El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, calentó el Mundial de Qatar el sábado, con una rueda de prensa esperpéntica en la que realizó una auténtica 'bajada de pantalones'. Y el domingo fue el pistoletazo de salida, con una ceremonia de inauguración grotesca: sobre el escenario una única mujer, Dana Al-Fardan, que además apareció con el rostro tapado, un empresario discapacitado y, como guinda, Morgan Freeman interpretando el mayor 'papelón' de su carrera.
Al margen del espectáculo, cosas mucho más serias ocurren en el Mundial de Qatar. Este lunes el jefe de Inteligencia Militar de Israel, Aharon Haliva, ha advertido de que Irán está valorando la posibilidad de boicotear el Mundial de Fútbol, pero teme una reacción negativa por parte de Qatar.
"Los iraníes están considerando perturbar el Mundial", fueron las palabras de Haliva durante una conferencia del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS), en Tel Aviv. "Lo único que les frena es una posible reacción catarí", añadió.
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El ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, coincidió en que Irán -enemigo de Israel- puede atentar contra el torneo futbolístico para desestabilizar la región.
Irán, que vive una violenta ola de protestas contra su régimen islámico tras la muerte de Mahsa Amini, "busca preservar la inestabilidad como algo constante", dijo Gantz, durante la reunión semanal de su partido político en el Parlamento. "Es probable que la Copa del Mundo sea uno de esos acontecimientos en los que intente causar inestabilidad", añadió, en declaraciones difundidas por la prensa israelí.
El miércoles pasado, Israel y Estados Unidos culparon a Irán de perpetrar un ataque con drones contra un barco petrolero cargado de gasóleo en el Golfo de Omán.
Aunque fue un evento aislado, un funcionario israelí señaló a Efe que "el hecho de que ocurriera pocos días antes de empezar el Mundial de Fútbol de Qatar, un país vecino de Irán, es muy interesante", pues "Irán quiere demostrar que puede desestabilizar la zona y atemorizar al mundo entero".
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El Mundial de Qatar 2022, el primero que se celebra en un país árabe, fue inaugurado el domingo en el estadio Al Bayt, en Al Khor. Se espera que unos 1,5 millones de aficionados de todo el mundo acudan al torneo. Entre ellos está prevista la llegada de 30.000 israelíes, que han recibido un permiso especial de visado después de que Jerusalén haya llegado a un acuerdo para que sus nacionales puedan entrar en Qatar, tal y como informa el diario Haaretz.
Por primera vez en la historia se han habilitado vuelos directos de Tel Aviv a Doha. Y el Estado de Qatar acogerá a los hinchas israelíes para que puedan disfrutar de uno de los eventos deportivos más importantes del mundo. Todo esto teniendo en cuenta que entre Qatar e Israel no existen relaciones diplomáticas. Y con la amenaza de Irán como trasfondo planeando en el horizonte.