29 de noviembre de 2020. Grosjean choca contra uno de los laterales del circuito de Bahrein tras un leve toque con Kvyat. Su monoplaza impacta y estalla en llamas. Pasa cerca de medio minuto y Grosjean sale por su propio pie. Los segundos de infarto por saber si el piloto se encontraba en buen estado acaban. Bandera roja, reconstrucción de la zona y todo quedaba en un susto. Meses después, la FIA ha hecho público el informe sobre la investigacción del accidente.
El organismo automovilístico, en un largo análisis donde ha contado también con entrevistas a los implicados, ha recopilado todos los detalles del accidente, ha explicado por qué se produjo la llamarada e incluso ha asegurado que se incorporarán mejoras en las inspecciones para evitar accidentes de este tipo. Según la FIA, Grosjean estuvo 27 segundos dentro del coche. 27 segundos para el olvido y en los que él mismo aseguró que pensó en perder la vida.
Grosjean, según el informe del departamento de seguridad de la FIA, se estrelló a 180 metros de la curva tres y con su coche y el de Kvyat involucrados. "Otros coches tuvieron un efecto circunstancial pero no consecuente en el inicio de la secuencia del accidente", recalcan en su análisis.
"Durante la primera vuelta del GP de Bahréin, el coche de Romain Grosjean circulaba a 241 km/h cuando perdió el control a la salida de la curva 3 tras el contacto entre su rueda trasera derecha y la rueda delantera izquierda de Daniil Kvyat cuando intentaba pasar del lado izquierdo al derecho de la pista". Posteriormente, Grosjean impactó a 193 km/h y con una fuerza de 67g.
La explicación a que el monoplaza se convirtiera en una llamarada de fuego es que se produjo una leve rotura en una de las partes del depósito de combustible. Además, "la conexión de alimentación de combustible del motor se desprendió de la "vejiga de seguridad" del depósito de combustible", provocando esa llamarada.
La seguridad
Por suerte, como incide en su informe la FIA, "el equipo de seguridad del conductor, incluyendo el casco, el HANS y el arnés de seguridad, así como la célula de supervivencia, el asiento, el reposacabezas y la protección frontal de la cabina Halo", funcionaron a la perfección y ayudaron a evitar más daños al piloto.
Además, debido al impacto y a la deformación del coche, uno de los pies de Grosjean quedó atrapado tras el choque. El piloto solo pudo escapar quitándose la bota y sacando únicamente el pie. Posteriormente movió el reposacabezas y, entonces, consiguió abandonar el vehículo.
El piloto únicamente sufrió quemaduras en ambas manos y alguna contusión. Esas son las marcas que le siguen recordando el día que pudo perder la vida al volante. Grosjean ha compartido su recuperación en redes sociales y, actualmente, se encuentra sin equipo. Su vida ya no está en la Fórmula 1 y en la última IndyCar estuvo trabajando para Dale Coyne Racing tras recibir el rechazo de Gene Haas.
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