La escalada sin frenos de Carlos Alcaraz (El Palmar, 2003) alcanzó una nueva cota durante la madrugada del viernes al sábado. Venció en dos sets (7-6(5) y 7-6(2)) al polaco Hubert Hurkacz para ganarse un sitio en la final del Masters 1.000 de Miami. Este domingo peleara por el título contra el noruego Casper Ruud.
Alcaraz, que ya se ha asegurado salir de Miami como 12 del mundo -y sería 11 si gana el torneo-, batalló durante dos horas y dos minutos contra el gigante Hurkacz, vigente campeón del segundo Masters 1.000 del año. El pupilo de Juan Carlos Ferrero se convirtió en el segundo finalista más joven de los 37 años del certamen.
A un paso de hacer historia, Alcaraz se medirá en la final del Hard Rock Stadium contra un viejo conocido. El joven jugador español, de 18 años y once meses, ganó el único precedente contra Ruud, que se remonta al torneo de Marbella de 2021, cuando se impuso por 6-2 y 6-4.
La lucha contra el gigante
Con varias banderas de España en las gradas y gran parte del público volcado a su lado, asombrado por el nivel de tenis mostrado en el torneo, Alcaraz se encontró con un partido muy tenso, como el de los cuartos de final, aunque con puntos mucho más cortos. Ambos jugadores fueron fuertes con el saque, limitando al máximo los errores y esperando el momento adecuado para romper.
La primera bola de rotura fue en el 4-3 a favor de Hurkacz, pero el español la anuló con una fantástica dejada, un golpe cada vez más decisivo en su juego y que hizo mucho daño al polaco.
También Alcaraz tuvo dos a favor en el 5-5, pero Hurkacz se las canceló con un tremendo saque ganador y una derecha cruzada inalcanzable. El desempate fue la forma cruel, pero correcta de decidir el parcial.
Tal y como en el desempate del tercer set ante Kecmanovic, Alcaraz estuvo abajo 3-5, pero su reacción fue contundente, con una gran respuesta para recuperar la rotura de desventaja y un 7-5 que le dio el primer parcial.
Hurkacz falló una volea a su alcance en el último punto y acabó lanzando su raqueta al suelo, consciente de que había dejado escapar una gran ocasión. Y la pagó.
El segundo set siguió un guión parecido, con Hurkacz que afrontó y salvó una bola de rotura y Alcaraz que anuló dos con el 5-5, lo que abrió el camino para un nuevo desempate.
Entre las muchas fortalezas del español está la personalidad. No le tiembla el brazo, no le da miedo buscar golpes complicados en los momentos decisivos. Elementos que marcan la diferencia entre los grandes jugadores y los que "tiene algo más", como suele decir el extenista estadounidense Jim Courier, cuando habla de él.
En el desempate de la segunda manga, Alcaraz estuvo intratable, se escapó 6-2 con otra magistral dejada y sentenció el encuentro con un 7-2 que le lanzó hacia la final.
Dedicatoria a Ferrero
Se llevó las manos a la cabeza para celebrarlo y dedicó su triunfo a su entrenador Juan Carlos Ferrero. "Va por Juanki, esta victoria es tuya", escribió en la cámara a pie de campo que grabó otra actuación sobresaliente para un jugador que parece no tener techo.
Es el segundo finalista más joven de Miami y el quinto más joven en la historia de los 283 torneos Masters 1.000, desde 1990.
Si gana la final a Ruud se convertirá en el más joven campeón en la historia de Miami y en el tercero más joven de siempre. Sería, además, el primer español en conquistar Miami, después de que Rafa Nadal perdiera cinco finales y Sergi Bruguera, Carlos Moya y David Ferrer perdieran una cada uno.
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