Katir gana la medalla de bronce en el Mundial de Atletismo y devuelve la gloria del 1.500 a España
Mario García Romo fue cuarto. Jake Wightman le robó a Jakob Ingebrigtsen el último título mundial. El de Mula, nacido en Marruecos, triunfa en Eugene.
20 julio, 2022 08:05España vuelve a ser una potencia en el 1.500 metros. Hace dos días la delegación española abrió la botella de champán con el bronce de Asier Martínez en 110 metros vallas, volvió a sacar una enorme sonrisa este martes con el tercer puesto de Mohamed Katir. Segunda presea para el país en los Mundiales de Atletismo de Eugene 2022 con el atleta de fondo de Mula, nacido en Alcazarquivir (Marruecos). Además, la gran promesa Mario García Romo fue cuarto.
A las platas de José Luis González, Fermín Cacho y los dos bronces de Reyes Estévez en un Mundial hay que añadir este de Katir a sus 24 años. El británico Jake Wightman surgió incontenible en la última vuelta de la final de 1.500 metros para alzarse con la medalla de oro con un tiempo de 3:29.23, batiendo al campeón olímpico y gran favorito, el noruego Jakob Ingebrigtsen. Tendrá que esperar el campeonato mundialista para este talento precoz de solo 21 años.
El cuarto puesto de Romo, que rebajó su marca personal en más de cinco segundos a sus 23 años, y el undécimo de Ignacio Fontes redondearon un gran éxito para el atletismo español en la prueba reina del mediofondo. El murciano, amante del boxeo, del fútbol y de la poesía, llegó este año a Eugene sin tanta presión mediática, pasó discretamente por las rondas precedentes y en la hora decisiva de la final no falló. El 1.500 español recupera su sitio en el mundo.
Madrugar tiene premio 😘
— atletismoRFEA (@atletismoRFEA) July 20, 2022
📹 'Gallina de piel' con el último 200 de @mo_katir y @mariogarciaromo 🥶#EspañaAtletismo #PasiónPorCompetirpic.twitter.com/ipD9I1U0U7
De Marruecos a Mula. Ese es el camino que llevó a Katir a convertirse en medallista mundial. Mo procede de la inmigración marroquí, aunque su madre es egipcia. Pero nunca tuvo dudas respecto a sí mismo: "Me siento cien por cien español. He crecido y estudiado aquí, he pasado toda mi vida aquí, mi carrera como atleta se ha forjado aquí. Quiero competir como español y sólo como español". Esas palabras fueron antes de ser finalista en el 5.000 de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, el preludio de su hito.
Tras ser octavo, el atleta murciano se comprometió a redimirse: "Puedo dar un gran salto de calidad, dadme un año y veréis". Y comenzó a trabajar. El atleta que en 33 días batió tres récords nacionales (3:28.76 en 1.500, 7:27.64 en 3.000 y 12:50.79 en 5.000) dejando atrás las marcas de Cacho, Isaac Viciosa y Alemeyehu Bezabeh corrió este 2022 de forma más discreta. Pero apareció en el momento en el que debía hacerlo para conseguir el bronce mundial.
[La historia de Mohamed Katir, la nueva esperanza española para el medio fondo que llegó en patera]
Su padre llegó en patera a España a finales de la década de los 90, unos años antes de que él naciera, en busca de trabajo, mientras su madre esperaba en Larache el momento de reunirse con su marido. Lo hizo cuando Mohamed tenía cinco años. Se instalaron al principio en Huesca, donde Katir empezó a jugar al fútbol. Era muy rápido, pero no demasiado bueno técnicamente, según ha confesado él mismo varias veces.
Unos años después la familia se trasladó a Mula. Allí un entrenador, Cristóbal Carlos, que lo vio ganar una carrera en el colegio, invitó a sus padres a que lo apuntaran en el club de atletismo UCAM Cartagena. Allí creció como atleta, en un pueblo sin pista de atletismo, corriendo por caminos de tierra alrededor de un pequeño lago. Competía en campeonatos de España en categorías menores, pero sus éxitos no contaban.
13 años
Tenía la nacionalidad marroquí, hasta que obtuvo la española en noviembre de 2019. Desde entonces soñó con dar un éxito al país que le convirtió en este gran deportista. Tras quitarse esa presión, el punto de mira ya está sobre París 2024. El 1.500 se asegura un gran porvenir con esta generación que ha conseguido la primera medalla mundialista desde el bronce de Reyes Estévez en Sevilla 1999. Seguro que no tendrán que pasar 13 años.
Porque García Romo y Fontes también están ahí. Sobre todo, el fondista criado en Estados Unidos ha entrado por la puerta grande en su primera aparición mundialista. A sus 22 años, Mario está rindiendo a un nivel espectacular y está consiguiendo que su nombre vuelva a sonar en España con fuerza. Tras tener éxito en la universidad, comienza una andadura profesional que dará grandes éxitos al país en las diferentes modalidades en las que sabe correr.