Fue el maratón más lento de los diez femeninos que se han disputado en unos Juegos Olímpicos, marcado por el calor y la humedad, que obligaron a los organizadores a adelantar una hora la salida. La temperatura en el momento de la salida era de 26 grados con un 78% de humedad, y fue aumentando hasta los 30 grados cuando las primeras corredoras llegaban a la meta. Con estas condiciones, no todas las atletas que corrieron la prueba este sábado en los JJOO pudieron acabar, como es el caso de Laura Méndez.
La valenciana fue una de las 15 corredoras que no completaron el maratón, entre las que estaba la vigente campeona del mundo Ruth Chepngetich. "He salido conservadora, sabía las circunstancias que había. En el km 15 he empezado a sufrir y me he dicho 'bueno, a acabar como pueda', pero del kilómetro 29 al 30 no recuerdo nada. Veía estrellitas y estrellitas hasta que he desfallecido. Me da mucha rabia, porque quería acabar, pero he visto lo malo del maratón", explicaba en los canales oficiales de la RFEA.
Sapporo fue muy duro, un desafío para muchas atletas. Venía la de Almussafes decidida a terminar la prueba, pero si en una maratón se sufre excesivamente antes de la media las posibilidades de abandono se multiplican. Sus compatriotas Elena Loyo y Marta Galimany, lograron completar la maratón, terminando en los lugares 29 y 33 respectivamente.
Se había ganado la plaza olímpica de pleno derecho en la maratón del aeropuerto de Twente, donde firmó una marca brillante de 2h29:28. Para ser seleccionable por la Federación Española de Atletismo se pedía bajar de 2h29:30 antes del 31 de mayo y ella nunca había corrido un maratón. Para contextualizar el éxito de la valenciana se puede observar que es el undécimo mejor tiempo de una maratoniana española en competición.
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