Lucas Eguibar sigue persiguiendo un sueño: ser uno de los elegidos para España en los Juegos Olímpicos de Invierno. El rider nacional anhela esa ansiada medalla que le haga entrar en la historia con letras mayúsculas y ocupar un puesto en un ránking en el que solo están cuatro deportistas.
'Paquito' Fernández Ochoa y Blanca Fernández Ochoa, que consiguieron medallas en las pruebas de esquí alpino, y Regino Hernández y Javier Fernández, que se llevaron dos metales en Pyeongchang 2018 en snowboarder cross y patinaje artístico. Esos son los únicos cuatro metales con los que cuenta la delegación nacional en toda la historia de las pruebas olímpicas de invierno.
Ahora, Pekín se presenta en 2022 como una nueva opción para seguir ampliando ese pequeño, pero valioso palmarés, y Lucas Eguibar es una de las mejores bazas que tendrá España. De momento, su preparación va por muy buen camino cuando restan menos de dos meses para que arranque la cita olímpica más esperada de las últimas décadas.
Eguibar, en forma
Todo hace indicar que Lucas va a llegar a la cita de Pekín 2022 en un estado de forma envidiable. Así lo ha demostrado al menos en la última competición que ha disputado, la Copa del Mundo de snowboard cross que se ha disputado en la estación italiana de Cervinia.
El donostiarra de 27 años ha firmado una brillante actuación con una medalla de bronce, su primer podio de la temporada, que sin duda le hace ganar moral y confianza de cara a los retos que están por venir. Con menos de 50 días para que arranquen los Juegos Olímpicos de Invierno en China, este éxito supone una inyección de autoestima para el español, que es uno de las grandes esperanzas nacionales para ampliar el escueto medallero nacional.
A pesar de colgarse este preciado metal, Lucas se marchó con un sabor agridulce, ya que considera que podría haber obtenido a un premio mayor, incluso a la victoria. Aún, así, eso son buenas sensaciones de cara a pelear en Pekín por un triunfo todavía más importante.
Las buenas sensaciones de Eguibar arrancaron desde la primera ronda en los octavos de final en la que firmó una brillante primera plaza. Fue ahí cuando el natural de San Sebastián se dio cuenta realmente de que podía estar peleando por un reto importante en Cervinia. En los cuartos de final, las sensaciones siguieron siendo muy buenas, ya que Lucas volvió a firmar la primera plaza.
Sin embargo, a pesar de ese momento, los rivales de Lucas volvieron a exhibir un nivel formidable y la pelea por las primeras posiciones se intensificó de manera considerable. Tras los accidentes del austríaco Alessandro Hammerle y del japonés Yoshiki Takahara, Eguibar firmó una meritoria segunda posición, ya que fue superado por un imperial Cameron Bolton que se mostró intratable en la serie.
Ya en la final, la suerte no le sonrió del todo a Lucas, que se alejó de la primera posición casi desde el principio. En el primer punto de intermedio se situaba en la segunda plaza, pero después no pudo aguantar el ritmo y terminó cediendo ante el austríaco Jakob Dusek y del canadiense Grondin. Aún así, las sensaciones durante toda la competición han sido inmejorables para él, demostrando que puede estar entre los mejores del mundo con mucha regularidad. Una medalla que da muchas alas.
El camino más complicado
Más allá del éxito cosechado en Italia, esta medalla le sirve al deportista del MovistarSBXTeam para demostrar que la preparación en esta recta final de año va por buen camino. Ayuda a confirmar que las sensaciones son positivas y le hace crecer en su moral y también en ese miedo y ese respeto que pueda insuflar sobre los rivales. Será obligado que le tengan en cuenta después de lo demostrado.
Tras el triunfo en Cervinia, que le ha servido para confirmar lo que tanto él como su entorno ya sospechaban e intuían, le espera un programa de entrenamientos especializado para llegar hasta Pekín en la mejor forma posible y apurando esos pequeños detalles que todavía pueden haber quedado sueltos y que en Italia le han impedido no estar algún peldaño por encima en el podio.
El integrante del Club DALTON y de la Federación Vasca (NKEF-FVDI) llegará a Pekín, si todo va según lo previsto, como uno de los nombres a tener en cuenta después de haberse proclamado campeón del mundo y de este gran resultado en Cervinia. Motivos para confiar existen después de un 2021 que ha sido un poco complicado, especialmente durante un verano en el que ha atravesado algunos problemas físicos que le han dejado poco tiempo para registrar mejoras de rendimiento considerables.
Tras su actuación, y a pesar de esa pequeña frustración al pensar que conseguir la victoria hubiera sido posible, Lucas se sentía feliz por haber dado el máximo y por estar de nuevo en la pelea con los mejores. En poco menos de dos meses tendrá la oportunidad de regresar al Secret Garden, la pista en la que arrancó su temporada en noviembre con un discreto resultado. Allí se disputará esa ansiada medalla por el propio Lucas y por toda la delegación nacional.
Ya en el mes de diciembre, en la prueba de Montafon, Lucas no consiguió meterse en la final, por lo que el crecimiento experimentado en la prueba italiana ha sido notable, permitiendo volver a reencontrarse por momentos con su mejor versión y recuperando ese cartel de favorito a cualquier éxito. Las siguientes paradas de Lucas en su camino hasta Pekín podrían estar primero en Rusia, Krasnoyarsk a comienzos del mes de enero, y después en Italia, primero en Valmalenco, los días 21 y 22 y después en Cortina d'Ampezzo, cerrando el mes.
Un talento especial
Lucas, a sus 27 años, llegará a Pekín como uno de los mejores del planeta en la especialidad de campo a través de snowboard. Es el actual campeón mundial, título que consiguió en Idre Fjall, en Suecia, lugar que acogió las pruebas de cross después de que la pandemia obligara a dividir la competición en tres sedes. Las competiciones de eslalon se celebraron en Rogla, Eslovenia, y el resto en Aspen, en Estados Unidos.
El rider español venció al austríaco Alessandro Hammerle y al canadiense Éliot Grondin en una prueba que le ha aupado a los altares del snow mundial. De esta manera, superó todos los grandes éxitos que había conseguido hasta el momento como por ejemplo las platas conseguidas en el año 2017 en Sierra Nevada en las pruebas de cross individual y por equipos.
La mejor posición del donostiarra en unos Juegos Olímpicos fue la séptima plaza lograda en el año 2014, en Sochi, ya que en la siguiente edición, la de Pyeongchang, no tuvo suerte a pesar de que había tenido el honor de ser el abanderado nacional. Ahora, después de altos y bajos durante este año 2021, Lucas espera llegar en plenitud a Pekín para soñar con otra medalla, la quinta en la historia para España.
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