La FIFA y Qatar firmaron uno de los acuerdos más vergonzosos en la historia del deporte cuando en el mes de diciembre del año 2010 se eligió al estado árabe como el organizador del Mundial de Fútbol del año 2022. Desde entonces, se han ido tomando decisiones alrededor del gran evento que lo han ido convirtiendo en auténtica vergüenza.
No solo ha habido que tragar con una Copa del Mundo de Fútbol celebrada en un país que no respeta los derechos y las libertades de ciertos colectivos sociales, sino que se ha obligado a mirar hacia otro lado con la muerte de cientos de obreros emigrantes en la construcción de los estadios, con la prohibición de la venta de alcohol o con la imposibilidad de realizar protestas sociales como la del brazalete 'One Love' en favor del colectivo LGTBI.
Casi todo lo que se ha hecho y decidido en relación con este Mundial ha sido malo y denigrante para la sociedad. Sin embargo, parece haber una cosa en la que al menos la FIFA y Qatar sí han acertado y es su asociación con la marca Adidas para crear el balón del torneo. La compañía alemana ha conseguido crear un esférico que, por primera vez en mucho tiempo, ha puesto de acuerdo a futbolistas y aficionados.
[Quién es Mario Ferri, el valiente que retó a Qatar por la paz, Ucrania y las mujeres iraníes]
Al Rihla, que es el nombre que recibió el esférico, está gustando mucho a jugadores de campo y a porteros ya que permite un juego fluido, golpeos limpios y no deja trayectorias caóticas e imprevisibles. Es de agradecer que, por una vez, al menos no se hable del balón durante la competición futbolística más importante del mundo. Atrás quedan las polémicas ocasionadas por Teamgeist de Alemania 2006, el Brazuca de Brasil 2014 y, sobre todo, el Jabulani de Sudáfrica 2010.
Por si esto fuera poco, la producción de los Al Rihla va ligada a fines benéficos ya que es protagonista de un gran proyecto de Common Goal. Una decisión que, por otro lado, responde a otro intento más de la FIFA y de Qatar por limpiar su imagen. Sin embargo, se trata de un hecho ante el que no se puede decir mucho teniendo en cuenta la cantidad de injusticias, delitos y actos inmorales que rodean a este Mundial que ya se acerca a los octavos de final.
El balón del futuro
El Mundial de México del año 1970 fue el primero que se jugó con un balón de la marca Adidas, la cual se convirtió en proveedora oficial del torneo. En aquella ocasión se trató del famoso Telstar. Poco después, en 1978, Adidas dio un paso más en su vinculación con la FIFA y se convirtió en patrocinador oficial de la Copa del Mundo. En aquella ocasión, en Argentina, se estrenó otro balón mítico como el Tango, el cual tendría su evolución cuatro años más tarde en el Mundial de España de 1982.
Después llegaron Azteca, Etrusco, Questra, Tricolore, Fevernova, Teamgeist, Jabulani, Brazuca, un nuevo Telstar edición rusa y el actual Al Rihla. Este nuevo balón está inspirado estéticamente en diseños puramente qataríes y su nombre quiere decir 'El Viaje'. Sin embargo, su valor y el mérito de su creación están más allá de lo estético, ya que se trata de un balón totalmente futurista en su composición.
Al Rihla está diseñado en su exterior para ser el balón que viaja a la mayor velocidad jamás vista gracias a su poca resistencia aerodinámica en pleno vuelo. De ahí su nombre. Además del mayor aprovechamiento de la fuerza del golpeo que jamás se ha registrado, cuenta con el peso ideal para no realizar trayectorias extrañas en el aire, algo de lo que se acusó al Jabulani de Sudáfrica 2010. Este fue, sin duda, el balón más polémico de los Mundiales.
Para conseguir las mejores prestaciones en golpeo y desplazamiento, Adidas ha implementado la tecnología Speedshell. El esférico está compuesto por 20 paneles de poliuretano texturizado para "mejorar la precisión, la estabilidad y la rotación en el aire gracias a sus macro y microtexturas, así como al contrarrelieve de la superficie".
"El nuevo diseño permite que mantenga una gran velocidad durante toda su trayectoria. Para el mayor escenario deportivo del mundo, nos propusimos innovar radicalmente y hacer posible lo imposible con el balón para la Copa del Mundo más rápido y preciso creado hasta la fecha". Así lo contaba Franziska Loeffelmann, directora de diseño de estampados y prendas deportivas de fútbol de Adidas.
En cuanto a la estética, los colores, texturas y formas elegidas están inspirados en la cultura, la arquitectura y las emblemáticas embarcaciones qataríes. Los tonos vivos y llamativos del estampado representan el crecimiento y la apertura que el país árabe quiere mostrar hacia el exterior en otro claro intento por limpiar su imagen y por vender una concepción al exterior mucho más benévola de la que su terrible realidad marca.
[La humillación al emir de Qatar: se 'compró' un Mundial y fue la peor anfitriona de la Historia]
Por último, en su interior cuenta con la tecnología más puntera en balones que se conoce y que ha sido desarrollada específicamente para la creación de Al Rihla. Se trata del 'CRT Core' que proporciona velocidad, precisión y consistencia en los partidos de mayor intensidad. Además, sirve para conservar al máximo su forma, el aire de su interior y la precisión en el rebote para evitar que se deteriore con el paso de los minutos.
Los balones hace mucho tiempo que dejaron de ser un trozo de cuero de colores sobrios y elegantes al que darle patadas. Ahora son unos prodigios de la tecnología como demuestra el propio Al Rihla, un esférico creado a partir de innovaciones IOT que podría denominarse como inteligente. Cuenta con un sistema de capas entrelazadas con sensores que conectan directamente con el VAR y cuya batería se recarga por inducción al entrar en contacto con una base.
Los datos que recogen estos receptores son enviados hacia el sistema oficial de la FIFA a una velocidad de 500 hercios para tener información y control sobre cada jugada a tiempo real. Toda esa información recibida es analizada por sistemas de Inteligencia Artificial para ofrecer unos resultados. A través de esta tecnología se pueden analizar situaciones tan inverosímiles como la que se vivió en el Portugal - Uruguay, cuando Cristiano Ronaldo reclamó haber marcado un gol en una acción en la que, según detectaron estos sistemas, no llegó a rozar el esférico.
Todas estas implementaciones que han visto la luz con la creación de Al Rihla han sido fruto de un intenso trabajo de investigación y prueba de unos tres años llevado a cabo por el equipo que lidera Johannes Holzmüller, director de Tecnología e Innovación de Futbol de la FIFA. Y todo con un resultado satisfactorio ya que además de crear la pelota más sofisticada, tecnológica y futurista de la historia, se ha conseguido dar con un balón que no es polémico ni da que hablar ya que gusta a jugadores y porteros. Por si fuera poco, se trata de un producto que es respetuoso con el medioambiente y ejemplo de sostenibilidad, ya que es el primero fabricado exclusivamente con tintas y pegamentos de base acuosa.
[La denuncia de Inglaterra sobre el brazalete arcoíris: "La FIFA amenazó con restarnos puntos"]
Un negocio muy interesado
Al Rihla ha sido, probablemente, el único acierto deportivo que Qatar y la FIFA han conseguido con este Mundial de la vergüenza. Sin embargo, hasta en lo más positivo se le puede poner un pero a esta organización que deja tanto que desear. El balón de la Copa del Mundo de 2022 no solo está llamado a ser un gran negocio, sino que es un producto utilizado para limpiar la imagen de un estado sin democracia y de una institución corrupta.
Desde que Adidas y la FIFA unieron sus caminos, la marca alemana se ha encargado de la creación de los balones de los últimos 14 Mundiales. Un producto que le ha reportado a ambas instituciones unos cuantiosos beneficios. Sin embargo, las grandes innovaciones realizadas en las últimas ediciones han provocado que las ventas se disparen. En los Mundiales de Brasil 2014 y de Rusia 2018, los ingresos se elevaron un 12%.
Según los datos que aporta el Sidney Morning Herald, esto se traduce en una media de unos 15 millones de balones vendidos por competición. Eso sí, teniendo en cuenta que Adidas siempre saca dos modelos, la réplica (precio asequible) y el original (más caro). El incremento de estas ventas producidas en las últimas dos ediciones supuso unos ingresos de 1.300 millones de dólares tal y como apunta Reuters. Ahora, la expectativa fijada por la marca, el país y el organismo es superar esos registros.
Qatar es el principal interesado en que su balón llegue a todos los confines del mundo como si fuera una prueba de que en cada rincón del planeta han sido aceptados, significando este un primer paso para ser mejor vistos. Sin embargo, Qatar y la FIFA no se han quedado ahí y han decidido ir más lejos para continuar con su campaña de blanqueo. Por ello, decidieron emprender una buena acción que sirviera para sacar pecho ante tanta crítica.
[El mal trago de Infantino en Qatar: dos ministras se ponen el brazalete arcoíris en el palco]
De los ingresos que se obtengan con las ventas netas globales de estos Al Rihla del Mundial de Qatar, el 1% irá destinado a los proyectos de la ONG vinculada con el fútbol Common Goal. Una aportación que se alargará durante todo el 2023 y que pretenderá ayudar a las labores de la organización que fundaron Juan Mata y Jürgen Griesbeck en agosto del año 2017.
Common Goal es una institución sin ánimo de lucro sustentada por la aportación del 1% de sus salarios de decenas de futbolistas de todo el planeta para realizar proyectos solidarios. En la actualidad, esta ONG colabora con más de 125 organizaciones humanitarias en más de 80 países ofreciendo ayuda a más de 3 millones de niños en el planeta.
Junto a Common Goal colaboran grandes compañías mundiales como el Banco Santander, Facebook, EA Sports o Onefootball. Recientemente se ha convertido en el gran patrocinador de la Champions League y ahora, Qatar y la FIFA han llamado a su puerta de la mano de Adidas para intentar seguir ejerciendo su campaña de lavado de imagen. Así es el balón solidario que reina en mitad del Mundial de la vergüenza.