Francisco 'Paco' Cubelos (Talavera de la Reina, 1992) conoce todas las caras del piragüismo y del deporte. Sabe lo difícil que es salir desde abajo. Desde una ciudad pequeña sin mucha tradición deportiva en la élite y desde un club que se mantenía por el amor a esta disciplina de quienes lo regentaban.
En sus inicios, recorría España casi con la tienda de campaña a cuestas y con el bocadillo en la mochila, siguiendo los pasos de sus hermanos, quienes se embarcaron en esta aventura antes que él para enseñarle el que sería su camino. Paco también sabe lo que es chocarse contra el muro de la frustración y de la decepción.
Contra él se golpeó al quedarse fuera de los Juegos Olímpicos del año 2016. Aquella temporada, el sueño de estar en Río de Janeiro se le desvaneció de la noche a la mañana. Sin embargo, también conoce a qué sabe la gloria. Y es que si algo acumula Cubelos a lo largo de su dilatada trayectoria en la élite son medallas.
Cuatro en Campeonatos del Mundo y otras siete en Campeonatos de Europa, a destacar el oro conseguido en Plovdiv (Bulgaria) en el año 2017. Ahora, con la madurez de la experiencia, el talaverano se encuentra en su plenitud, tanto a nivel físico como mental. Por ello, llega a los Juegos Olímpicos de París en su mejor momento, confiado de sus posibilidades y convertido en uno de los mejores del mundo en la disciplina del K1.
Paco tiene el objetivo de mostrar su mejor versión en la capital francesa y, si todo acompaña, estar en el podio. Después de dos diplomas olímpicos conseguidos en Londres y en Tokio, el talaverano sueña ya con su gran momento y así se lo cuenta a EL ESPAÑOL desde su concentración en Orense.
Bueno Paco, quedan ya muy poquitos días para que empiecen los Juegos Olímpicos y sobre todo para la ceremonia inaugural. ¿Cómo van esos nervios?
De momento no tengo nervios. Yo soy de los que siempre necesita los nervios para competir. Si no me pongo nervioso no compito bien y no me activo bien. Pero también soy de sentirlos cuando estoy ahí, el día de la competición, cuando estoy en la línea de salida, en esos momentos previos. Esos nervios que la propia competición te trae. Para mí son positivos. ¿Los días o las semanas previas? Yo, por suerte, no me pongo nervioso. Intento darle también la mayor normalidad posible para que un evento como los Juegos no te sobrepase.
Además, ya sabes lo que son unos Juegos Olímpicos. Estuviste en Londres y en Tokio. ¿Estos Juegos de París tienen algo diferente para ti o notas algún feeling especial?
Pues sí. Yo creo que los deportistas siempre lo sentimos. Para nosotros siempre son especiales los Juegos, sean cuando sean o tengas la situación que tengas. Al final los Juegos son cada cuatro años y nunca sabes si van a ser los últimos a los que vas y siempre intentas disfrutarlo al máximo. Hasta que has llegado a ellos han pasado cuatro años en los que normalmente ha pasado de todo, cosas buenas y seguramente cosas no tan buenas, tanto a nivel deportivo como también a nivel personal.
Los deportistas, o al menos yo y los que tengo en mi entorno, parece que nuestra vida va cada cuatro años. Que yo en mi caso me sigo poniendo los objetivos más a corto plazo y me gusta ir año a año, pero como que cada cuatro años parece que se cierra un ciclo. Y parece que el 11 de agosto, cuando acaben los Juegos para mí, parece que se acaba como una parte de mi vida y empieza otra. Evidentemente, ni mi vida se acaba ni nada, la vida sigue y sigue igual, pero sí que es cierto que es como un punto y seguido en nuestras vidas.
Al final es muy fácil pensar que es cíclico, que es como una montaña donde llegas a la cima y luego empieza la bajada.
Eso es. Y luego viene otra, y luego la siguiente.
En unos meses cumples 32 años. No sé si has pensado en el futuro. ¿Crees que París puede ser tu última cita o no descartas para nada estar en Los Ángeles?
No lo descarto para nada. Si me preguntas a mí cuál es mi deseo, sí que me gustaría seguir y llegar a Los Ángeles. Para mí sería un reto personal muy grande. Sería muy bonito, sobre todo porque tengo a día de hoy las ganas y la motivación suficientes para seguir y para disfrutar de esto. Creo que estoy en mi mejor momento ahora mismo, disfrutando más que nunca de esto y encima los resultados acompañan.
Sinceramente, de aquí a tres o cuatro años tampoco me veo retirado del deporte de alto nivel, pero sí que es cierto también que muchas veces eso no lo decidimos nosotros, sino que es el propio deporte el que te pone en tu lugar y el que te retira. Con lo cual, si me preguntas si desearía o si me gustaría llegar a los Juegos de Los Ángeles, por supuesto que sí.
Mi futuro inmediato sin duda está ligado todavía al piragüismo de alta competición porque así lo deseo. Entonces creo de verdad que tengo opciones. Los resultados tendrán que seguir acompañando y sobre todo la cabeza que a día de hoy yo creo que está al 100% y tiene ganas de seguir. Pero bueno, el día de mañana nunca sabes.
Me comentabas ahora que te encuentras en tu mejor momento. Después de hacer séptimo en Londres y sexto en Tokio, ¿te ves este año peleando por el podio? ¿Es el objetivo real para ti?
Es el año en el que mejor estoy, sin duda. Y yo creo que ha sido en los últimos años en los que mejor he entrenado, en los que he ido puliendo pequeños detalles que me han ido acercando un poquito más a los mejores del mundo. Estoy demostrando en las últimas competiciones que puedo pelear de tú a tú con los mejores. Estoy viviendo ahora mismo el mejor momento de mi carrera a nivel físico y a nivel mental.
Es una gran oportunidad para mí. No sé dónde estaré. Tampoco me gusta ser resultadista y decir si consigo el podio está bien y si no lo consigo está mal. Es cierto que todo el proceso está siendo muy bueno. Estoy satisfecho con ello y el resultado, por supuesto, es importante. Eso no lo voy a negar. Pero si consigo llegar a París, hacer mi mejor carrera y si las condiciones lo permiten, hacer mi mejor marca, como espero que así sea... Pues será momento cuando cruce la meta de mirar a los lados y ver claramente donde estoy.
Si estoy en esos puestos de medalla, por supuesto, más que contento. Y si no lo estoy, pues tendré que estar satisfecho, porque simplemente habrá habido algunos que han sido mejores que yo. Pero sin duda yo creo que es el año que más posibilidades reales tengo de conseguir medalla.
Entonces entiendo que todavía no has pensado en hacer una promesa, ¿no? Porque ya se te va acabando el tiempo...
No, no. La gente me pregunta y digo mira, no se me ha ocurrido nada, pero estoy abierto a propuestas, aunque nadie me ha propuesto nada. Entonces yo sigo aquí callado para que tampoco me propongan nada extraño. Pero no sé, tampoco me importaría. No es algo en lo que me centro ni tampoco quiero ser supersticioso. Yo voy a hacer lo que hago siempre.
Voy a competir como hago siempre o un poquito mejor incluso porque para eso me estoy preparando y luego darle la normalidad también a la competición. Porque la competición es la misma que una Copa del Mundo, pero con más ruido externo. Y que no se entienda mal lo de ruido externo porque es algo muy bonito y que nosotros vivimos de ello. Es un entorno muy diferente que lo hace especial también, pero sin que eso te afecte a tu competición. Pero vaya, que si me tengo que lanzar en paracaídas, yo sin problema ninguno (risas).
En los JJOO estará también Luis Brasero, una persona que te conoce desde niño. ¿Es un poco más especial compartir este viaje a París con él?
Luis es como parte de mi familia.Fue la persona con la que di mis primeras paladas en el Club de piragüismo de Talavera, quien me entrenó en mis primeros años de categorías inferiores cuando ni él ni yo nos podíamos imaginar que íbamos a estar donde estamos hoy en día... Y aquí estamos preparando en mi caso mis terceros Juegos Olímpicos, siempre con él y ojalá podamos cerrar este ciclo con una alegría.
Que si puede ser en forma de medalla o de buen resultado mejor. Y si no, pues quedarnos con todas las vivencias que hemos tenido y que estamos teniendo todavía estos últimos días que nos llenan mucho. Es lo máximo compartirlo con una persona como Luis que me conoce desde que empezó mi hermano mayor a hacer piragüismo cuando yo tenía unos cinco años. Después con siete, cuando yo empecé a practicarlo, él me entrenó y hoy con 31 años a punto de cumplir 32 pues sigo ahí de la mano con él. Es una relación muy especial.
En Londres tuviste la oportunidad de competir en el K1 en solitario y en Tokio lo hiciste con Iñigo Peña en K2. ¿Personalmente en qué modalidad te sientes más a gusto?
No tengo preferencia por una u otra, simplemente se ha dado así. En Londres la opción que había era la del K1. Yo venía de pasar de las categorías inferiores de juvenil a sénior y fue un ascenso muy rápido. Enseguida conseguí tener el nivel suficiente para estar entre los mejores del mundo y me clasifiqué in extremis a los Juegos y encima pude hacer final. Después estuve todo el ciclo tras Londres hasta Río haciendo K1 y no pude ir a los Juegos Olímpicos de Río.
Ahí sí tenía claro que después de eso quería cambiar y quería probar embarcación de equipo. Y fue una época que disfruté muchísimo. Además, los resultados acompañaron con muchas medallas en Copas del Mundo, en Campeonatos de Europa y en Campeonatos del Mundo junto a Iñigo Peña y luego llegó el diploma olímpico. La verdad que fueron unos años muy bonitos.
El barco de equipo tiene de especial que esas alegrías se comparten. Siempre se comparten con otras personas, pero bueno, cuando hay un vínculo de equipo parece que es mayor. Los momentos buenos son el doble de buenos y los momentos malos yo creo que son la mitad de malos. Fue una época muy bonita. Después de Tokio nos cambiaron la distancia en la que nosotros somos especialistas y yo me volví a centrar en el K1 y aquí estoy hoy. En el futuro nadie sabe. Pero bueno, simplemente se ha dado así con las dos pruebas en las que yo he disfrutado mucho y no sabría quedarme con una.
Para un deportista que tiene medallas mundiales y multitud de éxitos europeos, ¿todas estas pruebas le dan un bagaje especial y le ayudan antes de ponerse delante de unos Juegos Olímpicos?
Yo creo que sí porque como te decía intento darle la normalidad que tienen e intento verlo como una prueba más de las que tengo habitualmente. Todos los años he estado en finales de Campeonatos del Mundo y de Copas del Mundo y son exactamente los mismos contrincantes. Y normalmente se hacen las mismas marcas. Realmente la competición y lo que pasa dentro del agua es exactamente igual.
Lo que pasa es que todo lo que engloba la competición es muy diferente. Y por eso yo siempre digo que hay que darle la mayor normalidad posible para que igual que has sido capaz de funcionar en una final de un Campeonato de Europa o de una Copa del Mundo hacerlo en una final de los Juegos Olímpicos y que no te tiemblen las piernas. Pero sí que sientes que a nivel mediático y a nivel social es mucho más importante. La gente se vuelca mucho más con los Juegos y nosotros lo agradecemos muchísimo. Pero sí que es cierto que hay muchos deportistas que a lo mejor les puede jugar una mala pasada porque no están acostumbrados a tener ese foco encima de ellos.
¿Cómo han sido para ti estos últimos meses de aproximación a los Juegos?
Pues sobre todo he estado feliz y he disfrutado mucho de este proceso. Sí que es cierto que ha sido duro porque casi no he pasado por casa. De hecho, ahora mismo estoy en Orense, en Laias y vengo de estar el fin de semana en Asturias, compitiendo. La semana anterior venía de Portugal, antes había estado en Sierra Nevada... No he pasado mucho por casa, a mi familia de Talavera en los últimos meses la he visto en contadas ocasiones, mi novia la pobre tiene que andar desplazándose a las concentraciones para poder verme...
Pero bueno, la verdad es que lo he tomado también con filosofía y he sentido en todo momento que estaba donde yo quería y que estaba haciendo lo que yo quería. He estado feliz porque he estado disfrutando mucho del entrenamiento, del proceso, con muchas ganas y trabajando muy duro. El tema de los Juegos, de la preparación y todo eso no me ha atormentado. Siempre veo el lado positivo.
¿Y cómo van a ser estos días hasta que lleguen los Juegos y ese viaje a París?
Viajo el día 3 y yo empiezo a competir el día 7. Compito el 7 y el 10. Ahora tengo dos semanas por delante aquí en Orense. Ya prácticamente todo el trabajo está hecho, aunque estas dos semanas todavía estamos metiendo carga de entrenamiento, pero ya son volúmenes relativamente más bajos de lo que estamos acostumbrados en época de carga de entrenamiento. Y ahora, bueno, siempre es la época que a mí más me gusta porque es cuando realmente te empiezas a encontrar bien y yo siempre digo que es la época para poner el barco a correr, para que el barco vaya rápido en el agua.
Son sesiones más cortitas, pero más intensas. Es cuando realmente empiezas a ver que la piragua va rápido, que los tiempos empiezan a salir y es una época que la verdad que se disfruta mucho. Así que voy a intentar seguir haciendo lo que he hecho hasta ahora, disfrutando del camino y de trabajar duro hasta el último día, y allí en París pues también. Por supuesto, estar concentrado en hacer mi mejor carrera, pero sobre todo en dar mi mejor versión y no tanto en otras cosas externas a las que no estoy acostumbrado. Además, no vamos a estar en la Villa, por lo menos los días de competición, así que bueno, va a ser más tranquilo o como un campeonato más...
Como integrante del equipo español de piragüismo, ¿qué supone para ti que un compañero como Marcus Cooper Walz vaya a ser abanderado? Venimos de que en Tokio lo fue Saúl Craviotto y parece que se le está dando al piragüismo ese protagonismo que tanto merece.
Es un honor y también una responsabilidad porque el piragüismo es uno de los deportes de los que se espera que demos grandes resultados a la delegación española. Para mí, ser parte de ese equipo, poder tener la fortuna de haber compartido esta generación de deportistas, es único. Desde los más veteranos como Saúl, Teresa Portela o yo incluso, que he coincidido con David Cal, a otros deportistas más jóvenes y en ascenso que vienen pegando ya muy fuerte y que seguramente nos van a dar muchas alegrías a día de hoy y en el futuro.
Para mí ha sido y está siendo un orgullo poder formar parte de esa familia y como te decía una responsabilidad también. Yo creo que eso es un poco lo que hace que España tenga los resultados que tiene y que tenga el mejor equipo de la historia. Para formar parte de él tienes que estar en un nivel muy alto y eso te hace también que cuando sales a competir fuera, si eres representante de España, ya sabes que tienes el nivel suficiente para pelearte con los mejores del mundo. Eso también es importante para nosotros.
Me decías que es un poco a medias entre un honor y una responsabilidad. ¿Notáis esa presión especial de ser un equipo del que se esperan muchas medallas? Estáis a una sola de igualar a la vela como el deporte que más éxitos le ha dado a España en los Juegos. ¿Se habla de ese récord?
Bueno, los piragüistas siempre tenemos ahí el récord entre ceja y ceja. De hecho, lo comentamos incluso a veces con algún deportista de vela. A ver si le damos caza ya porque ellos también son muy buenos y cada Juegos Olímpicos también van consiguiendo más y más medallas. Entonces bueno, yo creo que es un pique muy bueno que hace que se consigan mejores resultados.
Para mí es una responsabilidad, pero tampoco creo que sea presión, todo lo contrario. Yo intento verlo como un chute de motivación, como algo bueno que me empuja a dar lo mejor de mí mismo porque realmente se espera eso de nosotros. Somos uno de los mejores equipos del mundo, eso está claro, se puede decir abiertamente, y tenemos que hacerlo lo mejor que sepamos para dejar también a nuestra delegación y a nuestro país en el mejor lugar posible.
La vuestra es una disciplina que por su propia naturaleza os hace pasar muchos meses sin poder competir. ¿Cómo afrontas tú esos meses y cómo de extraño es eso para un deportista de élite?
Para mí no es extraño porque estoy acostumbrado a ello. Sí que es cierto que hay otros deportes que están muy habituados a competir cada semana o cada dos semanas o todos los meses. Y para mí casi lo extraño es eso porque no estoy acostumbrado. Durante la época invernal hay alguna competición, pero no competiciones importantes o competiciones internacionales importantes.
Entonces nosotros nos dedicamos a entrenar, a hacer un trabajo de base muy grande, de muchos kilómetros, mucho volumen de entrenamiento para luego cuando empieza la primavera y el buen tiempo y las competiciones, estar en nuestro mejor momento. Pero es algo que desde pequeño lo he vivido así. Es a lo que yo estoy acostumbrado y yo siempre digo que estaría bien que se compitiera aún más. Pero también te digo que esta fórmula me gusta porque es la que conozco y a la que estoy acostumbrado. La otra la desconozco totalmente.
Me quiero ir a un momento concreto de este año. Al mes de abril y a esos selectivos de Pontevedra. ¿Cómo los recuerdas? ¿Cómo fue gestionar esa presión e intentar alinear todo para tener el día? Y también, ¿cómo es eso de al final conseguir la plaza y que luego pasen unos meses hasta que se resuelve todo ese proceso para saber quién va a los Juegos?
Los selectivos de España, primero porque hay un nivel tremendo y segundo por todo lo que nos jugamos, suele ser uno de los momentos que más presente tenemos los deportistas. Aunque seas un barco que va por medalla o a por el oro en los Juegos. Es más, te diría que casi somos los que más presión tenemos los que tenemos una plaza no asegurada, pero sí conseguida.
Al final tienes mucho que perder, aunque no sea tuyo, evidentemente. Pero todos los que están fuera quieren tener lo que tú has conseguido. Y eso sí que es un momento de mucha presión. En los selectivos de España realmente se nota en el ambiente que hay presión para todos nosotros porque nos jugamos mucho. Ha habido casos en los que algunos compañeros han conseguido la plaza con muy buenos resultados, con medallas en Campeonatos del Mundo y luego la han perdido. Entonces bueno, sabemos que es algo que ya ha ocurrido alguna vez y que puede pasar y son cosas que te da el deporte y que hay que saber gestionar.
En mi caso al final fue todo bien. Yo ya estaba en buen estado de forma, supe competir bien y dejar cerrada mi plaza ahí. Pero sí que es cierto que cuando consigues tu plaza, que parece que es para ti, pero en realidad es para España... El año anterior en el Mundial todo el mundo, sobre todo la gente que no está tan familiarizada, ya te felicita porque creen que estás clasificado porque has conseguido la plaza... Incluso en los medios de comunicación normalmente se habla de que vas a ir a los Juegos durante todo un año cuando tú realmente no sabes a ciencia cierta si vas a ir.
Esos meses, cuando te preguntan, la respuesta corta es '¿vas a los Juegos? Y dices que sí'. La respuesta larga es contar todo el proceso, que las plazas no son nominales en piragüismo, etcétera... Pero claro, a mucha gente también le cuesta entender que hasta mayo del año de los Juegos Olímpicos no se decide realmente el equipo que va a asistir. Y hay otros deportes donde es más duro todavía porque ni siquiera a día de hoy saben al 100% quienes van a ir.
Saliéndonos un poco del prisma de París para terminar, llevas prácticamente una década instalado en la élite. Pero te quería preguntar por tus inicios en el piragüismo, por esas competiciones en Talavera y por toda España y sobre todo por ese contraste de lo que es venir desde abajo, desde la escasez de recursos que hay en la base en un deporte como el piragüismo.
En mi caso, cuando yo empezaba, el piragüismo era un deporte que no teníamos los recursos suficientes o no tantos recursos como se tiene en otros deportes o incluso como se tiene a día de hoy. Pero yo encima venía de un club muy humilde y muy pequeño ahí en Talavera. El piragüismo hoy en día se conoce un poco más, pero hace unos años, cuando yo empecé, la gente sabía lo que era una piragua, lo que era el río y poco más. No se conocía tampoco mucho.
Por eso hay que dar gracias también a la labor de gente como Luis, que se echó a las espaldas el club y que empezó a desarrollarlo por amor al arte y porque le gustaba, para echar una mano a todos los chavales que estábamos yendo allí. En mi caso también a mi tío, que ahora es el presidente de la Federación de Castilla-La Mancha, que a nivel de gestión ha sido de los que han ido sacándolo hacia delante. Ellos han permitido que chavales como yo, que sin ellos seguramente hubiéramos pasado por este deporte sin pena ni gloria, pues podamos estar hoy dedicándonos a esto y preparándonos para unos Juegos Olímpicos, en mi caso los terceros.
Entonces bueno, es algo de lo que yo también me enorgullezco enormemente. Vengo de donde vengo y sobre todo agradezco a todas las personas que me han ayudado y que se han cruzado en mi camino. Toda la gente de mi club de Talavera, todos mis amigos que tengo ahí... Seguramente sin todos y cada uno de ellos no habría llegado a donde estoy. Ahora tengo todo lo que necesito para entrenarme al 100%, para prepararme para unos Juegos Olímpicos, pero no hay que olvidar de donde venimos, que teníamos que ir con la tienda de campaña a las competiciones y con el bocata de tu casa.
Tampoco nada tremendo. No hemos pasado penurias porque mentiría si lo dijera, pero bueno, son cosas que hoy en día no se ven tanto. Y que por supuesto ya a mi nivel es algo totalmente imposible, pero realmente venimos de ahí. También es lo que nos ha caracterizado y ha formado nuestra forma de ser, nuestra forma de pelear y lo que seguramente nos ha dado la fuerza para llegar donde estamos hoy en día.
¿Durante este camino complicado tuviste momentos de dudas o de querer dejarlo porque no veías una salida clara para tu futuro?
La verdad es que no. Mi suerte es que he tenido a mis hermanos mayores que me fueron abriendo el camino. Ellos dos también han sido Campeones del Mundo en categoría juvenil. El mayor empezó antes que yo hacer piragüismo y el mediano el mismo día. Y ellos fueron un poco mostrándome el camino que yo tenía que seguir. Les llamaron para entrar en el equipo nacional júnior en Madrid, entonces ellos fueron antes que yo. Yo simplemente fui intentando seguir sus pasos, intentando parecerme lo máximo posible a ellos. Y bueno, en ese sentido pues ha sido más fácil para mí, sobre todo porque he tenido el ejemplo claro.
Más allá de eso no sabría decirte. Por supuesto que he tenido momentos de duda y momentos de haber estado menos motivado, pero tampoco te puedo decir que haya tenido ganas de dejarlo nunca. He tenido momentos más de bajón o más de duda, pero nunca he sentido tampoco que quisiera dejarlo porque siempre he disfrutado mucho con lo que hago. Siempre he sido muy feliz haciéndolo, cuando me han acompañado los resultados y cuando no. He podido dedicarme a ello profesionalmente.
Uno de los momentos más duros fue cuando me quedé fuera de los Juegos Olímpicos de Río que para mí fue un palo muy gordo. Luego ya con el tiempo aprendes a relativizar ciertas cosas, pero incluso en esas situaciones mi pensamiento es de volver a la carga, de intentar mejorar y de intentar superar ese momento.
Y ya la última para terminar. ¿Cómo se ve Paco Cubelos una vez deje el piragüismo profesional? A través de la UCAM has podido hacer estudios de ADE y no sé si quizás podrían ir por ahí un poco tus pasos o incluso aplicar eso al deporte.
No sé si lo aplicaré al deporte o no. Me gusta mucho el tema de la gestión deportiva, pero me gusta la gestión empresarial en general. Me gusta el mundo de la empresa, pero lo que seguro que seguiré siendo es deportista. Evidentemente a otro nivel, pero yo creo que el deporte seguirá jugando un papel muy importante en mi vida.
Me levantaré por la mañana, antes o después, o entremedias del trabajo y tendré que sacar mi ratito para hacer deporte porque creo que eso también es lo que me da fuerza. Lo que mentalmente te hace trabajar, te hace pensar mejor y creo que jugará un papel importante dentro de mi vida. No sé a qué me dedicaré, es algo que todavía no tengo del todo claro. Pero yo creo que si sigo ligado de esa forma al deporte, con todo lo que me ha enseñado de superación y de trabajo, pues seguramente me permita poder hacer lo que me gusta y poder vivir de ello.