El exjugador iraní Amir Nasr Azadani fue condenado este lunes a 26 años de prisión por un tribunal revolucionario tras su participación en las revueltas sociales que están teniendo lugar en su país durante los últimos meses. Acusado del supuesto asesinato de tres miembros de las fuerzas de seguridad iraníes, el deportista parece que al menos podrá librarse de la pena de muerte.
Irán vive una situación de lo más convulsa desde que el pasado 16 de septiembre fuera asesinada Mahsa Amini, que fue detenida por la Policía de la moral por no llevar el velo bien colocado. Desde entonces, las manifestaciones y signos de rebeldía por parte de los ciudadanos se han ido reproduciendo y ahora piden el fin de la República Islámica que impera desde el año 1979.
El exfutbolista Amir Nasr Azadani fue acusado, en medio de todas estas protestas, de ser cómplice del asesinato de tres miembros de las fuerzas de seguridad iraníes. Se llegó a especular con su sentencia a muerte, algo que hizo que su caso cobrara mucha fuerza en todo el mundo, pero finalmente podrá evitar este castigo.
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El tribunal le impuso una condena de 26 años de cárcel, 16 de ellos por su complicidad en el asesinato de los tres basijis, estos miembros de las fuerzas de seguridad. La pena se vio incrementada por el cargo de reunión y colusión para cometer delitos, y también por la pertenencia a grupos ilegales con el objetivo de perturbar la seguridad pública. Las condenas las cumplirá simultáneamente, por lo que en principio pasará en prisión 16 años.
Condenas a muerte
En este mismo juicio, otros iraníes no han corrido la misma suerte y sí que han sido sentenciados a muerte. Saleh Mirhashemi, Majid Kazemi Sheikh Shabani, y Saeed Yaqoubi fueron sentenciados por "enemistad contra Dios" por el asesinato de estos basijis en la ciudad de Isfahan, por lo que pasan a engordar la lista de 11 personas sentenciadas hasta el momento a la pena máxima. Además, todos ellos recibieron una pena de 10 años de cárcel.
Por otra parte, otro de los acusados, Soheil Jahangiri, fue condenado a dos años de prisión por su participación en los mismos hechos, y un sexto, Jaber Mirhashemi, resultó absuelto.
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La situación en Irán sigue siendo muy delicada ya que las protestas sociales siguen estando a la orden del día. Los manifestantes, especialmente jóvenes y mujeres, reclaman más libertades y lo hacen al grito de "mujer, vida, libertad". El estado, sin embargo, se mantiene firme y con mano dura tratando de mantener el orden establecido, y el pasado fin de semana se llevaron a cabo nuevas ejecuciones.
Estos ahorcamientos siguen levantando fuertes críticas internacionales y hasta la Unión Europea llegó a pedir al país iraní que "anule sin demora" estas penas máximas. Otras organizaciones como Amnistía Internacional han llegado a denunciar los juicios como "farsas" y los han tachado de venganzas. Algunos organismos cifran en 500 las personas fallecidas en las protestas y 20.000 los ciudadanos detenidos.