Desde 2005, Rafa Nadal solo ha dejado de celebrar su cumpleaños en París en dos ocasiones: en 2009 y 2016. El jugador de tenis español soplará 36 velas este viernes ante Alexander Zverev en el momento en el que su carrera entra en un punto de no retorno. La sombra de la retirada planea por su cabeza por culpa de la lesión crónica que sufre. El nivel tenístico que exhibió ante Novak Djokovic, estar a las puertas de una nueva final de Roland Garros y un equipo que le llena de optimismo le anima a seguir.

No puede jugar sin dolor, he ahí la cuestión. Después de verse destrozado por ese Síndrome de Müller-Weiss en Roma, la figura del doctor Cotorro ha vuelto a entrar en juego en un torneo después de la pandemia. Nadal está jugando infiltrado, con una lesión degenerativa cuya única solución es una operación que le impediría volver a la competición. Toni Nadal, la mente que forjó la cabeza mejor amueblada del tenis, asegura que es ahí, en su cerebro, donde estará la clave de su continuidad.

Nadal afronta las semifinales ante Zverev como si fuera su último partido en Roland Garros. Lo ha admitido durante el torneo. Su entorno confía en que este no sea el final, pero la última decisión la tiene el tenista. Precisamente, en ese equipo radica uno de los grandes cambios que ha vivido en el último año. La incorporación de Marc López a los torneos ha provocado lo que ellos conocen como 'efecto Bullet' (bala en español); el mote de Marc López. Está invicto en los Grand Slam con él.

[Más información: Los tres entrenadores españoles de Zverev: hartó a Ferrero, breve idilio con Ferrer y ahora Bruguera]

'Bullet'

Tal y como explicó Rafa Plaza en EL ESPAÑOL, el campeón olímpico de dobles recibió una llamada de Carlos Moyà el pasado mes de septiembre de 2021 para formar parte del banquillo de Nadal junto al extenista Francis Roig. López le da la posibilidad a Rafa de jugar tanto con 'Charly' como con él en los entrenamientos. "En épocas avanzadas de la carrera de uno, como es mi caso, me parece importante tener gente positiva al lado", explicaba el jugador en Australia.

La amistad de Marc y Rafa es clave. En 2008, López pasó por un momento muy malo de su carrera en el que llegó a plantearse no seguir jugando después de perder la ilusión por entrar en el top-100 de individuales. Apareció entonces Nadal para darle la oportunidad de jugar el dobles en el torneo de Doha y reconducir su carrera hacia este tipo de torneos. En 2016 alcanzó el culmen con el oro en los Juegos Olímpicos de Rio jugando junto al tenista balear.

Ahí ya era 'Bullet'. López explicó esta semana por qué le llaman así: "De pequeño era bajito y gordito". Ahora, ha nacido el 'efecto Bullet': "Es una broma que tenemos en el equipo, es como el efecto Xavi. Desde que llegué estamos imbatidos en Grand Slams". No es que el trabajo de Marc sea mejor que el de Tomeu Salvà, a quien 'sustituyó', pero tampoco se trata de una casualidad. El comentario de Nadal sobre "la gente positiva" y las declaraciones durante todo el año del extenista de 39 años coinciden.

Es una de las personas de su entorno que cada vez que habla se muestra más optimista sobre su futuro. Esas partidas de parchís previas a los encuentros con todo su equipo, el día a día en la academia cuando no está en los torneos con uno de sus amigos de la infancia y las horas de preparación durante estos seis meses entre bromas y chanzas son vitales para mantener a Nadal motivado. La cabeza es clave para la decisión final de Rafa.

Cabeza contra pie

Esta osteocondritis del escafoides, que es la otra manera con la que se conoce el problema que tiene Nadal, le ha acompañado desde que ganó su primer Masters 1000 de Madrid en 2005, cuando todavía se jugaba en superficie dura y bajo techo. Rafa controló el problema del pie en un principio con unas plantillas especiales. Esto repercutió en sus rodillas, otra limitación física que ha condicionado su carrera. Durante todo este tiempo fue salvando la situación con su pie hasta este año.

Está al límite. Hay días que cuando se levanta no puede andar. Ángel Ruiz Cotorro le ha dado garantías que el tratamiento que está siguiendo durante las dos semanas de competición le permitirá aguantar hasta el final. Después, Nadal ha anunciado que hablará "de esto cuando acabe el torneo". Rafa controla el tiempo de los entrenamientos para no excederse. No hay un calendario de torneos en la cabeza del ganador de 21 Grand Slam después del domingo.

Rafael Nadal y su lesión en el pie David Vicente / Reuters

La ambición de Rafa no necesita una nueva explicación. Ha llevado al límite su cuerpo durante toda su trayectoria. Ha jugado lesionado y ha ganado. No hay un ejemplo igual en el deporte. Su resistencia es implacable, pero el pie es caso aparte. La posibilidad de no poder volver a andar bien nunca más es real. Estar torneo tras torneo soportando pinchazos en su pie y no sintiendo la parte en la que sufre no impide que haya más desgaste.

Es por eso por lo que hay una batalla de la cabeza contra su pie. "Lo he dicho muchas veces y se lo he dicho a él en ocasiones que no hemos estado de acuerdo. Él me decía que no estaba muy bien preparado y yo le decía que es una cuestión mental", explicaba esta semana Toni Nadal sobre la situación de Rafa. El ganador de 13 Roland Garros, que pueden ser 14 este domingo, insiste en encontrar una solución. A sus 36 años y después de hacer historia, su ambición va a ser determinante.

Noticias relacionadas