Catalina Corró deja la natación. Una decisión difícil, pero que ha tomado consecuentemente después de todo lo que ha sufrido en los últimos años. Una carrera plagada de éxitos y aprendizajes que ha tenido también trances puramente vitales y que han dejado lo deportivo en un segundo plano. Sin embargo, todo ha formado parte de la emocionante historia que ido construyendo alrededor de su figura. Esa que es un ejemplo impagable de vida y de lucha.
La nadadora española anunció su adiós hace unas semanas con tan solo 27 años. Sin embargo, ha querido aguantar hasta poder despedirse en la piscina, el lugar al que ha dedicado sus mejores años y en el que ha sido feliz mientras competía en los eventos más importantes del planeta. Por ello, hace tan solo unos días tomaba la salida en la última carrera antes de, como ella misma dice, salir de la piscina para "saltar a la vida". Y lo hizo colgándose una valiosa plata que pone el broche de oro soñado.
Esa frase, dicha por sus labios, no es una frase cualquiera. A pesar de su juventud, Catalina sabe lo que es pelear duro contra los golpes del destino. Así es como ha sido capaz de vencer a los dos tumores cerebrales que ha padecido durante su trayectoria personal. Tres operaciones que le llevaron al límite, pero que no le impidieron seguir nadando y ganando. Cada segundo en el agua era un segundo de vida y un sueño cumplido.
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Sin embargo, esa batalla le ha generado un desgaste físico y mental que le han pasado factura y que han provocado que haya decidido dar un paso al lado para afrontar una nueva etapa. Después de su merecido homenaje y de su gran despedida, liderada especialmente por la Real Federación Española de Natación y por el Club Sabadell, ahora afronta un nuevo camino que va a exprimir como se exprimía ella misma en sus exigentes entrenamientos.
El adiós de Catalina
Este pasado fin de semana, Catalina Corró ponía punto y final a su carrera como nadadora y como deportista de primer nivel. Lo hacía en los Campeonatos de España, donde ha brillado en su última participación incluso por encima de la trascendental noticia de su propio adiós ganando una medalla de plata. Una buena nueva que pone fin a una carrera de éxito y que evidencia también el largo camino que ha andado a pesar de su juventud.
La nadadora balear nacida en Inca pudo recibir el calor de sus compañeros, aficionados y amigos en el homenaje organizado por el Club de Natación Sabadell. Formaba parte del mismo desde la temporada 2018/2019, cuando decidió ponerse a las órdenes de Alex López. Allí formó parte de un grupo de verdadera élite junto a nadadoras como Marina García, Beatriz Gómez y Judit Ignacio.
A lo largo de su trayectoria, situó sus pruebas preferidas en las modalidades de los 200 y los 400 estilos, especialidades en las que consiguió ser subcampeona de España. Sus mayores éxitos deportivos y su mejor nivel personal como deportista llegaron en los Juegos del Mediterráneo del año 2018 celebrados en Tarragona. Allí se colgó la medalla de oro en los 400 metros estilos. 'Cata' ha llegado a disputar tres Europeos, en Berlín, Glasgow y Budapest, y dos Mundiales de piscina corta, en Hangzhou y Abu Dhabi.
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Desde muy pequeña despertó el interés de muchos expertos en natación por su impresionante potencial y formó parte del equipo nacional. De hecho, estuvo mucho tiempo becada mientras era una de las grandes estrellas del escuadrón del Centro de Alto Rendimiento de San Cugat, en la provincia de Barcelona. Allí entrenó bajo las órdenes de José Antonio del Castillo. Antes de recalar en las filas del Club de Natación de Sabadell formó parte también del CN Palma y del CN Bidasoa XXI.
Catalina dice adiós tras un año complicado en el que después de superar trances tan difíciles como los que ha tenido que afrontar, ha acusado ciertamente el cansancio y el agotamiento mental de cada batalla. Más que las consecuencias físicas, Catalina ha notado la falta de motivación y las ganas de seguir entrenando y sacrificándose para seguir siendo una de las mejores. La alta competición conlleva una serie de esfuerzos titánicos para los que ella no se sentía del todo motivada.
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Sin embargo, después de superar su terrible enfermedad, no ve esta retirada como una derrota, si no como una gran victoria. Después de superar todo lo que ha pasado, ahora quiere saltar hacia la vida como durante tantos años lo ha hecho a la piscina. Con el objetivo de pasar más tiempo con sus familiares y amigos, los que de verdad han estado con ella en sus momentos más duros, Catalina deja la natación en busca de nuevos retos, los cuales estarán también en sus estudios. Aunque sin duda alguna, no se desvinculará de su mayor pasión para siempre.
Dos tumores y tres operaciones
La vida de Catalina ha sido de constante lucha. Batallas por sus retos deportivos y por sus altas expectativas. Pero guerra también por la supervivencia, ya que Catalina ha tenido que lidiar durante los últimos años con dos tumores cerebrales. Y aún así, no han conseguido doblegarla, ya que tras cada golpe y tras cada operación, ha conseguido siempre tirarse una vez más a la piscina. Y ahora puede decir que lo deja porque así lo desea, y no porque una enfermedad o una lesión le hayan llevado a ello.
La terrible travesía de 'Cata' arrancaba en 2017, cuando le diagnosticaron un tumor cerebral. Ahí comenzó una carrera por su trayectoria deportiva, pero también por su vida, que le llevó al límite. Como ella misma confiensa, esa primera operación para tratar ese tumor fue la más difícil porque fue la que más le costó superar. Sin embargo, salió con una fuerza que nadie esperaba. A base de empeño, trabajo y pundonor consiguió volver a las piscinas y pocos meses después se colgó ese valioso oro en los Juegos del Mediterráneo.
Aquella presea ganada en Tarragona no solo es su conquista más preciada, sino el mayor ejemplo para decirse cada día que puede superar todos los golpes si se lo propone. Poco después de superar aquel tremendo bache, la pesadilla de Catalina volvía a aparecer. A los dos años de ese terrible diagnóstico, experimentó los primeros síntomas de un nuevo tumor cuando sufrió un desvanecimiento en el agua. Tuvo que ser socorrida por su compañera Jessica Vall.
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Poco después confirmó sus peores sospechas, ya que volvía a padecer un segundo tumor cerebral. Con la misma receta de esfuerzo y éxito, 'Cata' se sometió a una segunda operación y volvió a salir victoriosa de ese complicado trance. Sin embargo, todo se complicó de nuevo en el mes de marzo del año 2020, justo cuando la pandemia de la Covid-19 empezaba a azotar con fuerza el mundo.
Los médicos le dijeron a la nadadora balear que tenía que someterse a una tercera intervención para conseguir eliminar del todo ese segundo tumor. Y del tercer paso por el quirófano también salió vencedora. Recuperación a recuperación ha ido forjando una leyenda en torno a su nombre y una historia de superación que ahora inspira a muchos chicos y chicas que, como ella, quieren llegar a la élite de la natación.
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Pero también a aquellos que padecen enfermedades graves y que necesitan de gente como 'Cata' para salir adelante. Además, experiencias como la suya demuestran también que el deporte es un buen camino para luchar contra todos los males.
Ahora, Catalina da un paso al lado, pero lo hace para tomar impulso hacia sus nuevos retos. El primero de ellos es recuperar su salud mental, maltrecha entre tanto estrés, sufrimiento y entrenamiento. Quiere volver a disfrutar también del tiempo y de las cosas cotidianas de la vida, esas que se echan de menos cuando se está en la cama de un hospital sin saber qué va a deparar el futuro.
Sin embargo, también tiene retos muy bonitos por delante como continuar con sus estudios de medicina y con el campus de natación que ha creado en Inca. Desde allí muestra su ejemplo y su amor por el agua a niños y niñas que como ella sueñan con dedicarse profesionalmente a la natación. O que simplemente buscan un deporte que les llene con el que dar sentido a sus vidas. Esa vida por la que Catalina ha peleado más que nadie.