Y el misterio fue revelado. La mediática tenista Naomi Osaka fue la encargada del encendido del pebetero olímpico para cerrar la ceremonia de inauguración de los JJOO de Tokio. Tras casi tres horas de gala, la llama olímpica entró en el estadio y tras varios relevos llegó a manos de la ganadora de cuatro Grand Slams.
Se sospechaba que podía ser ella la encargada y es que a priori debía debutar en el torneo de tenis este sábado. Su partido fue atrasado al domingo y comenzó la especulación sobre si sería Osaka la que encendería un pebetero olímpico que lucía un diseño que simulaba una flor de loto. La ceremonia se clausuró con un increíble espectáculo de fuegos artificiales.
A diferencia de ediciones pasadas, se volvió a la forma clásica y se abandonaron fórmulas tecnológicas o de gran parafernalia. La llama fue pasando por varios manos por la pista del estadio olímpico hasta que llegó a manos de Osaka. Ella fue la encargada de acercarse al pebetero, situado al final de una escalinata que rodeaba a una esfera de cuyo interior 'floreció' el pebetero.
Es la primera vez en la historia que la llama olímpica es generada por hidrógeno en sustitución de otros materiales como el propano.
Los últimos relevos
La tenista recibió la llama de un grupo de seis estudiantes procedentes de las prefecturas de Iwate, Miyagi y Fukushima, las más castigadas por el desastre natural y nuclear de marzo de 2011 y cuya reconstrucción era originalmente el tema central de los Juegos.
A ellos se unieron en los metros finales del recorrido dentro del estadio la atleta paralímpica Wakako Tsuchida, el doctor Hiroki Ohashi y la enfermera Junko Kitagawa, enfermera, en un homenaje al personal sanitario que desde hace casi dos años se encuentra en primera línea de atención de la pandemia de Covid-19.
También participaron las leyendas vivas del béisbol Shigeo Nagashima (85 años) y Sadaharu Oh (81), que recorrieron no sin esfuerzo su tramo, acompañados por Hideki Matsui.
Ellos recibieron la llama del campeón de judo Tadahiro Nomura y la luchadora Saori Yoshida, ganadora de tres oros olímpicos (Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012), que desde la llegada de la llama en marzo de 2020 han promocionado el relevo.
Estas personalidades se suman a los 10.515 relevistas que durante 121 días recorrieron las 47 prefecturas del archipiélago, en gran parte de los casos fuera de la vía pública por la pandemia.
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