Quique Llopis revive su grave caída en el Europeo de atletismo: "Al despertar no recordaba la carrera"
EL ESPAÑOL habla con el atleta español que en el pasado Campeonato de Europa quedó inconsciente tras sufrir una aparatosa caída.
29 marzo, 2023 02:15Quique Llopis (Gandía, 15 de octubre de 2000) le puso los pelos de punta al deporte mundial hace unos días. El pasado 5 de marzo protagonizó el momento más espeluznante del Campeonato de Europa de Atletismo con una caída que dio la vuelta al mundo por el carácter terrorífico de las imágenes.
Todo sucedió en la gran final de los 60 metros vallas. El español aspiraba sin duda a sumar una nueva medalla más para el atletismo nacional pese a tener rivales de entidad. Llegaba en un buen momento, con confianza y con posibilidades de colgarse un metal al cuello. Sin embargo, en una prueba tan corta y explosiva como esta disciplina, cada pequeño detalle cuenta y las cosas ya no fueron bien desde el inicio.
Llopis tuvo que arriesgar sabiendo que la salida no es precisamente su fuerte, y entonces comenzó una remontada que olía a podio. Sin embargo, en la cuarta valla su pie tocó con el obstáculo y le desestabilizó, algo que terminó por materializarse en el siguiente salto. El pie se quedó enganchado y el aterrizaje fue de todo menos suave. El velocista impactó con su cara contra el suelo y quedó inconsciente, algo que durante unos minutos sobrecogió el corazón de todos.
Levantan el pulgar por Quique Llopis. Por dios que no sea nada importante #Istanbul2023 pic.twitter.com/jeZuoLRZ9o
— LBDC / SPORT (@BolsaCorredor) March 5, 2023
Ahora, unas semanas más tarde y en pleno proceso de recuperación, atiende a EL ESPAÑOL para recordar cómo fue aquel fatídico instante que, de momento, le ha dejado algunas secuelas como dificultad para oír o los problemas en la clavícula. Confiesa que poco a poco fue desbloqueando momentos de la carrera y también agradece a la organización del Campeonato de Europa la manera que tuvieron de atenderle en aquel delicado instante.
La caída
Por mucho que hayan pasado ya las semanas desde que todo aquello sucedió, el trompazo que se pegó Quique Llopis sigue estremeciendo. Por suerte, todo quedó en un susto, grande, pero un susto al fin y al cabo porque apenas pasó un día en observación en el hospital antes de recibir el alta.
El velocista recuerda así el inicio de la carrera: "No salí especialmente bien, aunque no suelo salir de los mejores. Tampoco terminé de encontrar sensaciones y veía que me iba tragando las vallas. Ya en la cuarta, la toqué aunque la pude salvar, pero la quinta fue imposible".
El valenciano prosigue en su explicación de lo que recuerda para EL ESPAÑOL: "Me comí esa valla, intenté pasarla para no caer, pero se me enganchó el pie en el listón y no pude parar la caída con las piernas. Me llevé el golpe en la parte derecha y sobre todo en la cabeza", comenta. Su impacto contra el tartán fue duro, sobre todo por eso que él apunta, la imposibilidad de amortiguar la caída con las piernas.
Recuerdos borrosos
El tremendo golpe que Quique Llopis se llevó en la cabeza le dejó inconsciente sobre la pista. Tuvo que ser atendido en el mismo sitio y posteriormente fue trasladado a un hospital de Turquía, donde se estaba celebrando este Europeo, para ser puesto bajo vigilancia. No fue precisamente hasta su llegada al complejo sanitario cuando comenzó a entender qué era lo que había sucedido y a recobrar recuerdos de la película.
"Ahora lo recuerdo todo bien, pero cuando desperté había cosas que no recordaba del todo. Por ejemplo, la carrera en general, no la recordaba, pero ahora mismo ya lo recuerdo todo bien. Es cuando estoy yo en la habitación cuando empiezo a recordar las cosas, cuando ya estoy tranquilo", confiesa.
Eso sí, una vez que también pudo ver las imágenes repetidas de su accidente y de todos los momentos posteriores, no duda en lanzarle halagos a la organización del Campeonato de Europa por la manera en la que le atendieron: "Fue increíble la organización cómo actuó de rápido, cómo taparon la situación, cuando lo vi me pareció un detalle". Y es que se creó una especie de barrera protectora en torno a Llopis mientras estaba siendo atendido por los servicios sanitarios para salvaguardar su intimidad.
Por fortuna, en el hospital el atleta español tan sólo estuvo un día ingresado porque pronto recibió el alta. Le hicieron pruebas de todo tipo, le practicaron un TAC en la cabeza, le miraron el brazo, el oído lastimado... Cualquier precaución era poca, pero tras estar bajo supervisión a la jornada siguiente le dieron el alta. Además, al regresar a España volvió a ser revisado de forma completa.
Las secuelas
Ahora Quique Llopis trata de recuperarse poco a poco para seguir su puesta a punto y tratar de volver al gran nivel que venía demostrando hasta el Europeo. Son varias las rémoras que arrastra todavía varias semanas después de la caída, así que sabe que tendrá que ir con calma en algunos apartados de su rehabilitación.
"Tenía en el oído una pequeña hemorragia detrás del tímpano, así que no tenía la audición completa. Es como un tapón de sangre y todavía no he recuperado la audición del todo, así que voy poco a poco porque es un proceso largo", dice sobre esta molestia que le genera incomodidad.
Además de su conmoción cerebral, al velocista también le diagnosticaron una fractura en la cabeza del radio de su brazo, algo de lo que todavía se sigue recuperando. Por otra parte, también se vio afectada su clavícula aunque, por fortuna, sin llegar a tener fractura.
Su padre, recuerda, tuvo un papel muy importante en aquellos momentos en los que fue atendido y posteriormente trasladado al hospital. Él le iba transmitiendo la información al resto de la familia, especialmente a su madre, de cómo se encontraba Llopis, y de no haber estado presente en Turquía la incertidumbre hubiera sido desmedida.
Iba a por la medalla
Quique Llopis llegó a la final de los 60 metros vallas convencido de que podía colgarse al cuello una medalla. No era para menos, fue superando las eliminatorias previas, mejorando sus registros hasta plantarse en el momento clave. Con 7,63 logró el pase a la semifinal, y sus 7,58 le valieron un billete para la final.
Él sabía hasta donde podía llegar. Su mejor marca reciente, esos 7,48 logrados en Madrid, le podían en la terna de aspirantes y a por ello que se lanzó. "Me encontraba muy bien, estaba haciendo parciales mejor que en el Campeonato de España, me encontraba con unas sensaciones increíbles", dice para EL ESPAÑOL.
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"Sí que estaba para ganar una medalla, ese era uno de los objetivos. Sabía que iba a ser complicado pero el objetivo era ese", comenta. Además, conocía a sus rivales: "Obviamente Jason venía de estar corriendo muy bien, era el que más miedo me daba, el rival más fuerte, aunque el polaco también era uno de los grandes rivales".
Pese a su caída, termina con un buen balance del atletismo español en aquel Europeo: "Ha sido una buena actuación española, con grandes alegrías y algún que otro susto como la caída de Iñaki Cañal, pero al final el atletismo es así, es un deporte muy duro también psicológicamente porque te lesionas muchas veces".