Si algo define al Rally Dakar es que es la carrera más diferente del mundo. Casi por encima de las victorias que copan titulares están las aventuras de los héroes anónimos que se embarcan año tras año en el mayor reto de su vida. Completar las dos semanas que dura la prueba más extrema y sortear los mil y un peligros que encierran los desiertos más recónditos del planeta es una misión reservada solo a unos elegidos. Uno de esos valientes es Javi Vega (1985).
El piloto español ha completado en este 2024 su sexto Rally Dakar, el cual ha sido para él un auténtico laberinto de desafíos tanto mecánicos como físicos. Su participación ya comenzó condicionada por una decisión de la organización, la de impedirle competir en la categoría Original by Motul, reservada para los pilotos sin asistencia, tras haber quedado en el podio de esta clasificación y entre los 30 mejores de la general en el año 2023.
A pesar de todo, Javi aceptó el reto y se embarcó en esta aventura en solitario, haciendo las veces de embajador de la categoría Original, pero buscando su propio sentir en la carrera. Sin embargo, una caída en la etapa dos volvió a añadir problemas a su aventura. Averías en la moto y una importante raja en su pierna izquierda le han acompañado durante uno sus Dakar más duros.
De hecho, esa lesión le ha dejado incluso a las puertas del abandono, ya que los seis puntos de sutura que recibió al inicio de la prueba se han estado abriendo jornada tras jornada causándole una brutal hinchazón e incluso una amenaza de infección grave. De haberse producido, los médicos incluso quisieron drenarle la zona, hubiera significado su adiós al desierto de Arabia Saudí.
Entre sus dunas y piedras, Javi vio durante esas dos semanas cómo se rompía su torre de navegación, cómo un tornillo extraviado le rompía el cárter de su moto y le hacía perder aceite en cada metro y hasta cómo tenía que recurrir a la ayuda de un helicóptero militar que encontró en mitad de la nada para no quedarse tirado. Ahora, este esquiador del equipo nacional y odontólogo de profesión repasa con EL ESPAÑOL las mil y una aventuras que ha tenido que afrontar en lo que es la otra cara del Rally Dakar, la de los que no suelen salir en la televisión ni llevan los colores de equipos millonarios.
Bueno Javi, el Dakar ya es historia, ¿cómo estás y cómo llevas esa pierna?
Pues muy bien. Ya me he quitado los puntos. Parece que se va desinflamando. Todavía no ha bajado del todo. Este fin de semana ya hice algo de bici, pero ni la zapatilla de bici, que es más rígida, me entraba, así que esto va despacito. Pero bueno. Viento en popa, yo creo.
Después de haber hablado con varios pilotos durante estas semanas, tal y como fue tu Dakar prefiero empezar por el final. ¿Cómo llegaste a nivel físico y a nivel médico cuando cruzaste la línea de meta en la última etapa en Yanbu?
Bueno, al final la lesión no ha sido tan grave. He tenido seis puntos ahí en la espinilla y lo que pasa es que luego se me ha hecho un hematoma del desgaste de todos los días y se me ha bajado al tobillo que también se me inflamó. El problema ha sido arrastrarlo desde el segundo día. Para mí la segunda semana fue un poco más llevadera. Como fue muy al principio, me ha dado tiempo casi a curarme en carrera.
¿Te vio algún médico en Arabia Saudí cuando terminaste el Dakar o ya en España? ¿Tuviste algún problema para volver?
Me estuve curando la herida todos los días. Los primeros días se abrieron los puntos, volvía a sangrar, me goteaba... Y justo antes de la etapa de 48 horas me lo cerraron bien para poder estar esos dos días sin que me vieran los médicos. Pero cada día me han estado tratando, curando y me dijeron que si se me infectaba me podrían sacar de la carrera. Estuve tomando antibióticos, estuve intentando mantenerla limpia y una vez que llegué a Madrid me hice una revisión aquí en mi hospital de siempre y parece que todo va bien.
Bueno, ahora sí entramos un poco en materia del Dakar. Aunque ibas con esta figura de embajador de la categoría Original by Motul, ¿ha sido tu Dakar más duro?
Los he tenido muy difíciles la verdad. Por eso yo creo que no. Yo creo que el más duro para mí fue el primero porque al final ahora ya tengo más experiencia. Antes te crees que corres rallys, que haces carreras, campeonatos de España y eso, pero hasta que no llegas al Dakar no te das un buen tortazo de realidad. Además, mi primer Dakar fue en Perú, que fue el 100% Perú, que digamos que eran las dos semanas como si fuera el Empty Quarter. Tuvimos muchos problemas con la moto de Sara y con mi moto, no llevábamos motos de rally... Fue extremadamente difícil, la verdad.
¿Y qué te ha parecido este Dakar? Sobre todo a nivel técnico. Habéis tenido un inicio con muchas piedras, la famosa crono de 48 horas, etapas con muchas dunas... ¿Qué te ha parecido esta apuesta de David Castera?
El Dakar se hace duro también según los problemas que tengas. Estoy seguro de que si no hubiera tenido la caída, si no hubiera tenido problemas, lo hubiera llevado mucho mejor. Pero una cosa que me ha encantado ha sido la etapa de 48 horas. La he disfrutado un montón. Yo pediría que todos los días fueran etapas de 48 horas, que todos los días tuviéramos nuestra ración de comida y dormir en tienda todo el mundo, porque la verdad es que ha estado increíble. Poder llegar hasta donde puedas llegar y continuar al día siguiente. Me ha gustado mucho. El tema piedras y el recorrido... Yo creo que estamos empezando a pisar un poco más de lo mismo. Como no se inventen estas cosas como la etapa de 48 horas puede perder un poco de atracción.
¿Para ti la etapa de 48 horas ha sido como llevar a todos a la categoría Original?
Un poco sí. La disfruté mucho. Ahí durmiendo con los amigos, la cena todos juntos...
Comentabas ahora eso de que se tienen que ir inventando estas cosas porque parece que se acaba el repertorio en Arabia Saudí. He hablado con mucha gente estos días y me han dicho que ellos creen que en Arabia todavía hay margen para seguir haciendo el Dakar atractivo sin que sea repetitivo. ¿Tú pones un poco en duda eso?
Bueno, el país es muy grande, lo hemos hecho para arriba y para abajo varias veces... Y bueno, yo sí lo pongo en duda. Ya llevamos cinco años y quedan otros cinco. Ya este año hemos pasado por los mismos sitios, entonces, bueno, puedes irte dos kilómetros más allá o más acá, pero a nivel de recorrido, claro, es todo lo mismo.
Has tenido un Dakar con muchos problemas, no solo el de la pierna, también los problemas de la moto que ha ido llegando como ha podido. ¿Agradeces que todos estos contratiempos te hayan pasado en un año en el que no podías hacer una clasificación como tal?
Sí, está claro. El año pasado, como luchaba por el pódium, fui con todo y llevaba moto nueva, ruedas, inviertes más dinero en el proyecto. Este año repito con la misma moto, hemos intentado rehacer el motor, pero no están todas las piezas. El problema es que Yamaha deja el Dakar y ahora nos estamos quedando sin recambios y sin piezas. Entonces hemos ido un poco con pinzas. La moto ha funcionado bien. El problema fue la caída y ese golpe originó que un tornillo se perdiera y que al caer rompiera el cárter y me generara una pérdida de aceite. Mecánicamente ha funcionado bien, el problema ha sido mío (risas).
¿Cómo fue el accidente y qué recuerdas de esos momentos?
Fue en la etapa dos. Había piedras y de repente llegamos a una explanada lisa sin piedras. Era mi segundo día con el roadbook digital y me tenía que hacer a ello. La verdad es que ha sido una relación de amor odio. Me daba un poco la sensación de que mis pupilas cambiaban de mirar al roadbook, después cambiar a la pantalla de los trips... O sea, como que el ojo se tiene que acostumbrar.
La verdad es que me ha estallado varias veces este año el airbag y da gusto porque te salva la vida.
Entonces llegamos a esta explanada y me quedé mirándolo más de la cuenta porque pensaba que no había nada y cuando levanté la mirada había una piedra como un melón y me la comí de lleno, salí volando, di unas volteretas... La verdad es que me ha estallado varias veces este año el airbag y da gusto porque se están poniendo las pilas con la seguridad. Te salva, te salva la vida.
¿Cuántas veces has estado a punto de retirarte en este Dakar?
Yo nunca lo pienso. Yo soy odontólogo y trabajo en una profesión que tienes que diagnosticar y tener los casos claros, pero una vez que estás operando siempre pueden surgir imprevistos y me gusta solucionarlos. Y en mi trabajo lo tengo que hacer delante de una persona que está con la boca abierta y tienes que hacerlo lo más rápido que puedas y sin que se dé mucha cuenta, que no lo pase mal.
Entonces esto es un poco igual. Tengo siempre que buscar un poco la manera de superar esos problemas. El segundo día de la etapa de 48 horas, cuando perdí el tapón del aceite, culpa mía por no apretarlo, pues se me vino un poco el mundo abajo porque dije después de todo lo que me había pasado el día anterior que tuve que pedir aceite a un helicóptero militar para esto... Es lo que me faltaba. Pero bueno, se me encendió la luz y he ido encontrando soluciones.
¿Has llegado a tener algún enfrentamiento con la organización porque te presionaban para retirarte por el estado de tu pierna?
No. Al final, si te ven con mala cara o si ven que lo estás pasando mal sí te lo dicen. Yo siempre he estado muy positivo con ellos, me han visto bien, me han tomado la temperatura, han visto que estaba todo en orden y me dejaban salir en cada etapa. Sí que es verdad que me iban avisando de que si se infectaba lo mejor sería retirarse. Yo la he ido cuidando y vigilando. Todos los golpes terminan en el sitio donde más te duele. Un día me volví a dar y me dijeron se había inflamado mucho, que había que drenarlo. Y yo les decía a ver, no toquéis nada porque yo creo que solo me he vuelto a dar en la zona y hay que observarlo. Y así se quedó la cosa.
Has tenido pocos momentos para poder pilotar al 100% en este Dakar. ¿Cómo te has sentido con la moto y dónde crees que hubieras estado si no hubieras tenido estos problemas tan graves?
Creo que han sido cuatro momentos donde he podido estar a gusto con la moto. Tenía la cabeza un poco en las nubes este año, pero sí que es verdad que ha habido momentos que me he encontrado súper fuerte y conduciendo bien. Ha habido tres o cuatro momentos que he disfrutado muchísimo que ya me han valido para todo el Dakar. Creo que si hubiera tenido un Dakar bueno, sin problemas, con todo en orden, sin perder tiempo, pues hubiera estado ahí entre los tres primeros de Original. Al final, Albert Martín y yo tenemos un poco el mismo nivel y este año ha hecho tercero, así que podría haber estado rondando por ahí.
¿Qué es lo mejor y lo peor que te ha dejado este Dakar?
Lo mejor que me llevo son unos amigos y unas aventuras increíbles que solo pasan allí. Aventurillas de mecánica, estar en la cola del Dakar y ver cómo pasan todos los coches, los camiones, ver cómo sufren los pilotos más amateur ese último día, la aventura con los All1... Eso quedará grabado para siempre. Me llevo muchas cosas buenas, la verdad que lo he disfrutado mucho. Y lo peor el sufrir y el arrastrar una lesión desde el segundo día.
¿Cómo le explicas a la gente la cara que vives tú del Dakar y que no se conoce porque no sale en televisión? Ser Original, llegar al vivac y no tener quien te arregle la moto, tener que cuidarte solo, tener que ir a cola con etapas de seis o de siete horas con suerte...
Siempre se lo intento explicar a mis amigos y la verdad que es que hasta que no estás dentro del Dakar es imposible vivir esas emociones que florecen en dos semanas. Es como si fuera muy intenso todo, como si fuera un Gran Hermano. Somos unas 30 o 35 motos que cada vez que tienes que hacerte algo mínimo de mecánica ya estás perdiendo tu tiempo, estando de rodillas, agachándote a por las herramientas... Todo es un tiempo que podrías estar tranquilo y descansando como incluso los que van en tienda de campaña que llegan, se van a comer, luego se pueden echar una siesta, se van a cenar, escuchan el briefing... Sería otro rollo totalmente diferente. Por eso cuando mucha gente dice bueno, ¿qué pensarías que puedes hacer en la categoría de Scratch? ¿Qué posición? Digo, es que es imposible medirlo. Es que son diferentes. No tiene nada que ver una cosa con la otra.
Este Dakar ha quedado muy marcado por un hecho muy triste que fue la muerte de Carles Falcón, sobre todo para los pilotos de motos. ¿Cómo lo viviste tú y cómo te enteraste?
Bueno, fue el segundo día. Fue el mismo día que me caí yo. Era una etapa con secciones de piedras donde había que ir atento. Y luego había secciones de esas planas que de repente había piedras aleatorias en las que te relajabas más. Y bueno, pues pasa esto. Nosotros no nos enteramos de nada. Llegamos a la meta y después al vivac y no nos habíamos enterado de nada. Y uno de los de Original, un sudafricano, nos lo dijo. Nos dijo que había estado con un español y que había fallecido. Y digo '¿pero había fallecido in situ?'. Y dice sí, sí, estaba muy mal porque le he visto con sangre en la boca y han venido los médicos y ya le he dejado con ellos. No hablaba muy bien inglés y entendimos un poco esa versión...
En ese momento dejas de hacer la moto, dejas de hacer todo y vamos un poco a intentar entender qué es lo que ha pasado. Y cuando fuimos a la organización a hablar con Carla, que es la del equipo Twin Trail que les llevaba, nos dijeron que le habían reanimado, que estaba en el hospital y que había estado en parada varios minutos y que estaba en observación. Nuestro compañero nos lo pintó muy mal y luego los médicos nos lo pintaron mejor, como que bueno, que había que observarlo.
Entonces nos relajamos un poco porque dijimos ostras, pues esto es como lo que le pasó a Isaac Feliú hace dos años, que estuvo casi un mes en coma y gracias a Dios salió bien. Cerebralmente está recuperado y había ido al Dakar ahora con Carles. Esperábamos que fuera lo mismo hasta que unas etapas más adelante nos dieron la noticia. Son compañeros que jugamos al mismo juego y nos puede pasar a cualquiera la verdad.
¿De dónde sacas las fuerzas para continuar el día que te enteras? No sé si piensas en ti, en tu familia...
Pues no tengo ni idea, la verdad. No tengo ni idea porque se te pasa todo por la cabeza. Son momentos de decir es que no merece la pena, ¿qué hago aquí? O sea, realmente estás encima de la moto y piensas en las veces que te dan ganas de apretar un poco porque ves el podio ahí y te la juegas un poco más de la cuenta, lo analizas y dices es que no merecía la pena. Es lo que dices, que tenemos una familia, gente detrás que te quiere, mañana hay que ir a trabajar y no nos dedicamos a esto. Si te pagan y solo tienes esto en la vida que hacer pues vale, pero los que tenemos muchas preocupaciones te planteas muchas cosas.
Por lo que te conozco ya sé que eres una persona muy positiva a pesar de todo lo que te ha pasado. ¿Te vas contento de este Dakar por haber terminado uno más y por todas esas experiencias?
Sí, la verdad es que sí. Al final, cada Dakar es especial, cada Dakar se sufre y te alegras. Hay Dakar que he disfrutado más, pero hay Dakar que he disfrutado menos también. O sea, este me ha llenado la mochila de muchas cosas guapas. Ya te digo, experiencias nuevas a nivel de mecánica, de conocer gente increíble que te ayudan. Me llevo muchas aventuras nuevas.
Vamos a mirar un poquito al futuro. El Rally Dakar 2024 ya es historia. Ha pasado muy rápido. ¿Cuándo vas a pensar en el Dakar de 2025? No sé si tienes algún proyecto en mente, si podrás volver con Sara, si tienes algo preparado a nivel de patrocinadores que te pueden dar un impulso...
Siempre que llegas a la meta de un Dakar ya te planteas qué planes hay para el siguiente. Este año he llegado y el plan que tengo en mente es que se me acaba el contrato con Yamaha. Este era el último Dakar. He ido con pinzas a nivel mecánico y de recambios porque han dejado de hacer material para esta moto y de evolucionarla. Necesito, si todo va bien, un cambio de aires. Tengo que ver qué posibilidad hay, si Yamaha revive o quiere hacer algo o hacer un cambio de marca. Lo que tengo claro es que necesito una nueva motivación para poder seguir. A mí me apetece, tengo ganas de volver, me gusta mucho. Es una carrera que me gusta, pero necesito una motivación.
Hemos conocido al Javi esquiador, al Javi odontólogo, al Javi piloto y al Javi mecánico, pero también está el Javi influencer que se graba con su moto, en su tienda, que nos cuenta cómo van todos los días... ¿Te gusta a ti también esta faceta de usar mucho las redes sociales y de tenernos informados a los medios?
Yo creo que es parte del juego. Al final, yo no soy profesional, no estoy totalmente centrado en correr, así que creo que es parte de mi juego poder enseñar un poco a la gente de qué va el tema. Creo que es divertido. Yo no me considero YouTuber ni nada de eso porque también me parece un trabajo. Me gusta disfrutar de la moto, enseñar un poco lo que hago, pero ya meterme a ser un YouTuber... No tendría tiempo para ello. O sea, para editar, para estar ahí grabando... Tampoco es mi rollo. Esquiando sí que era profesional y estaba centrado en el esquí, no hacíamos tanta media, pero bueno, aquí en la moto sí que he hecho un poco más de influencer como dices (risas).