Magnus Carlsen se encuentra entre la espada y la pared tras sus afirmaciones sin pruebas fehacientes. El noruego rompió su silencio tras más de una semana llena de impaciencia por parte del mundo del ajedrez. Y va con todo. El campeón del mundo por fin dio una respuesta o, al menos, rompió ese telón de acero que le rodeaba tras la polémica con Hans Moke Niemann y las perlas anales.
Señalado por el Gran Maestro Garry Kaspárov, que le pedía una explicación en condiciones, por fin ha dado a conocer todo lo que ha vivido y cuáles son sus intenciones. Su decisión de retirarse del torneo más importante del mundo, la Sinquefield Cup, ha causado graves problemas a su credibilidad. Y, más aún, tras su reciente abandono frente a Niemann en la Julius Baer Generation Cup. Su figura estaba en jaque.
A través de sus palabras en las redes sociales, Carlsen ha dado su versión, ha desarrollado sus pensamientos y ha vuelto a señalar a Niemann. El estadounidense ha sido nuevamente acusado por el campeón del mundo que lo ha dejado meridianamente claro. "Ha hecho más trampas -y más recientemente- de lo que públicamente ha admitido", refrenda en una de sus frases. Y no carecen de cierto sentido, pues el noruego sabe que su rival en sus dos últimas partidas reconoció haber hecho trampas en el pasado. Un hilo al que se aferra Carlsen para defender su postura, ya que no volverá a jugar contra él como asegura en el comunicado.
Uno de los puntos que explica Carlsen en su comunicado es la frialdad absoluta de Niemann a la hora de afrontar la partida en la Sinquefield Cup. La ausencia de nervios ante la jugada sorpresa del noruego. "Su progresión sobre el tablero es inusual, y durante nuestra partida en Sinquefield Cup tuve la impresión de que no estaba tenso ni suficientemente concentrado en el juego en una crítica situación, mientras me superaba con negras de una manera que solo un contado número de jugadores pueden hacer. Esta partida contribuyó a cambiar mi perspectiva", recalca en un intento de explicar el porqué de su seguridad sobre las malas artes al actuar de Niemann.
Niemann y las trampas del pasado
Desde su partida contra Carlsen, la figura de Niemann ha alcanzado enormes índices de popularidad. Gran Maestro desde principios de 2021 ocupa el puesto número 49 del ranking. Muy lejos del noruego, pero tan cerca en las partidas y con unos movimientos estudiados a la perfección para maniatar las jugadas de su rival.
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Lo cierto es que pese a las acusaciones recibidas de trampas, no hay nada demostrado hasta el momento. Él se defendió tras la partida e, incluso, se mostró partícipe a colaborar con la organización del torneo para esclarecer todo lo sucedido. Una actitud proactiva tras los duros ataques recibidos.
Lo que no todo el mundo conoce sobre Niemann es su oscuro pasado, ensombrecido por unas trampas que él ha reconocido sin problema alguno. A sus 19 años, el estadounidense habló sin tapujos tras haberlas puesto en práctica de manera intermitente entre los 12 y los 16 años. Para ello contó con la ayuda de un amigo y un ordenador en los torneos online. Una confesión de unos hechos no muy lejanos, que oscurecen su figura marcada por los errores del pasado.
Pero no es el único acostumbrado a las prácticas ilegales dentro su entorno. En una entrevista un par de días antes a la publicación del comunicado, Carlsen también deslizó un nombre clave dentro la operación. Un posible partícipe de todo este embrollo: Maxim Dlugy, entrenador de Niemann. Un personaje oscuro y rodeado de polémica a lo largo de su carrera, tanto dentro como fuera del ajedrez. Lo único que está claro en esta partida es que todos han movido sus fichas.
"Tengo que decir que estoy muy impresionado por el juego de Niemann, y creo que su mentor, Maxim Dlugy, debe de estar haciendo un gran trabajo", afirmaba sobre el entrenador de su rival. Un mentor marcado por un pasado algo turbio. El gran maestro estadounidense, de origen ruso, llegó a ser presidente de la Federación de EEUU de Ajedrez. Sin embargo, fue acusado en 2005 de malversación de fondos en Rusia, motivo que le hizo pisar por un tiempo la cárcel.
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El propio Dlugy fue protagonista en otro caso de supuestas trampas. El estadounidense aseguró haber descubierto los métodos prohibidos del polémico Boris Ivanov. Los zapatos eran los señalados por el también Gran Maestro. Nunca se llegó a demostrar, como tampoco se ha hecho con su pupilo y las perlas anales.
Dlugy apuntó a Ivanov en su momento como tramposo. Carlsen ha hecho lo mismo con Niemann. El resultado, el mismo. Ni uno ni otro han conseguido demostrar que su oponente haya practicado técnicas ilegales en los tableros de ajedrez. Una historia que se repite.
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Alegato contra las trampas
El campeón mundial dio un pequeño atisbo de lo que le rondaba en la cabeza con su presencia televisiva delante de sus compatriotas. En una charla con la periodista Kaja Snare para aportar algo de luz al caso y ya dio pequeños coletazos de lo que estaba por venir. No señaló culpables de manera directa y clara, lo hizo todo desde la ironía y el sarcasmo. Y con el trasfondo de las trampas siempre presente.
"Independientemente de si es un problema generalizado o no, creo que es bastante fácil hacer trampas. En general, creo que en el futuro no deberíamos tomarnos a los tramposos a la ligera, ni por internet ni sobre el tablero", declaraba el todavía campeón del mundo, que ya anunció que no defendería su título en este 2022, a la televisión. Un pensamiento persistente y recurrente acerca de las trampas, la idea que ronda su cabeza constantemente.
Pero en el momento de responder a la gran pregunta, Carlsen no quiso profundizar en el asunto. Pero si dio un nombre. "Desgraciadamente no puedo hablar del tema en particular, pero la gente puede sacar sus conclusiones, y ciertamente ya lo ha hecho", reflexionaba en un primer momento.
No muy atrás se queda el mensaje publicado por él mismo. En él muestra una durísima postura para controlar cualquier tipo de técnica ilegal dentro del ajedrez. Y con un claro dardo a Niemann, contra el que no está dispuesto a jugar nunca más. "Por desgracia, estoy limitado en lo que puedo decir sin el permiso explícito de Niemann para hablar abiertamente. Hasta ahora solo he podido hablar con mis actos, y esas acciones han dejado claro que no estoy dispuesto a jugar al ajedrez con Niemann. Espero que salga a la luz la verdad sobre este asunto, sea cual sea", termina el comunicado de Carlsen. Una partida de ajedrez que no ha hecho más que comenzar y en la que el noruego ha movido la primera pieza del tablero.