Carlos Alcaraz afronta este domingo su primera final de un Masters 1.000 y usará la máxima que le enseñó su abuelo: "Siempre me ha dicho que me enfoque en las tres 'C': Cabeza, corazón y cojones", dijo en la rueda de prensa posterior a su victoria contra Hubert Hurkacz en el Hard Rock Stadium.
Casper Ruud será su rival en la finalísima de Miami, un rival al que ya ganó el año pasado en el Abierto de Andalucía. Aquella vez fue el 10 de abril de 2021, hace casi exactamente un año, y desde entonces el cambio de Alcaraz ha sido radical: "Yo me siento un jugador muchísimo mejor ahora. Claro, él también lo es, pero nos conocemos en la cancha y eso ayuda", dijo el de El Palmar al respecto.
Y es que Alcaraz está intentando de que enfrentamiento final en la cancha contra Rudd, el primer noruego en una final Masters 1.000, no atente contra su estabilidad mental. "Estoy tratando de ver el partido del domingo como cualquier otro", afirmó. Su meta muy clara: "divertirme y hacer lo mejor que pueda".
Alcaraz se ha ganado por derecho propio ser considerado la gran atracción del Masters 1.000 de Miami. A sus rivales no les queda otra que rendirse a la evidencia, como hizo Hurkacz: "Carlos está jugando demasiado bien", dijo este viernes el gigante polaco que no podrá defender el título de 2021 en la final de este domingo.
Un Hard Rock Stadium a reventar será otro de los grandes estímulos para Alcaraz, que no se olvida de la ausencia más significativa que ha sentido de su lado en este torneo: la de Juan Carlos Ferrero. Es la primera vez que su entrenador, mito del tenis español, no ha podido estar a su lado y se debe a un triste motivo, el fallecimiento de su padre Eduardo el pasado 20 de marzo.
Alcaraz no se olvida de Ferrero: "Todo lo que he logrado es gracias y para él", dijo. Y añadió: "Él siempre está conmigo aunque no esté aquí”, indicó al revelar que se mantiene en constante contacto con su entrenador. Pero, además, se ha sentido "muy arropado" en Miami.
"El público ha sido demasiado generoso. Además, está mi padre conmigo, han venido tres de mis tíos, mucha gente, tengo mucha gente alrededor", explicó.
Su rutina antes del partido de la semifinal incluyó una siesta de unos 20 minutos, de la que despertó dos horas antes de la cita en la cancha. Luego una sesión de juego con su teléfono móvil y un rato bromeando con su círculo de confianza. Está convencido de que no tiene que "pensar en nada" que le agregue presión, más este domingo.
Gafe de los españoles
Eso incluye pensar en la posibilidad de acabar con la mala racha de los españoles en la final masculina del Miami Open, quienes han fallado ocho veces en su lucha por el campeonato.
Sergi Bruguera, Carlos Moya y David Ferrer quedaron subcampeones en 1997, 2003 y 2013 respectivamente, mientras que a Rafael Nadal el Miami Open le negó el primer lugar cinco veces, en 2005, 2008, 2011, 2014 y 2017.
Tampoco quiere enterarse de que de ganar el domingo, se convertiría en el campeón más joven en los 37 años de historia del Miami Open y el tercero más joven en triunfar en un Masters 1.000. Michael Chang tenía 18 años y cinco meses cuando ganó el Toronto Open en 1990, mientras que Nadal tenía 18 y 10 meses al lograr el trofeo en el Monte Carlo Masters en 2005.
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