Más problemas para el Mundial de Qatar 2022 que se está viendo envuelto por una importante crisis política y social antes de su inicio. El último país desde el que ha recibido un durísimo ataque ha sido Francia. Varias ciudades del país, con París a la cabeza, han decidido llevar a cabo un gran boicot y no permitirán que se emita en lugares públicos ninguno de los partidos del evento.
Una decisión llevada a cabo por las autoridades locales de común acuerdo entre todas las partes como medida para protestar contra las violaciones y los abusos de los derechos humanos y del medioambiente que se producen el país anfitrión, Qatar. Dichas personalidades políticas han tomado una importante decisión tras un largo periodo de conversaciones que han definido como "una crisis de conciencia de última hora".
Es habitual que en competiciones de este tipo se instalen pantallas gigantes para poder seguir los partidos de las diferentes selecciones, en este caso, de Francia. Sin embargo, ya hay varias ciudades que han decidido renunciar a este tipo de acontecimientos. París se ha unido a otras importantes urbes como Marsella, Lille, Burdeos, Reims, Nancy o Rodez.
Benoît Payan, alcalde de Marsella y jefe de una coalición de izquierdas y ecologista, aseguró lo siguiente respecto a su decisión: "Esta competición se ha convertido poco a poco en un desastre humano y medioambiental, incompatible con los valores que queremos que se transmitan a través del deporte y especialmente del fútbol".
Por su parte, la alcaldesa de Lille, Martine Aubry, aseguró que la disputa de la Copa del Mundo del año 2022 en un país como Qatar era "un disparate en términos de derechos humanos, medioambiente y deporte". En su ciudad, la decisión tuvo una votación a favor unánime.
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Además prohibir estas reuniones en las tradicionales pantallas gigantes y de la prohibición de ofrecer imágenes de la Copa del Mundo en lugares públicos, también se ha procedido a eliminar las tradicionales fan zone. De esta forma, se perseguirá cualquier forma de seguir el evento en las calles de manera pública. Pierre Rabadan, exinternacional francés de rugby y diputado encargado de los deportes en el ayuntamiento, afirmó que "no se puede plantear".
Esta decisión supone un importante conflicto en toda Francia, pero en especial en París. El equipo más importante de la ciudad, y quien aporta a la gran estrella de la selección, Kylian Mbappé, es propiedad desde el año 2011 de Tamim bin Hamad al-Thani, emir del estado Qatar. Así pues, se reduce en gran medida la visibilidad que tendrá su competición en 'su ciudad'.
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Este boicot que se está llevando a cabo en Francia ha tenido una repercusión total y cada más ciudades se están uniendo de una u otra manera. La alcaldesa de Estrasburgo, Jeanne Barseghian, declaró lo siguiente al medio 20 Minutos: "Es imposible que no escuchemos las numerosas alertas de las ONG que denuncian los abusos y la explotación de los trabajadores inmigrantes. Miles de trabajadores extranjeros han muerto en las obras, es insoportable".
"Estrasburgo, capital europea y sede del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, no puede consentir decentemente estos abusos, no puede hacer la vista gorda cuando los derechos humanos se incumplen de esta manera". De esta forma, aquí también se prohibirán las emisiones de partidos en lugares públicos.
Por su parte, Pierre Hurmic, alcalde ecologista de Burdeos, aseguró que aquellos que emitan los partidos del evento serán "cómplices de este acontecimiento deportivo que representa todas las aberraciones humanitarias, ecológicas y deportivas".
Guerra abierta en Francia
La guerra en Francia contra la edición de la Copa del Mundo de Fútbol que se disputará a partir del mes de noviembre es total. Tanto es así que la Federación Francesa ya ha tenido que manifestarse de manera pública en alguna ocasión después de las críticas recibidas por haber guardado silencio en otros momentos.
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Desde el ente federativo calificaron el trato que está recibiendo Qatar de "campaña de estigmatización deplorable" y aseguraron que como país habían defendido "los derechos humanos y otras causas esenciales a diario". Además, afirmaron que "participar en el Mundial no significa cerrar los ojos y apoyar los abusos."
"Hemos puesto en marcha varias medidas de verificación relativas al respeto de los derechos sociales y a la aplicación de condiciones de trabajo respetuosas en el campamento base del equipo francés". "Aunque la realidad sobre el terreno no sea perfecta, este progreso es innegable y positivo".
Muchas de las críticas que han recibido aquellos que ahora quieren boicotear el Mundial aseguran que es tarde para subirse a esa corriente. Además, algunos añaden que deberían empezar por no apoyar a un equipo como el PSG, que se financia directamente a través del estado organizador del Mundial.