El mundo de la gimnasia vivió un antes y un después con el caso Larry Nassar. El mundo tomó conciencia del grave problema que había vivido esta modalidad, así como otros deportes, donde unos cuantos monstruos hacían pasar a las futuras estrellas momentos de mucha tensión. Los abusos sexuales estuvieron durante mucho tiempo bajo la sombra de federaciones y asociaciones que, con o sin conciencia, estaban silenciando las voces que se quejaban, como el caso de Australia.
El escándalo que vivió Estados Unidos cuando el exmédico se declaró culpable de haber abusado de 140 gimnastas fue un terremoto que sacudió también al mundo entero. Los medios locales catalogaron de "desgarradores" los relatos de los abusos de Nassar durante el juicio que le condenó a 175 años de carcel. Entre las afectadas estuvieron Aly Raisman, ganadora de tres medallas de oro olímpicas, o Simon Biles, la gran estrella de este deporte en el mundo.
Han sido varios los casos de monstruos dentro de este deporte que han salido a la luz y que por desgracia han hecho que la palabra abuso vaya asociada frecuentemente con la gimnasia como los descubridores de Nadia Comaneci o el caso de Jesús Carballo con Gloria Viseras en España. En el caso del matrimonio Károlyi, este maltrato era sobre todo físico y psicológico hasta el punto de provocar lesiones a sus gimnastas o tenerles aislados completamente de sus familias.
El último foco apunta a Australia, después de que un informe de la Comisión Australiana de Derechos Humanos revelara casos que han sucedido desde los años 80. En su mayoría se trataba de casos de niñas o chicas jóvenes que recibían este trato vejatorio, ya fuera verbal, emocional, físico o sexual. Es decir, hay relatos en las declaraciones que confirman prácticas de control de peso negativas o la ridiculización de sus cuerpos, hasta los tocamientos.
La investigación
La publicación de 'Athlete A', el documental sobre los abusos de Nassar, fue crucial para que muchas de las deportistas australianas empezaran a denunciar estas situaciones. Este informe recoge los testimonios de 57 personas entre los que se encuentran las propias víctimas, sus familias u otros entrenadores, además de recibir otras 138 declaraciones escritas. Por razones que aún no se han explicado, ni se explican en la reacción de este lunes de la autoridad deportiva responsable de este deporte en Australia, nadie intervino en el momento en el que se estaban produciendo.
Chloe Gilliland y Alex Eade pusieron el grito en el cielo en sus redes sociales explicando los motivos de sus retiradas tan precoces en el verano de 2020. "Sentí que era más fácil terminar con mi propia vida que ceder a lo que ellos querían que fuera", explicaba la primera que lo dejó sin convertirse en profesional. La segunda se retiró en 2019, después de que sucediera esto: "Entrenábamos hasta el agotamiento durante 16 días seguidos. Estábamos muertas de hambre. Nos dijeron que nunca seríamos lo suficientemente buenas, que éramos una vergüenza para nuestro país".
Desde la Federación ya han pedido públicamente perdón por estas actitudes de las que también reconocen que se silenciaron las voces de las que lo denunciaban. Pero ese reconocimiento no exime su responsabilidad, ya que ciertas voces en el país oceánico ahora les acusan de hacer la vista gorda ante el abuso porque estaban tan obsesionados con ganar o no sabían que estaba sucediendo incluso cuando estaba pasando en su organismo.
"Este hombre abusó de diversas maneras de mí, a menudo con mi madre en la habitación" o "había otra niña en mi grupo a la que llamaron gorda a los nueve años cuando pesaba 18 kilogramos" son algunos de los testimonios que se han recogido. Las conductas sexuales y los abusos se suceden en los relatos de los entrevistados: "Un terapeuta masajista abusó de mí cuando me estaba tratando por una lesión. El abuso ocurrió durante un tiempo cuando yo tenía 8 o 9 años".
Los culpables
Desde Gymnast Australia ya han explicado que este informe ayudará a comenzaron con las investigaciones individuales en busca de los abusadores. El Comité Olímpico de este país lleva un tiempo luchando contra esta lacra después de que el pasado verano comenzase la investigación en torno a la muerte de Katia Alexandrovskaya, una patinadora australiana nacida en Rusia, después de que hubiera algunos relatos que aseguraban que detrás de este episodio había abusos escondidos.
Por el momento, el presidente de Gymnastic Australia, Ben Heap explica que para buscar toda consecuencia penal deberían referirse las propias víctimas a las autoridades, como hizo Simone Biles el año pasado. Se estima que el 77 por ciento de las personas que practican este deporte en Australia son mujeres y que el 91 por ciento son menores, por lo que el objetivo de este movimiento en el país es eliminar de raiz este problema que ha perturbado a tanta gente durante más de 30 años.
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