Nick Kyrgios no ha decepcionado en la final de Wimbledon. El australiano se plantaba en el partido decisivo de un Grand Slam por primera vez en su carrera y, aunque ha perdido, tanto su tenis como su carácter no han dejado a nadie indiferente.
Durante el primer set ha estado bastante calmado y ahí ha sido cuando ha demostrado su mejor tenis, ganando 4-6 a Djokovic. Pero rápidamente han comenzado los problemas. El público de Londres ha estado ruidoso en varios momentos del partido y el australiano ha dedicado varias miradas desafiantes a la grada.
Ha sido recriminado al árbitro que una mujer del público le estaba molestando y descentrando. "Me está distrayendo cuando estoy sirviendo en una final de Wimbledon. No hay otra ocasión más grande, no me creíste y luego ella lo hizo de nuevo. Casi me cuesta el partido ¿Por qué sigue aquí? Está borracha como una cuba y me habla en medio de un partido. ¿Es aceptable?", ha indicado muy enfadado.
Pero eso solo era el comienzo, durante el segundo set ha seguido la misma dinámica aunque, esta vez, el foco de su ira no ha sido el rival. Con la llegada del tercer set y con el partido empatado todo se ha vuelto a tensar y justo cuando la tercera manga entraba en el momento decisivo ahí ha sido cuando Kyrgios ha perdido los estribos.
No paraba de recriminar a su box la actitud durante el partido. Sus entrenadores y todos los que estaban en el palco de Kyrgios se levantaban y hablaban en varias ocasiones y durante los puntos el tenista les ha señalado con el dedo pidiendo que se calmaran, pero no ha sido así. Kyrgios se ha desconcentrado y ha acabado perdiendo el que ha sido el set que ha decantado la balanza en el partido. Y entre el tercer y cuarto set se ha desatado.
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Sentado en su silla mientras descansaba y con la mayor parte del público ya en silencio, se ha dirigido a gritos hacia su palco pidiéndoles que se calmaran y le dejaran jugar y pidiendo explicaciones. Así ha estado varios minutos, hasta que ha empezado el cuarto y último set.
Parecía totalmente descentrado, pero el díscolo tenista australiano se ha vuelto a enchufar y le ha vuelto a poner las cosas difíciles a Djokovic. Con la tensión de saber que podía ser la última manga del partido, en este caso ha tenido varias reclamaciones con el juez de silla sobre la revisión de varias bolas. Pequeñas discusiones marca de la casa de Kyrgios que no han ido a más.
Derrota y despedida
Con la victoria de Djokovic en el tie-break Kyrgios ya ha bajado los brazos y ha dado la enhorabuena a su rival. De hecho, en las preguntas a pie de pista que le han hecho nada más acabar el encuentro se ha mostrado amable y risueño a pesar de la derrota.
Ha tenido palabras de admiración hacia Djokovic y también para todo el staff del torneo. Un torneo que recordará como el que le hizo llegar a su primera final individual de Grand Slam y donde también dejó su huella.