Hace algo menos de un mes y medio que Romain Grosjean y que comenzó su nueva vida, es que le ha dado un tiempo extra para hacer todo lo que quiera. El aviso fue realmente serio, y si alguna vez se le olvida, sobre todo porque recuerda lo que pasó, siempre tendrá sus manos para recordarle que en aquel circuito de Sakhir estuvo a punto de perderlo.
El accidente sufrido por Grosjean fue uno de los más peligrosos y graves que se han producido en los últimos años en la Fórmula 1. A muchos les recordó al sufrido por Niki Lauda y en el que también estuvo a punto de morir el piloto.
Sin embargo, el galo consiguió salir prácticamente ileso de su encerrona en Bahrein, la cual se produjo a más de 220 kilómetros por hora. El fuerte choque contra las vallas dio lugar a un incendio que redujo su monoplaza a escombros. Precisamente su coche se partió en dos grandes piezas claramente diferenciadas. Y a pesar de todo eso, Grosjean tuvo la lucidez y la suerte para poder levantarse de su monoplaza, salir de su habitáculo, saltar las protecciones y poder escapar de aquella trampa en la que se había convertido su Haas.
Aquellos instantes fueron los últimos de su carrera en la Fórmula 1, al menos hasta el momento. El corredor no iba a continuar en el equipo Haas y ni siquiera pudo despedirse en la última carrera de la temporada, la cual tenía intención de correr, pero que los médicos le desaconsejaron.
Desde entonces, Grosjean ha ido haciendo revelaciones de todo lo que padeció durante esos casi 30 segundos que estuvo a merced de las llamas. Desde las reflexiones que le pasaron por la cabeza en lo que él consideraba el fin, hasta el dolor que sufrieron sus manos cuando tuvo que agarrarse a su Fórmula 1 hirviendo para poder impulsarse y salir de su cockpit.
Miedo por sus manos
Fueron precisamente sus manos las que sufrieron las consecuencias más graves del accidente, ya que las quemaduras y abrasiones fueron realmente importantes. Casi un mes y medio después sigue pagando aquel terrible suceso y tiene que seguir cuidándolas y curándolas. La peor parada, la izquierda, da verdadero respeto.
El piloto francés ha querido compartir unas fotos de su mano izquierda en el que se ve perfectamente el espeluznante estado en el que ha quedado y que hace increíble que aquella bola de fuego en la que se convirtió su Haas no le quemara a él por completo. Grosjean se salvó de milagro, pero lo positivo es que aquello ya está casi superado y que sigue para contarlo.
Lo que tendrá que contar en un futuro no muy lejano es cuáles son sus planes más inmediatos después de salir de la Fórmula 1, la que ha sido su casa durante casi toda su carrera deportiva. De momento, Grosjean no ha dejado pistas sobre hacia donde le gustaría encaminar sus pasos, aunque lo primero que tendrá que hacer es un test de pilotaje para estudiar la respuesta de sus manos y ver si puede volver al máximo nivel y con garantías de seguridad suficientes. Para ello, el equipo Mercedes ya le ofreció uno de sus monoplazas de cara a este año 2021.
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