.

Kyrgios no parece que vaya a tener, ni de manera remota, una carrera y un palmarés similar al de los grandes tenistas de su época, pero sí que se aprecian brotes verdes en el australiano, que durante muchos años solo ha dado espectáculo extradeportivo.

Eso no significa que a día de hoy no siga teniendo algunas salidas de tono, porque las sigue teniendo, pero sí que es verdad que en los últimos meses Kyrgios parece haber encontrado el camino a la motivación y la inspiración deportiva. Y seguramente ese cambio de mentalidad llegó gracias al último Wimbledon.

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Kyrgios Reuters.

El australiano encaraba el Grand Slam británico sin muchas expectativas de ser relevante dentro del torneo, siempre hay tenistas más centrados y de mayor regularidad que son los que acaban pasando rondas, alcanzando finales y levantando títulos. Sin embargo, una serie de extrañas circunstancias le abrieron la puerta desde el primer día a un camino desconocido para él, llegar hasta el final en un 'grande'.

Federer seguía (y sigue) con una larguísima baja desde su última operación, Medvedev había sido vetado por ser ruso, Zverev estaba de baja por una grave lesión de tobillo y Nadal y Djokovic llegaban a Londres con dudas sobre su estado físico.

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Las primeras rondas no fueron demasiado exigentes, acumuló varios rifirrafes como en él es habitual y tuvo varias polémicas dentro del mismo partido contra Tsitispas. Un circo que acabó con la clasificación de Kyrgios y la eliminación del griego.

Se pudo comprobar que el intempestivo carácter del 'bad boy' seguía ahí, pero también que había subido su nivel en la pista. Tsitsipas es uno de los mejores en la actualidad y el puesto en el ránking de Kyrgios tampoco invitaba al optimismo. Pero consiguió el pase.

La posibilidad de luchar

Se le empezaba a aclarar el camino al tenista, que jamás había pisado la final de un Grand Slam en el circuito individual (sí llegó a la final y la ganó en dobles en Australia a principios de 2022). Pero en el horizonte aparecían dos de los grandes monstruos de la historia del tenis, Rafa Nadal y Novak Djokovic.

Nadal había llegado a Wimbledon entre algodones después de ganar en Roland Garros y de sufrir muchos dolores en su pie izquierdo debido a una lesión crónica. El balear llegó justo al All England Club y se notó en los primeros partidos, pero entonces cogió velocidad de crucero.

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Por el camino dejó algún partido de verdadero dominio hasta que llegó a los cuartos de final contra Fritz. Kyrgios ya estaba clasificado para las semifinales y sabía que su rival podría ser el español, por lo que las semis podrían ser su tope.

Entonces la suerte se puso del lado del oceánico. Rafa Nadal, en una nueva muestra de luchar hasta la extenuación, remontó y venció a Fritz en los cuartos de final, pero a un precio muy alto. Al comienzo del partido Nada notó una molestia en la zona abdominal y se retiró unos minutos del partido.

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Cuando parecía que ya no volvería apareció en la pista para imponerse sobre Fritz. Pero tras el encuentro las molestias de Nadal confirmaban que había una lesión seria y al día siguiente anunció que tenía una rotura abdominal que le retiraba del torneo.

Así las cosas, Kyrgios se quedaba sin oponente y pasaba directamente a la gran final, la primera de su vida. Allí esperaba Novak Djokovic, el ganador de 20 Grand Slam (hasta es momento), en la que también era para él una final de reivindicación.

Un cambio de mentalidad

Al serbio se le había negado jugar en Australia por su negativa a vacunarse y había perecido en los cuartos de final de Roland Garros frente a Rafa Nadal. Wimbledon, territorio querido y dominado por 'Nole', se postulaba así como una gran oportunidad de revancha y de recortar distancia en los 'grandes' con Rafa.

Pero delante tenía a un Nick Kyrgios extramotivado, convencido de su tenis y con las ganas de tocar la cima por primera vez. Un cóctel que pilló algo desprevenido a Djokovic en el primer set. Kyrgios volaba sobre la pista, sus golpes eran efectivos y nada parecía pararle.

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En ese instante muchos pensaron que era su momento, que Kyrgios iba a comenzar a ganar esos Grand Slam que su precoz talento prometía hace unos años. De hecho el segundo set también dejó a un buen Kyrgios, pero Djokovic empató el partido a base de tesón. A partir de ahí no hubo historia, la experiencia y la resistencia de Djokovic, uno de los mejores tenistas de todos los tiempos, hizo mella en el australiano, que acabó derrotado pero con honores.

Tras acabar el encuentro Djokovic felicitó a Kyrgios y dijo que esperaba volver a verle en más finales. Unas palabras que Kyrgios, que había tenido algún que otro altercado durante el choque con su 'box' , los aficionados y el juez de silla, recogió con humildad.

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De hecho, en las palabras de Kyrgios nada más finalizar el partido se apreciaba un tono más sereno y más maduro a pesar de haber perdido. Había saboreado las mieles de pelear hasta el final contra los mejores y estaba convencido de que tenía nivel para seguir haciéndolo.

Así, tras dejar atrás la temporada de hierba, Kyrgios comenzó su preparación en distintos torneos ATP para llegar a tope al US Open. Unos torneos que no son baladí por el montante que se embolsan los tenistas y por el prestigio que da ganarlos.

Un título y una oportunidad

Y es que la victoria no está al alcance de todos. De hecho Kyrgios llevaba tres años sin levantar un título y ha sido en el ATP de Washington donde ha vuelto a saborear un título, precisamente donde conquistó su último trofeo ATP en 2019.

Ahora ha dado un salto importante en el ránking, colocándose en el puesto 37, y ya mira de reojo hacia el Abierto de EEUU. El último Grand Slam del año le dará de nuevo la posibilidad de probarse en uno de los mejores torneos del mundo y, además, lo hará con el aliciente de saber que rivales importantes no podrán participar.

Zverev sigue siendo baja por lesión, Djokovic tiene casi imposible jugar por el problema de la vacunación y Rafa Nadal llegará justo tras recuperarse de la lesión en el abdomen. Unas circunstancias que pueden hacer soñar al australiano, que espera llegar lo más lejos posible en Flushing Meadows, como ya hizo en Wimbledon.