90 minutos (o 120 en caso de haber prórroga) separan a Real Madrid o Bayern Múnich de la final de la Champions League. Uno de los dos acompañará al Borussia Dortmund en la final de Wembley (1 de junio) y la incógnita de quién será se resolverá en lo que se espera que vuelva a ser un duelo muy igualado. El 2-2 de la ida deja todo por decidir en el Santiago Bernabéu (21.00 horas).

El Real Madrid de Ancelotti llega al partido que otorga un billete para la final tras sumar cuatro empates en sus últimos cuatro enfrentamientos en la Champions League. Un dato que muchos han usado para atacar al equipo que dirige el técnico italiano, pero que no quita mérito al ejercicio de resistencia que está realizando.

Hay un dato que, además, le da la vuelta a la tortilla: el Real Madrid sólo ha ido por debajo en el global de las tres eliminatorias contra RB Leipzig, Manchester City y Bayern -a falta de la vuelta- en un 9,2% de los minutos. En el 33,1% ha ido empate y en el 57,7% (270 de 480 minutos) ha ido por delante.

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El tiempo que el Madrid ha ido por delante en sus tres cruces nada tiene que ver, por ejemplo, con el dato que registró en la última Champions que ganó, la de 2022. El caso más claro fue el de las semifinales contra el City, en las que fue perdiendo desde el minuto 2 de la ida hasta el descuento final de la vuelta, cuando los dos goles de Rodrygo mandaron la eliminatoria a la prórroga.

En la Champions de hace dos años, el Madrid sólo por delante 12 minutos contra el PSG en octavos, 120' contra el Chelsea en cuartos y 25' contra el City en semis. 157 en total de 600 jugados (ya que hubo dos prórrogas). El Madrid de ahora, aunque se le ha visto sufrir, ha dominado con mayor determinación en lo que va de su camino en esta edición de la máxima competición europea.

El Bayern, sólo con la ida, ha sido el equipo que más minutos ha conseguido rascar al Madrid para tenerle por detrás en la eliminatoria. Fueron 26 minutos, los que pasaron entre los tantos de penalti de Harry Kane y Vinicius en el Allianz Arena. Pero el equipo respondió en ese momento crítico, como lo hizo también en la ida ante el City cuando llegó por obra de Fede Valverde el empate final en el 79' (3-3).

En la vuelta de los cuartos, en el Etihad, el Madrid hizo el partido que tenía que hacer. El City, que gobernó el juego, le encerró en su área y se vio en el lado blanco una de las actuaciones más corales en defensa que se recuerdan en la historia reciente de la Champions. Los de Pep Guardiola hicieron 33 disparos, pero sólo 9 fueron a puerta. En comparación, el Dortmund avanzó a la final de Champions con seis palos del PSG en los dos partidos de la eliminatoria.

El plan del Real Madrid

El trabajo defensivo del Madrid se volvió a ver en Alemania, aunque Ancelotti no acabó satisfecho con su realización. "A nivel defensivo pudimos hacer mucho más", dijo este martes en rueda de prensa el italiano. También comentó que el Bayern lo hizo mejor. Los de Tuchel fueron más agresivos, a sabiendas de que buena parte de sus opciones en las semis pasaban por irse con un resultado favorable de casa. Y no loo consiguieron.

El planteamiento de Ancelotti, en cambio, fue pensando más en los 180 minutos de la ida y de la vuelta. Más conservador en Alemania y con más garantías para ser atrevido en la vuelta, ante la afición blanca. El once titular no tendrá muchos cambios: la entrada de Carvajal, tras cumplir su sanción, por Lucas Vázquez y el movimiento de Tchouaméni hacia la posición de central (por Nacho) para dejar a Camavinga en el pivote.

De por sí, ese esquema del Madrid ya se muestra más ofensivo, con la dupla francesa en el campo, que el de la ida. Cuando pite el colegiado el inicio se podrá ver el desarrollo completo del plan de Ancelotti, que puede volver a apostar por meter a Rodrygo en la izquierda y Vinicius por dentro o también dejar caer a Camavinga hacia la posición de interior y meter a Kroos en la base.

Ancelotti es consciente que el partido puede volver a ser un intercambio de golpes. El Bayern puede salir a morder desde el inicio, ya que en Alemania se habla de un once muy ofensivo de Tuchel con Laimer y Pavlovic en el doble pivote (sin Goretzka) y un trío en la mediapunta formado por Leroy Sané, Musiala y Gnabry (sin Müller).

Hay que recordar que el técnico alemán ya hizo algo parecido en 2022, cuando visitó el Bernabéu con el Chelsea con la obligación de remontar y dejó a Jorginho en el banquillo para meter a Timo Werner en una doble punta de ataque con Havertz. Tuchel es un entrenador que no se esconde e irá a por todas con un equipo, el Bayern, que también sabe crear de la nada transiciones rápidas.

El Madrid se juega el pase a la final, en la que podría levantar La Decimoquinta y ya sin Kylian Mbappé por el camino. Para llegar necesitará del acierto de Vinicius, Bellingham y Rodrygo, del talento de Kroos y Camavinga, del físico de Valverde y Mendy, de la solidez defensiva de Carvajal, Rüdiger y Tchouaméni y de la seguridad de Lunin. Pero por encima de eso está la resistencia que todos han logrado demostrar a lo largo de esta Champions y que seguro volverán a necesitar sacar para eliminar al Bayern en otra noche mágica del Bernabéu.