Carolina Marín abandonó este domingo la semifinal de bádminton de los Juegos de París, lesionada en la rodilla derecha. En el momento de la retirada el partido marchaba con ventaja de 21-14 y 10-8 para la española sobre la china Bing Jiao He.
En el segundo juego, Marín se dobló aparatosamente la rodilla derecha al intentar alcanzar un volante a su derecha. Quedó tendida en el suelo, inmóvil. Intentó continuar, pero ya estaba rota.
Todo transcurría de manera perfecta, casi como en un sueño. Con un marcador de 10-6 a su favor en el segundo set y habiendo ganado el primero, todo parecía estar bajo control hasta que ocurrió lo impensable.
Carolina Marín sintió un dolor que solo ella podía experimentar, pero que de alguna manera se extendió a todos los presentes. Lágrimas comenzaron a fluir, el pabellón quedó en silencio y los espectadores españoles, que eran muchos, contenían la respiración.
Las manos se fueron al rostro en una mezcla de incredulidad y tristeza. "No puede ser", se escuchaba, pero era real. Carolina Marín, quien ya tenía prácticamente asegurada la final, cayó al suelo tras apoyar mal su pierna derecha después de un remate. Fue uno de los momentos más dramáticos en el deporte. Trató de seguir jugando por dos puntos más, pero finalmente se rindió.
Ganaba a la china He Bingjiao por 21-14 y 10-8, pero tras tomar un analgésico y ponerse una rodillera, se retiró del partido. Igual que antes de Tokio. Algo que no merecía. Se despidió de los Juegos Olímpicos de París y de las medallas que ya casi tenía en sus manos, de la manera más cruel posible.
Otra vez la rodilla
A poco de la cita olímpica de Tokio 2020, Carolina Marín sufrió una rotura del ligamento cruzado y los meniscos de su rodilla izquierda en mayo de 2021 durante un entrenamiento. Su fisioterapeuta, Carlos de Santos, explicó al diario AS: "Tiene la pierna apoyada y ella gira en medio de un ejercicio guiado, persiguiendo un lob (globo) cruzado. Cambia el apoyo, hace una rotación y se le va". Previamente, en enero de 2019, Carolina ya se había roto el ligamento cruzado de la rodilla derecha.
A pesar de estas lesiones graves, Carolina no se dio por vencida. Inmediatamente después de su segunda lesión, comenzó a trabajar para estar lista para los Juegos de París.
"Empezamos a trabajar el día después y, a los dos días, ya se opera. Fernando (Rivas, el entrenador), además, es un hombre que siempre mira hacia adelante. A ella, le pone ejercicios de inmediato para que no pierda mano o muñeca... y nos empuja al resto. El preparador físico empezó a plantear ejercicios con la pierna sana. Yo, con un trabajo más antiinflamatorio y de pequeña movilidad pasiva", añadió De Santos.
Carolina regresó a la competición en abril de 2022 en los Europeos de Madrid, donde se proclamó campeona. No obstante, continuó jugando con dolor en la rodilla izquierda hasta diciembre de ese año.
Tras varias infiltraciones y la extracción de líquido, encontraron alivio gracias a un cambio en las plantillas para los pies. Manoli, la médico del Consejo Superior de Deportes, fue crucial en este proceso, apoyando a Carolina desde que tenía 15 años. Además, el trabajo de Carlos de Santos, Fernando Rivas, el preparador físico Guillermo Sánchez, y la psicóloga María Martínez, fue indispensable para su recuperación y éxito.