Tiger Woods está de vuelta. El golfista estadounidense, víctima de un accidente de tráfico el pasado febrero que estuvo a punto de costarle la vida, jugará meses después su primer torneo en la que supondrá una aparición clave para ver cómo está en términos físicos. La participación del veterano será peculiar, pues competirá junto a su hijo Charlie en el PNC Championship.
Tanto Woods como su hijo participaron ya en la edición de 2020, pero en esta ocasión todo será diferente. Woods tendrá que luchar contra la presión de que se analice cada golpe y espera que pueda marcar un antes y un después en esta nueva etapa en el golf. El torneo, basado en la competición de un golfista con algún familiar escogido, se desarrollará entre el 16 y 19 de este diciembre.
El estadounidense de 45 años ha celebrado su regreso en redes sociales. Según él, "ha sido un año largo y desafiante" y por ello se encuentra "muy emocionado" de cerrar el 2021 "compitiendo en el PNC Championship" con su hijo Charlie. "Estoy jugando como padre y no podría estar más emocionado y orgulloso", ha reconocido Tiger Woods en su cuenta oficial.
A pesar de no suponer un gran torneo en su carrera, Tiger Woods sabe de la importancia que puede tener este primer paso en su historial deportivo. Las dudas sobre cómo aguantará el físico el golfista son notables e incluso el propoi Woods ha reconocido que no podrá pelear por todos los torneos del calendario después del accidente con el coche que protagonizó.
Por ello, el PNC Championship contará con el interés de numerosos medios y con un gran atractivo para los aficionados a la disciplina por su reaparición. Tiger Woods está de vuelta y, además, con su hijo Charlie como acompañante. La participación en 2020 acabó con un séptimo puesto, por lo que el objetivo no es otro que igualar o superar dicha clasificación para demostrar que el mejor Tiger es posible.
Un accidente investigado
Tiger Woods se convirtió en protagonista mundial el 23 de febrero de 2021. El estadounidense conducía su automóvil cuando, en una curva, perdió el control y cayó por un pequeño barranco desde varios metros. El accidente dejó a Woods aturdido y atrapado, pero gracias a la rápida intervención de las autoridades pudo ser trasladado de urgencia al hospital. Tras las primeras horas ingresado y después de ser operado por los cirujanos, se confirmaron lesiones en una pierna.
Las autoridades revisaron la caja negra del coche y conocieron la versión de Tiger Woods sobre el accidente. En un primer momento se barajó que hubiera consumido alguna sustancia, pero finalmente se optó por señalar el exceso de velocidad como causa fundamental del accidente. La policía no presentó cargos contra el golfista y, después de una intensa recuperación, Tiger Woods espera pasar página junto a su hijo.
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