Carolina Marín tuvo que retirarse en las semifinales de los Juegos Olímpicos de París. La jugadora española encarrilaba la victoria, que significaba asegurar su segunda medalla olímpica tras el oro de Río 2016, cuando un mal gesto en la rodilla derecha hizo temblar a todos. Intentó seguir jugando la onubense con una rodillera, pero acabó echándose al suelo totalmente abatida y entre lágrimas. España entera lloró con ella.
En el momento de la retirada, el partido marchaba con ventaja de 21-14 y 10-8 para la española sobre la china He Bing Jiao. Con 10-6 en el segundo juego, Marín se dobló aparatosamente la rodilla derecha al intentar alcanzar un volante a su derecha. Quedó tendida en el suelo, inmóvil. Intentó continuar, pero tuvo que abandonar.
Carolina Marín se marchó como una guerrera, rechazando sentarse en una silla de ruedas y siendo ovacionada en La Chapelle de París por un público puesto en su totalidad en pie. Un momento muy duro, cuando ya rozaba las medallas, que podría poner punto final a su carrera olímpica a los 31 años.
'Caro' sufrió en el pasado dos roturas de ligamento cruzado anterior, una en 2019 y otra en 2021 que le privó de disputar los Juegos de Tokio cuando también aspiraba a subirse al podio. Sendas lesiones fueron en piernas diferentes: primero la derecha, la que 'falló' este domingo en París, y luego la izquierda, con rotura de los meniscos incluida.
En abril de 2022, Carolina volvió a la acción recuperada de su última lesión grave. Lo hizo de la manera más épica, ganando los Europeos disputados en Madrid. Pero el camino se haría largo para ella, ya que el dolor no abandonó su rodilla izquierda hasta diciembre de ese año. Tras mucho trabajo con especialistas, la solución se encontró en unas plantillas especiales para los pies.
Empezó entonces una ilusionante aventura que llevaría a Carolina Marín a sus terceros JJOO con grandes expectativas de tocar metal. Entremedias, la onubense se volvió a colgar una medalla en un Mundial (plata en Copenhague 2023) y se proclamó este año campeona europea por séptima vez en su carrera en Saarbrücken.
Su paso por los JJOO de París estaba siendo emocionante, sumando todo victorias. En la fase de grupos arrolló a sus dos rivales, la suiza Stadelmann y la irlandesa Darragh, a la que ganó por un apabullante doble 21-5. En cuartos remontó a la estadounidense Zhang, sacando la 'loba que muerde' que lleva dentro, como luego dijo, y llegaba a las semis como la gran rival a batir.
Tenía la medalla en la mano
Hasta la lesión se vio un nivel muy alto de Carolina, que pasó por encima de He Bing Jiao casi desde el inicio. La española supo cuándo atacar en el primer set y llegó a coger una distancia máxima de nueve puntos (16-7) que le metía la manga en el bolsillo. La china, más cansada físicamente, intentó la remontada imposible -se acercó a cuatro puntos-, pero 'Caro' supo cómo cerrar el set y se lo llevó por 21-14.
Sin dejar de pisar el acelerador, Carolina fue a por todas desde el inicio del segundo set. Arrancó 3-0 para dejarle claro a la jugadora china que no le iba a dar opciones de remontar el partido. Todo iba viento en popa, con la española alcanzando un resultado de 10-5. El segundo set se encaminaba a su descanso, pero sucedió lo peor. Los gritos de dolor de 'Caro', sus lágrimas y su valentía para intentarlo pese a que su rodilla decía que no son imágenes que pasarán a la historia.