Lucas Eguibar se ha ganado por méritos propios ser uno de los grandes nombres de la delegación española en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022. Como viene demostrando en las últimas ediciones, el rider nacional se ha consagrado como uno de los grandes referentes de los deportes de nieve en nuestro país. Lo suyo es el snowboard y estar siempre cerca de los triunfos.
Con esa ambición ha llegado ya a China a donde ha volado este domingo desde Milán. Después de terminar su última competición de la Copa del Mundo ha puesto rumbo a la ciudad de la moda y desde ahí ha cogido un avión que con destino a su gran sueño. Si alguien tiene opciones de ganar es anhelada quinta medalla para España, es Lucas.
Sin embargo, no será tarea fácil. No solo tiene en su contra el peso de la historia, como los otros 13 compañeros que viajarán junto a él, y a un montón de rivales dispuestos a morir por estar en el podio. También arrastra una serie de hándicaps externos ante los que no puede hacer nada y que marcarán de manera notable su participación en los próximos Juegos Olímpicos de Invierno.
El primero de ellos es su maltrecha espalda. Eguibar sufre unos problemas considerables que le han lastrado en su camino a Pekín. No obstante, espera que no le den mucho la lata en la cita más importante de los últimos cuatro años. El otro gran problema añadido es que su entrenador, Mario Fuchs, que no ha podido viajar junto a él tras haber dado positivo por Covid-19. La pertinente cuarentena que tiene que realizar le mantendrá alejado de su pupilo.
Cambio importante de planes
Lucas sabe que en los próximos días tendrá muchas miradas sobre sus hombros. Es uno de los favoritos a colgarse medalla en las pruebas de snowboard y una de las grandes tentativas de éxito que tendrá España. Sin embargo, al margen de las aspiraciones, las complicaciones con las que ha tenido que viajar hasta Pekín hacen que su sueño se haya convertido en el reto más difícil todavía.
Mario Fuchs, su entrenador y confidente, no podrá acompañarle durante una aventura olímpica que lleva preparando durante los últimos cuatro años. A solo unos días de arrancar su participación, Lucas pierde a su apoyo más importante, al pilar fundamental que debía guiar su actuación en Pekín. Como el propio Lucas transmite, esto es un palo que descuadra por completo sus planes y que cambia todas sus sensaciones.
A sus 27 años, Lucas llega a la cita olímpica en uno de los mejores momentos de su carrera. Tanto por nivel de forma como por madurez, es la oportunidad soñada para subirse a lo más alto de la batalla por los metales. Pero la ausencia de Mario no solo ha provocado cambios en su entorno, sino también en su mentalidad que empieza esta aventura bastante tocada.
Los juegos arrancarán este 4 de febrero y se prolongarán hasta el día 20. Un periodo en el que todos los deportistas tendrán que tener mucho cuidado para no dar positivo. Eguibar sabe que un contagio puede arruinarle, no solo la temporada, sino cuatro años de espera y trabajo. Por eso, esta pésima noticia del positivo de Fuchs le ha puesto más en alerta todavía.
El técnico tendrá que seguir desde la distancia y desde su confinamiento la participación de Lucas. Hasta allí le enviarán todos los vídeos, datos y documentos que puedan para que este viva, casi como desde Pekín, las competiciones y las andanzas de su pupilo. Mantendrán un contacto constante para que pueda seguir impartiendo sus directrices, aunque sea desde la distancia.
Las cabezas de Lucas y Mario están conectadas, pero los ojos, los oídos y la boca del técnico serán los otros miembros del cuerpo técnico que acompañarán al rider español. Marko Mihic, Mati Szul y José Prieto trabajarán como sus 'skiman', los encargados de preparar las tablas, harán labores de fisio y también de coaching. Todo esfuerzo es poco para que Lucas se sienta arropado y note lo menos posible la ausencia de Fuchs.
Los problemas de espalda
La baja de su entrenador no será el único problema al que tendrá que hacer frente Lucas. También hay otro punto que le tiene con la mente algo distraída. Se trata de su espalda, esa que le ha complicado la parte final de su preparación, la cual ha finalizado hace escasas horas en Cortina d'Ampezzo con la última prueba de la Copa del Mundo previa a los Juegos. Desde ahí ha partido a Milán para llegar a Pekín.
Lucas viene arrastrando unos problemas en la espalda que incluso le han obligado a infiltrarse en las últimas fechas para competir sin dolor y poder soportar la dura preparación. En sus últimas apariciones ha reiterado que poco a poco se va encontrando mejor. Sin embargo, todo hace indicar que será otro de sus obstáculos para soñar con las medallas.
El trabajo de su fisio Mati Szul será clave para que estos dolores lumbares vayan remitiendo antes de que tenga que afrontar su debut en Pekín. Ya en esa prueba de Cortina d'Ampezzo, Eguibar se ha encontrado mejor, con mayor fortaleza y con ambición de superar una lesión que le ha dado la lata más de lo esperado.
Durante este mes de enero se ha tenido que someter a un proceso de infiltraciones para poder completar la parte final de su puesta a punto. Ahora tendrá unos días para descansar y recuperar, además de apurar los últimos entrenamientos antes del ansiado debut. Lucas es por méritos propios, esperanza nacional.
De Milán a Pekín
Cortina d'Ampezzo ha sido el lugar elegido por Lucas para finalizar su preparación antes de encarar los Juegos Olímpicos de Invierno. Una participación satisfactoria en la Copa del Mundo que ha terminado sin contratiempos. Después, turno para un desplazamiento a la cercana ciudad de Milán y desde ahí rumbo a China.
A partir de este lunes, Eguibar podrá instalarse en la ciudad organizadora de la cita olímpica y aclimatarse a su nuevo horario y a su nuevo ambiente, ese que espera que sea la casa donde nazca el mayor éxito de su carrera, la medalla en unos Juegos. En las pruebas disputadas en Italia, Lucas ha finalizado quinto en boardercross, por lo que las sensaciones son bastante positivas.
Nada más bajarse de la tabla declaró a EFE que, salvo esos contratiempos físicos y logísticos de última hora, todo está a punto para hacer un buen papel: "Estoy muy contento. He hecho muy buena carrera. Necesitada un resultado así, que demuestra que estamos ahí, en la pelea".
"Se me ha escapado la final. He visto al austriaco Hämmerle al lado, al salir y he querido apretar un poco más de la cuenta. No se podía absorber tanto porque si no, chocabas arriba. Y eso es lo que me ha pasado. Le he visto cerca, intenté apretar un pelín y fue demasiado ha sido un error mío, completamente. Creo que tengo que hacer una valoración positiva. Necesitaba un resultado en una prueba así, de lucha y creo que he luchado bastante".
Así afronta Lucas Eguibar, una de las mejores bazas de la delegación española, los que serán sus terceros Juegos Olímpicos de Invierno a sus 27 años. El guipuzcoano ya consiguió diploma en Sochi 2014 y tuvo el gran privilegio de ser el abanderado español en los últimos de Pyeonchang 2018. Ahora, el reto será la medalla.
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