El mundo del deporte se está viendo cada vez más afectado por cuestiones políticas que empañan el correcto transcurso de diferentes competiciones en todo el planeta. Mientras Qatar ha conseguido comprar un Mundial de Fútbol para blanquear su dictadura, la selección de Marruecos no ha podido disputar el Campeonato Africano de Naciones por su guerra abierta con Argelia, país organizador del torneo y que mantiene cerrado su espacio aéreo.
Por si fuera poco, Rusia y Ucrania han sido los grandes protagonistas de un 2022 en el que el conflicto bélico entre ambos países ha tenido enormes repercusiones en el deporte mundial. Últimamente, quien ha copado titulares ha sido Irán, estado que lleva meses persiguiendo a los deportistas que han decidido manifestarse en contra del régimen y en favor de las mujeres. Los casos de los futbolistas Amir Nasr-Azadani, Ali Daei o de la escaladora Elnaz Rekabi ya son mundialmente conocidos.
Sin embargo, ahora quien se lleva todo el protagonismo es Afganistán y es que el régimen talibán está endureciendo el trato hacia las mujeres del país tras haber adoptado nuevas restricciones que afectan directamente a su modus vivendi. Esto ha provocado que, por ejemplo, la selección australiana de críquet haya elevado una protesta internacional para mostrar públicamente su apoyo a las mujeres del estado.
Mientras se cumple ya casi un año y medio desde la toma de Kabul por parte de las tropas talibanes, el colectivo femenino sigue pagando las consecuencias de la misógina tiranía que impera en el estado. Y muchas mujeres están buscando en el deporte la vía que no han encontrado en la política para protestar contra esta opresión. Mientras la bandera de la paz y de la libertad hace tiempo que cayó del mástil, las deportistas salen a la calle en secreto para pedir justicia.
La protesta de Australia
Una de las protestas más sonadas que se ha llevado a cabo recientemente ha sido la elevada por la selección de Australia de críquet. A través de un comunicado, el ente federativo del país aussie ha decidido renunciar a su participación en la Superliga del Consejo Internacional de Críquet, una competición para la cual se tenía que desplazar hasta Emiratos Árabes Unidos.
El combinado australiano iba a realizar una gira por la India para después desembarcar en EAU donde iba a participar en esta competencia en el mes de marzo. En ella tenía que disputar tres partidos contra la selección de Afganistán. Sin embargo, después de valorar la situación, han decidido negarse a jugar estos encuentros en señal de protesta.
El motivo son las nuevas restricciones que el régimen talibán ha impuesto contra las mujeres en el país a las cuales les ha sido prohibida la entrada en recintos como universidades o gimnasios. Una situación intolerable y ante la que Australia, a través de su gobierno y de su federación de críquet, han decidido protestar.
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"Nuestra decisión llega después del anuncio de los talibanes de imponer nuevas restricciones en la educación y las oportunidades de empleo de las mujeres y niñas, así como su acceso a parques y gimnasios". Además, Cricket Australia ha reiterado su "apoyo al crecimiento del juego, en referencia al críquet, para mujeres y hombres en todo el mundo, incluido Afganistán".
A pesar del contundente ataque, Australia abre la mano a Afganistán a colaborar en el impulso de este deporte si se compromete a trabajar en pro de mejorar la imposición de los derechos humanos en el estado, especialmente "anticipando condiciones mejores para las mujeres y niñas del país".
Mujeres al poder
Afganistán, y en especial sus mujeres, se encuentran viviendo un auténtico infierno durante casi un año y medio. El mes de agosto del año 2021 fue la materialización de la toma de la ciudad de Kabul y, con ello, la instauración en el poder del régimen talibán. Desde entonces, se han sucedido las medidas que han ido restringiendo la vida del sector femenino en el estado.
Las últimas medidas gubernamentales adoptadas han sido procesadas por el Ministerio de Educación, el cual anunció en diciembre la prohibición de que las mujeres puedan estudiar en la Universidad. Esta restricción se ha hecho extensiva también a su presencia en recintos como gimnasios e incluso parques públicos.
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En estos momentos, la persecución no solo se eleva al ámbito cultural, sino también deportivo, ya que muchas mujeres ni siquiera pueden abandonar el país para participar en competiciones y muchas no pueden llevar a cabo sus carreras profesionales sin el permiso de sus maridos o padres. En general, las adolescentes tienen prohibido asistir a las escuelas, se ha impuesto la segregación por sexos en lugares públicos, el veto a viajar sin velo o la obligación de ir acompañadas de un familiar masculino en trayectos largos.
Para protestar contra esta situación, un grupo de reputadas deportistas, grandes estrellas y jóvenes promesas, se han unido para protestar, de forma anónima eso sí, contra el régimen talibán. Esta queja se ha llevado a cabo a través de un reportaje fotográfico realizado por parte de Ebrahim Noroozi, fotoperiodista de Associated Press, quien ha trabajado codo con codo con estrellas del ciclismo, del baloncesto, del fútbol, del críquet o del taekwondo.
Todas ellas han aparecido cubiertas con su burka para evitar ser reconocidas y evitar así que pudieran caer sobre ellas las represalias de un régimen que no hubiera tenido piedad con su deslealtad. Mujeres y campeonas que reivindican sus derechos y que claman por todas aquellas que han tenido que huir para salvar sus vidas.
Una protesta que va en la línea marcada por el Comité Olímpico Internacional, quien hace unas semanas advirtió una ruptura total de sus relaciones con Afganistán de cara a los Juegos Olímpicos de París 2024 si no permitían el acceso de las mujeres al deporte y si no potenciaban a sus atletas femeninas.
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El COI, que mostró su desaprobación al papel del comité nacional, "expresó sus graves preocupaciones y condenó las restricciones más recientes impuestas por las autoridades afganas a las mujeres y jóvenes en Afganistán, las cuales les impiden practicar deporte en el país". Ya en 1999, durante la vigencia del último régimen talibán, el COI ya suspendió la actividad del comité nacional.
El organismo que preside Thomas Bach persigue el hecho de que los equipos afganos estén compuestos también por mujeres que viven en el país y no solo por aquellas que permanecen en el exilio. A su vez, organizaciones como Human Rights Watch han instado al COI a eliminar toda participación afgana en eventos deportivos y a suspender su financiación. Consecuencias de una guerra que no cesa.